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La COP27 enfila el final sin satisfacer a nadie: ni transición al fin del gas y petróleo que piden los ricos ni fondo de pérdidas para los pobres

Activistas climáticos participan en la marcha de la Coalición COP27 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Egipto.
EP / DPA

La Cumbre del Clima de Sharm el-Sheikh enfila sus últimos días entre la insatisfacción de las diferentes partes que apostaban por sus propios objetivos e instrumentos para frenar el calentamiento global y frenar sus efectos, porque de momento ninguna ha logrado lo que se disponía. La presidencia egipcia de la COP27 ha difundido hoy una propuesta de conclusiones en la que no hay rastro del compromiso que aunaron hace días los países industrializados para empezar una transición hacia el final del petróleo y el gas y tampoco hay un compromiso para crear un nuevo fondo que socorra a los países en desarrollo más vulnerables en los pérdidas y daños por la devastación que provoca el cambio climático.

Todo parece ir en contra del acuerdo "ambicioso" que piden todas las partes, para que la COP27 sea un avance con respecto a la anterior, la COP26 de Glasgow. Por una parte, porque solo un día antes del fin oficial de la Cumbre -todavía no se ha decidido si se prorrogará como suele ser habitual-, la presidencia ha difundido un borrador que, en lugar de fijar posición en los distintos temas, parece incluir todas las posiciones que se han expresado desde la semana pasada. 

Por otra parte, porque en este documento -"cover note" o "nota de presentación" en jerga climática- se refleja el tira y afloja al que países industrializados y países en desarrollo llevan jugando desde que empezó la COP27 para defender sus respectivos intereses. Visto el borrador, los países en desarrollo no están dispuestos a comprometerse con empezar a abandonar los combustibles fósiles como quieren los industrializados -desarrollados precisamente gracias al uso en durante décadas de gas y petróleo- si la UE o Estados Unidos siguen negándose a contribuir para reparar las pérdidas y daños que deja el cambio climático en sus territorios con un nuevo fondo que también brilla por su ausencia en el documento de la presidencia egipcia.

"Estamos en una noche crítica de la negociación porque se han empezado a vislumbrar las conclusiones y para unos son insuficientes", ha dicho bien avanzada la tarde de este lunes desde e Sharm el-Sheikh, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha dudado de que la Cumbre del Clima pueda terminar este viernes. "Tengo la impresión de que aunque la disposición es que esté listo el acuerdo para mañana por la tarde [por este viernes], la cantidad de asuntos sensibles hace pensar que más bien las negociaciones seguirán abiertas hasta el sábado".

En medio de los gobiernos están los activistas por el clima presentes en la COP no han ocultado tampoco su insatisfacción con el borrador de conclusiones. "Vinimos a Sharm El Sheij para exigir una acción real en el cumplimiento y la superación de los compromisos de financiación y adaptación al cambio climático, una eliminación gradual de todos los combustibles fósiles y que los países ricos paguen por las pérdidas y los daños causados a las comunidades más vulnerables. Nada de esto aparece en este borrador", ha declarado Yeb Saño, jefe de Delegación de Greenpeace Internacional en la COP27.

Fin del petróleo y el gas

El progresivo abandono del uso del petróleo y del gas forma parte de la llamada "agenda de mitigación", para luchar contra el calentamiento global y se sustanció hace unos días en un compromiso firmado por EEUU, la UE, América Latina e India para iniciar el 'desenganche' de estos combustibles fósiles, de la misma manera que en la COP26 se acordó abandonar el carbón para finales de este año.

Este compromiso fue saludado por las organizaciones ecologistas pero se ha visto frustrado en el último borrador con el que trabajan las delegaciones. No aparece y, en su lugar, la presidencia egipcia reprocha a los países desarrollados no estar haciendo lo suficiente para frenar el calentamiento global y subraya la necesidad de que la "transición justa" hacia una economía descarbonizada tenga en cuenta la dimensión económica, social y laboral en países en desarrollo, que ya llegaban a la COP27 blandiendo su derecho a utilizar los combustibles fósiles, que han sustentado el crecimiento de los hoy industrializados.

Según el borrador, la COP27 "lamenta profundamente que los países desarrollados que tienen más capacidades financieras y tecnológicas para reducir sus emisiones sigan quedándose cortos y hagan compromisos poco ambiciosos para lograr las emisiones cero para 2050 mientras siguen emitiendo y consumiendo desproporcionadamente carbono.

La ausencia de un compromiso para ir abandonando el petróleo y el gas se sustituye por la advertencia de que "una transición justa y equitativa debe incluir dimensiones energética, socioeconómica y laboral, basadas en prioridades nacionales que incluyen a la protección social y la mitigación de los impactos asociados a la transición".

Por no incluir, el borrador de conclusiones de la COP tampoco recoge otro motivo para el optimismo, el que se tuvo este miércoles en Sharm el-Sheikh después de que el G-20, donde también están China e India, apostara por limitar el calentamiento global a 1,5ºC y abandonar el otro tope, del 2ºC que figura en el Acuerdo de París. La presidencia egipcia recupera los dos valores al subrayar la importancia de hacer todos los esfuerzos para "mantener el incremento de la temperatura global bien por debajo de los 2ºC por debajo de los niveles preindustriales y de limitar este incremento al 1,5ºC".

Fondo de Pérdidas y Daños

Si los países en desarrollo no parecen dispuestos a comprometer su desarrollo económico para lanzarse a abandonar los combustibles fósiles, los países industrializados no tienen previsto darles tampoco lo que exigen, un nuevo instrumento financiero para que los más vulnerables puedan hacer frente a los estragos del cambio climático.

Las necesidades financieras se cuentan por billones de euros. El borrador eleva a 5,6 billones de dólares hasta 2030 para los países en desarrollo y expresa "preocupación" por cómo se va abriendo la brecha entre sus necesidades para hacer frente al impacto del cambio climático y el aumento de su deuda, que les dificulta endeudarse más para hacer frente a estos gastos. Esta es una de las cuestiones que vendría a resolver el nuevo fondo, en el que deberían implicarse gobiernos, bancos centrales e instituciones financieras internacionales. Para alcanzar la neutralidad en 2030, son necesarios unos cuatro billones de dólares al año para desarrollar tecnologías renovables.

De inicio, la idea de crear un nuevo fondo no gustaba a la UE y a Estados Unidos, que teme que suponga reconocer que son ellos los que más han contribuido al calentamiento global que sufren en mayor medida los países pobres, con las consecuencias jurídicas que esto podría acarrear. Con el paso de los días y una vez que la creación de este fondo se incluyó en la agenda oficial de la COP27, los europeos se abrieron a estudiarla siempre que no fueran solo ellos los contribuyentes. Uno de los vicepresidentes de la Comisión Europea, Franz Timmermans, ha lanzado este jueves varios mensajes que apuntan a que la posición en contra de la UE se ha endurecido, sobre todo sobre la exigencia que también contribuyan a él países que en 1992 podían estar en vías de desarrollo pero que hoy se sitúan entre los más desarrollados, en alusión a China y también los países del Golfo Pérsico.

"Estamos aquí para buscar soluciones", ha dicho Timmermans, que ha admitido que una vez que el fondo de daños y pérdidas entró en la agenda, "estamos dispuestos a considerar cualquier opción para asegurar que apoyamos a los países más vulnerables, pero el problema es que la propuesta sobre la mesa refleja la situación de 1992. Desde entonces, algunos países que estaban en desarrollo ahora forman parte de los líderes económicos y es justo que contribuyan a la financiación". "Cuando digo que todo el que pueda pueda contribuir es algo que he comunicado a todos nuestro socios, también a la contraparte china", que ha empujado desde el G77 -países del sur global, donde ya no se encuadra por nivel económico, y que momento se ha limitado a apoyar la activación de la Red de Santiago, el único acuerdo hasta ahora de la COP27 para dar asistencia técnica a los países más vulnerables frente al cambio climático pero no contempla fondos.

La otra cuestión en la que se escuda la UE es en el tiempo, al considerar que tomaría años crear el fondo. "Tomará tiempo y no tenemos ese tiempo, los países más vulnerables no tienen ese tiempo", ha dicho el vicepresidente de la Comisión.

Ribera también se ha manifestado en una línea similar, recordando que un nuevo fondo no puede ser el único instrumento financiero para que los países en desarrollo afronten las pérdidas y daños. Ha recordado que existe otro, vinculado al FMI y al que los países industrializados se comprometieron a contribuir con 100.000 millones de dólares en 2020. Como es una evidencia, no lo cumplieron, porque de momento solo hay 83.000 y la vicepresidenta española ha dicho que no se alcanzará el objetivo hasta 2023. 

"La financiación específica, el instrumento financiero no es lo más ágil y rápido", ha dicho Ribera, que también ha comprendido la urgencia por ejemplo de islas del Pacífico que ya empiezan a verse anegadas por el crecimiento de nivel del mar a causa del calentamiento global. 

Mientras las delegaciones apuran las horas para llegar a un acuerdo, en el borrador de conclusiones ha dejado en blanco el epígrafe "financiación de pérdidas y daños", a la espera de "eventuales resultados relevantes de las negociaciones en curso".

Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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