Un grupo de médicos rusos han realizado una operación para retirar un proyectil de mortero que estaba alojado en la espalda de un soldado, mientras el combatiente todavía estaba consciente, según ha informado el medio británico Daily Mail.
Según explica el diario, el proyectil lo impactó y se incrustó en el cuerpo del soldado. La cirugía se llevó a cabo sin anestesia. Además, relata que el propio soldado le habría dicho a los médicos que no lo tocaran "porque podría explotar".
Finalmente los doctores pudieron extraer el artefacto, la herida fue cosida y el paciente se está recuperando.
Esta complicada operación se produjo después de otra este mes en la que los cirujanos tuvieron que ponerse chalecos antibalas para salvar la vida de un soldado ruso que había terminado con una granada dentro de su cuerpo.
El sargenteo menor Nikolay Pasenko, de 41 años, había sido alcanzado por un ataque ucraniano y una munición sin detonar de un lanzagranadas automático se incrustó dentro de él justo debajo de su corazón.
La munición le había destrozado las costillas, un pulmón y se había alojado cerca de la columna vertebral, entre la aorta y la vena cava inferior, la más grande del cuerpo.
El propio Pasenko estuvo inicialmente en contra de que los doctores le retiraran la granada. "No quería que los médicos sufrieran porque las municiones podrían haber explotado", dijo Pasenko.
No obstante, un médico decidió ignorar las advertencias del soldado y realizó el procedimiento, que finalmente resultó ser exitoso.
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