El bar El Glaciar de la plaza Reial llega a su centenario lleno de historia

Hay que remontarse al mes de septiembre del año 1922 para conocer los orígenes de uno de los bares más conocidos de Barcelona y con más solera de la plaza Reial del Gòtic, El Glaciar. Sus inicios no fueron en esta plaza llena de vida las 24 horas del día sino en el número 11 de La Rambla. No se trasladó a la plaza hasta siete años después, coincidiendo con la Exposición Universal que ese año acogió la capital catalana. 

Una de las principales curiosidades tiene relación con el nombre con el que fue bautizado este establecimiento que muy pronto fue uno de los principales lugares de encuentro social del centro alrededor de su barra. Se llama Glaciar porque se hizo rápidamente famoso por los helados que allí se servían, considerados de muy alta calidad. 

Sus paredes han vivido momentos únicos de generaciones enteras de barceloneses y visitantes y ha acogido a personajes ilustres como, por ejemplo, al escritor latinoamericano Gabriel García Márquez en su presentación en su llegada a Barcelona en el año 1967. Otros momentos estelares los vivió cuando, en la noche de Reyes del año 1949, fue la sede de entrega del Premi Nadal de literatura. O cuando fue parte del escenario de películas como Libertarias (1996) o Salvador (2006). 

Pero también ha pasado por momentos difíciles. Como cuando sus propietarios se vieron forzados a cerró sus puertas por problemas de gestión y económicos. No fue hasta el año 1994, transcurridos ya los Juegos Olímpicos, cuando pudo volver a reabrir. Actualmente, El Glaciar es el bar-restaurante más antiguo que se erige en la plaza Reial y está incluido en el catálogo de patrimonio histórico-artístico de la ciudad. 

Se ha mantenido el estilo afrancesado del establecimiento y la icónica barra de mármol en la que se reunían los parroquianos allá por 1922

Tiene nuevos propietarios, el grupo La Pomada, que han llevado a cabo una profunda renovación de las instalaciones del local y han incorporado una carta de cocina típica catalana y de cócteles y una programación de música en vivo. Se ha mantenido el estilo afrancesado del establecimiento y la icónica barra de mármol en la que se reunían los parroquianos allá por 1922. También el logotipo y la tipografía original de la rotulación. 

Del mismo modo, se ha conservado el espacio Clandestí de la primera planta y se ha añadido una cocina a la vista de los comensales para que se vea tanto la preparación de los platos como de los cócteles. Se puede tomar una copa en El Glaciar hasta las dos de la madrugada (dentro del local) y hasta las tres de la madrugada en la terraza de la plaza. 

"Queremos recuperar la auténtica esencia del local, convirtiéndolo en un punto de encuentro cultural y de ocio, con un servicio de calidad que dignifique la oferta gastronómica catalana en pleno centro de Barcelona", explican los socios del grupo La Pomada, Javier Lluch y Thais Ivern. Cuentan con cinco restaurantes en Barcelona: Baliga-Balaga, El Tros de la Rambla, La Taverna del Coure, Pocasolta y El Glaciar. 

El Glaciar; Plaza Reial, 3; restaurantglaciar.com.