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Entrevista

José Ángel Mañas: "En términos futbolísticos, Fernán González fue un buen defensa central y el Cid, un buen delantero centro"

El escritor José Ángel Mañas
ASIS AYERBE / CEDIDA POR LA ESFERA

Irrumpió en el panorama literario nacional con aquella novela neorrealista que se convirtió en un mito de los noventa, Historias del Kronen, pero en los últimos años se ha alejado de sus inicios y se ha adentrado en la novela histórica. José Ángel Mañas (Madrid, 1971), historiador de formación, lleva ya varios años ficcionando episodios claves del pasado de España en una búsqueda de "comprender el presente". Y en los dos últimos se ha dedicado a poner exclamaciones a grandes personajes de la Edad Media: primero con ¡Pelayo!, y, en este 2022, a ¡Fernán González! (ambos en Esfera de los Libros).

Mañas atiende a 20minutos dispuesto a hablar de aquel conde castellano, menos conocido que el Cid, pero mito fundacional de lo castellano y también, en parte, de lo español.

¿El celebre unos cargan la lana y otros la fama se puede aplicar al Cid y a Fernán González?Hombre, no del todo. Estamos hablando de los dos héroes castellanos más conocidos. Lo que pasa es que uno más que otro. Es cierto que el Cid tuvo una acción bélica muy lúcida como fue la conquista de Valencia, y que en cambio Fernán González no conquistó nada; pero conviene no olvidar que tuvo como señor en León a Ramiro II, a quien se llamó el Grande por algo (menudo carácter); y como vecinos a la reina Toda (otro pedazo de personaje) en el reino de Pamplona y Nájera, y al megalómano y agresivo Abderramán III en Córdoba. Es decir, estaba rodeado por lobos; bastante tuvo con mantener íntegro su territorio. Por eso, Lorenzo Silva en su Castellano los opone, a Fernán González y al Cid, y hace ver que uno fue un héroe defensivo y el otro un héroe ofensivo; en términos futbolísticos diríamos que Fernán González fue un buen defensa central y el Cid, un buen delantero centro.

Fernán González es un mito fundacional de lo castellano, pero una idea de lo castellano muy alejado de lo que hoy se suele entender, conservador, iliberal…La imagen que dices de Castilla viene de la época imperial de la Corona de Castilla, cuando se asocia lo castellano con la tiranía y el centralismo. Sin embargo, la Castilla primigenia, la del condado, se caracterizaba por su carácter hoy diríamos que democrático. Sánchez Albornoz la definió como "un islote de hombres libres en medio de un mar feudal". Fue un territorio de frontera, equiparable, en algunos aspectos, con lo que más tarde será el Lejano Oeste. En el siglo X, si uno se quedaba en las montañas, vivía tranquilo. Sí bajabas a la meseta, te tocaba enfrentarte cada año con las aceifas, las campañas veraniegas de los cordobeses. ¿Qué obtenías a cambio de ese riesgo? Tierra, en los repartos tras cada victoria de los tuyos, y libertad. Los municipios castellanos gozaban de gran autonomía y los vínculos con los señores eran menos rígidos que en otros territorios. Eso actuó como un efecto llamada.

Fernán González mandó en Castilla durante cuarenta años, y unificó y dio personalidad a un territorio cuya predominancia en la península iba a ser, a partir de un punto, incuestionable

Además, en la novela da importancia a la lengua, a la evolución de lo que acabaría siendo el castellano… aunque tenga que pedir perdón al finalEs que coincide, prácticamente, la muerte de Fernán González, en el 970, con la aparición de las glosas emilianenses, lo que es para muchos el primer vagido del castellano. Me parecía importante vincular ambas cosas, y creo que la coincidencia no es baladí. Fernán González mandó en Castilla durante cuarenta años, y unificó y dio personalidad a un territorio cuya predominancia en la península iba a ser, a partir de un punto, incuestionable. Antes hablé del dinamismo social de la Castilla primigenia; hay que destacar igualmente que su lengua romance fue la primera en distanciarse claramente del latín y empezar a cobrar autonomía. Eso había que resaltarlo.

Le he escuchado decir que comenzó a escribir novela histórica en 2016, coincidiendo con un momento de crisis identitaria en nuestro país… ¿es la novela histórica, la ficción, un camino para encontrarse?La ficción, como decía Javier Marías, es una modalidad del pensamiento, y la ficción histórica, aún más. A mí las turbulencias identitarias del presente me han llevado a indagar en el pasado para entender qué es España. En cada novela histórica mía (Conquistadores de lo imposible, El hispano, ¡Pelayo!, ¡Fernán González!) me he detenido en un periodo clave de esta historia. A veces, y hoy más que nunca, es importante mirar el pasado para entender lo que sucede en el presente.

¿Es más difícil novelar a Pelayo o a Fernán González?Fernán González, porque su periplo vital es menos claro. Con Pelayo resultaba evidente que había que dirigir toda la narración hasta ese clímax incuestionable que es la batalla de Covadonga, su gran victoria. En cambio, Fernán González no tiene esa culminación inequívoca de sus esfuerzos, puesto que en la realidad no llegó nunca a ser independiente de León. Ha sido como concebir un cuadro sin un punto de fuga único No ha sido fácil.

¿Y cuál de los dos le ha resultado más divertido?Ambos. Con los dos he disfrutado y aprendido mucho.

¿La España medieval de las tres culturas es un mito?Hubo tres culturas y las tres convivieron tanto en tierras cristianas y musulmanas. Pero no lo hicieron siempre pacíficamente en la zona musulmana, y no se persiguió siempre a musulmanes y judíos en la zona cristiana. En Al-Andalus también hubo momentos de tremenda intolerancia y de persecución religiosa. Y en los reinos cristianos hubo, por supuesto, momentos de convivencia armoniosa entre esas tres culturas.

¿Y la Reconquista, ahora que hay tanta controversia?Yo soy de los que pienso que el término es adecuado para describir un proyecto común que, de manera más o menos discontinua, tuvieron los reinos cristianos durante toda la Edad Media. Es lo que diferencia la Edad Media ibérica de la Edad Media del resto de Europa.

Sus novelas históricas, ¿tienen más de ficción o de historia?Depende. En El hispano creé una ficción paralela a la historia del cerco de Numancia; ahí había tanta ficción como realidad. En cambio, Conquistadores de lo imposible, ¡Pelayo! y ¡Fernán González! son novelizaciones de la historia: todos los personajes son históricos y me ciño prácticamente al 100% a lo que se sabe de la época.

Esta además, es una novela muy aventurera, marcada por la existencia del propio personaje, ¿necesitamos en este siglo XXI tan tecnológico novelas de aventuras?¡¡Sí!! Y más que nunca. En este momento en el que todos somos monstruos sedentarios vegetando ante nuestras pantallas, resulta tremendamente refrescante leer novelas en las que los hombres resolvían sus problemas subiéndose a un caballo y batiéndose a espadazos con el vecino, ja, ja. A mí, por lo menos, me lo parece. 

Portadista y Redactor '20minutos'

Soy periodista en 20minutos y escritor. Además de mi trabajo en la sección de Última Hora, en este periódico llevo también el blog de narrativas históricas XX Siglos, por el que resulté merecedor del galardón honorífico de los X premios de Literatura Histórica Hislibris (2020). Soy jurado del premio de novela histórica Ciudad de Úbeda desde 2016. He publicado dos novelas: 'El contratista' (Roca Editorial) y 'Los últimos días del imperio celeste' (Roca Editorial).

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