Internacional

El espíritu de Tiananmen sobrevuela China en plena ola de protestas por la política 'cero covid' que impone Xi Jinping

El hombre del tanque, icono de las protestas de Tiananmen.
ARCHIVO

El pasado 4 de junio de 2022 se cumplieron 33 años de la masacre de la plaza de Tiananmen, en Pekín. Apenas se recordó en China. El olvido y el miedo de la mayoría y el poder de la autoridad (en el caso de Hong Kong) fueron suficientes para que pocos rememoraran lo ocurrido.

En la noche del 3 al 4 de junio de 1989, soldados y tanques del Ejército de Liberación Popular chino se abrieron paso hasta la céntrica plaza pequinesa donde se manifestaban desde hacía semanas cientos de miles de estudiantes y trabajadores pidiendo más democracia.

Todo acabó en una matanza. Fue la mayor masacre civil de China tras las purgas maoístas. Para muchos el mejor resumen sigue siendo la imagen de aquel valiente parado ante un tanque y "armado" únicamente con dos bolsas.

Pero es ahora, cuatro meses después, cuando miles de chinos recurren al espíritu de Tiananmen para salir a la calle y mostrar, esta vez, su oposición a las medidas tomadas por el Gobierno chino, duramente criticado por someter a la población a la política de covid-cero para erradicar el virus. China acoge estas últimas semanas unas manifestaciones cuyo precedente es, precisamente, Tiananmen.

El Movimiento Prodemocrático de 1989

En chino se conoce como el Incidente del Cuatro de Junio. Grupos de estudiantes, obreros e intelectuales se manifestaron pidiendo el fin de la corrupción y una mayor apertura política. Era el incipiente Movimiento Prodemocrático de 1989.

Las protestas habían comenzado el 15 de abril y llegaron a extenderse a unas 400 ciudades. En vista de que no sólo no cedían sino que se multiplicaban, el 20 de mayo el gobierno chino decretó el Estado de Excepción. Como consecuencia, las principales avenidas de Pekín comenzaron a llenarse de vehículos acorazados y soldados con rifles de asalto (fueron movilizados unos 300.000).

El 22 de mayo helicópteros lanzaron folletos sobre la Plaza de Tiananmen. En ellos se advertía a los manifestantes estudiantes de que debían desalojar la plaza lo antes posible. Mientras, estudiantes y obreros montaban asentamientos en la plaza. Llegaron a erigir un monumento provisional, al que llamaron 'Diosa de la Democracia'.

La solidaridad llegó el 2 de junio desde la entonces China libre. Miles de manifestantes marcharon por el distrito financiero de Hong Kong en apoyo a los rebeldes de Tiananmen. Dos días después, las autoridades chinas dieron un paso más allá, el definitivo. El 4 de junio de 1988 declararon la ley marcial.

Un estudiante ondea una bandera durante la protesta de Tiananmen.
WIKIPEDIA

Ya no se trataba sólo de la presencia amenazante del Ejército Popular de Liberación en las calles sino de abrir fuego. La represión fue intensa. Aunque tratándose de un régimen no democrático conocer la verdad resulta complicado, hay cierto consenso en que murieron al menos un millar de personas por las balas o aplastados por los tanques.

En la noche del 3 al 4 de junio, los tanques recibieron la orden de desalojar la Plaza de Tiananmen antes de 6 de la mañana. Para lograrlo no se les puso límite alguno. Los soldados se abrieron paso a tiros. Quienes no murieron de un disparo lo hicieron aplastados por los acorazados. A las 5.40 de la mañana la plaza ya estaba desalojada.

Días después, el Gobierno chino expulsó a la prensa extranjera del país y pasó a controlar (aún más) la cobertura de los acontecimientos en la prensa china. Al tiempo, degradó o purgó a los funcionarios que consideraron simpatizantes de las protestas y llevó a cabo un enorme número de arrestos para eliminar a los instigadores del movimiento democrático.

La comunidad internacional, las organizaciones de derechos humanos y los analistas políticos condenaron al gobierno chino por la masacre. Los países occidentales impusieron embargos de armas a China.

El hombre del tanque

Nunca se supo quién era. Se hizo mundialmente famoso al ser grabado y fotografiado en Tiananmen frente a una columna de tanques. El hombre se mantuvo solo y en pie mientras los tanques se le aproximaban, sosteniendo dos bolsas similares una en cada mano.

Los tanques iban disminuyendo la marcha y él hacía gestos para que se fueran. En respuesta, el tanque situado en cabeza de la columna intentó sortearlo; pero el hombre se interpuso repetidamente en su camino, demostrando una tenacidad y resistencia enormes.

Jeff Widener.
AGENCIAS

La imagen la captaron el 5 de junio de 1989 cuatro fotógrafos desde los balcones del Hotel Beijing, a 200 metros de la plaza: Jeff Widener, de Associated Press; Arthur Tsang, de Reuters; Stuart Franklin, de Magnum; y Charlie Cole, de la revista Newsweek.

La de Widener es la fotografía más reconocida. La noche anterior el fotógrafo había sido asaltado y agredido por la policía china, que le requisó el material captado de la represión contra los manifestantes. Por eso, al poco de tomar las imágenes del hombre del tanque, escondió el carrete en la cisterna de un inodoro. Pese al registro de su habitación, logró sacar la fotografía y enviarla a su redacción.

33 años después, se mantiene el mutismo

Aquel 1989 el Partido Comunista de China había pasado a estar dirigido por Jiang Zemin, que luego fue Presidente de la República Popular China entre marzo de 1993 y marzo de 2003.

Motociclistas pasan por la calle frente una cartelera gigante de los exlíderes chinos Mao Zedong, Deng Xiaoping y Jiang Zemin, en Nanning (sur de China).
EFE / ARCHIVO

Paradójicamente, su gestión de los sucesos de Tiananmen le ayudaron a reforzar su liderazgo. El partido se reunió y decidió que todas las culpas de haber llegado a un momento tan crítico como aquel eran de Zhao Ziyang, el antecesor de Jiang. Hoy sorprende saber que en aquella reunión, Jiang habló de la necesidad de adherirse a la reforma y la apertura.

Es nuestro derecho legítimo que el Gobierno se responsabilice de la masacre. Durante 33 años, hemos pedido que se sepa la verdad, que se rindan cuentas y que se compense a los familiares"

Han pasado 33 años. Las autoridades mantienen su mutismo sobre aquella tragedia que conmocionó al mundo. Y lo que es peor, siguen sin dar explicaciones o sin garantizar a los familiares -que viven bajo vigilancia- su derecho a recordar a las víctimas. En junio, en el aniversario, los portavoces del Gobierno chino apenas se refirieron a la masacre.

Desfile militar en Tiananmen por el 70 aniversario del fin de la 2ª Guerra Mundial.
Pubu Zhaxi / EFE

Entretanto, la asociación de las Madres de Tiananmen siguen pidiendo que se esclarezcan los hechos. "Hace 33 años, el partido gobernante en China utilizó al Ejército para disparar a inocentes con total indiferencia hacia las vidas de cientos de miles de estudiantes y personas ordinarias. Incluso enviaron tanques para aplastar a las multitudes provocando miles de decenas de muertos y heridos", recordaron en junio en un comunicado.

"Es nuestro derecho legítimo que el Gobierno se responsabilice de la masacre. Durante 33 años, hemos pedido que se sepa la verdad, que se rindan cuentas y que se compense a los familiares. En nombre de todas las familias, seguiremos firmes en nuestra búsqueda de la equidad y la justicia", dijeron las Madres de Tiananmen.

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