Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

Depredadores

Luis Enrique apoya a Laporte, que se sienta desconsolado en el suelo
Luis Enrique apoya a Laporte, que se sienta desconsolado en el suelo
Agencia EFE
Luis Enrique apoya a Laporte, que se sienta desconsolado en el suelo

Fue el presidente John Fitzgerald Kennedy quien popularizó en el ámbito norteamericano la frase "La victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana". Pero en realidad fue Napoleón Bonaparte el que, con anterioridad, pronunció esas palabras en 1807 al firmar la paz de Tilsit con los rusos. 

Hoy, tras la derrota de la selección española de futbol en Qatar, toca reflexionar sobre el contenido de esa sentencia del general corso. Hace apenas unas semanas todo eran vítores y alabanzas para Luis Enrique y sus jóvenes muchachos. 

El abultado triunfo sobre Costa Rica dio pie a ello pero, tras caer ante Marruecos, aquellos agasajos y palabras de reconocimiento han devenido, de la noche a la mañana, armas arrojadizas contra la selección. El entrenador simpático se ha convertido en un déspota descarado y los jugadores en un atajo de inútiles incapaces de marcar un penalti. 

En este país tenemos la fea costumbre -también en política y economía- de no saber metabolizar los fracasos"

Una jauría de depredadores mediáticos, hasta hace cuatro días aduladores, se han lanzado sobre la Roja para disertar acerca de sus flaquezas e insuficiencias. Los carroñeros olvidan que la exageración en busca de grandes e impactantes titulares no es sinónimo de buen periodismo. 

No me parece justa la agresividad desatada contra el equipo español tras su derrota. En este país tenemos la fea costumbre -también en política y economía- de no saber metabolizar los fracasos. Procede, obviamente, recapacitar sobre los fallos cometidos, repararlos y empezar de nuevo. De acuerdo, pero no con esa saña que gastan los depredadores.

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