OPINIÓN

Ahorro en dependencia: accesibilidad cognitiva, neurociencia y arquitectura

Centro de día de la Comunidad de Madrid
Centro de día de Esfinge, del Ayuntamiento de Madrid
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Lanzo estas ideas sobre el ahorro en dependencia que no están basadas en enfoques economicistas o tecnológicos, sino en el diseño de los espacios, la accesibilidad cognitiva y la arquitectura como mediadores de calidad de vida y facilitadores de la movilidad y de la autonomía. Representan la libertad de escoger cómo, hacia dónde y con quien ir sin interferencias ajenas a la propia decisión.

Las respuestas para reducir o retrasar la nunca deseada dependencia se debería buscar en primer lugar en los entornos -y en sus instrumentos de apoyo y ayuda a la movilidad- donde se hacen diariamente las actividades de la vida diaria y aquellas no tan cotidianas, pero que determinan nuestra satisfacción de vivir como personas con libertad de elección. 

Es entonces en el urbanismo, en la arquitectura y en la calidad y tipo de apoyos donde hay que mirar: entornos complejos que impiden que se puedan llevar a cabo la diversidad de actividades de la vida diaria sin apoyos, en especial aquellos que crean mayor dependencia y costes, como son los basados en tecnologías.

Lamentablemente, la sociedad actual se haya sometida a esas complejidades, al peligro de, simplemente, cruzar una calle, a los laberintos interiores de los edificios que, a pesar de ser equipamientos para todas las personas, no han incluido criterios de diseño comprensibles, con facilidad de ser mirados, utilizados, recorridos con los recursos propios, aquellos que la diversidad le da a cada ser humano.

En la vejez, la dependencia tiene grandes costes. Económicos, los primeros, pero también el coste personal de ir cuesta abajo

En la vejez, la dependencia tiene grandes costes, económicos los primeros. Pero también el coste personal de ir cuesta abajo si se abandona la posibilidad de reunir fuerzas para mantener la autonomía en la vivienda, en los transportes y en los equipamientos sociales. Y ahí es donde la dependencia comienza a tener mayor incremento, demandas sanitarias, farmacológicas y de apoyo humano.

En la vivienda, la dependencia comienza con la pérdida de la salud física, de la memoria operativa y de la posibilidad de llevar a cabo actividades con autonomía. En el transporte, porque si estos no reúnen condiciones de accesibilidad muchas personas se niegan a utilizarlos para no arriesgarse a tener accidentes en la calle, en las paradas y al pasar al interior de los medios de movilidad.

Centro de Formación Profesional, IES San Juan de la Cruz. Pozuelo de Alarcón. Madrid
Centro de Formación Profesional, IES San Juan de la Cruz. Pozuelo de Alarcón. Madrid
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En los equipamientos residenciales es, probablemente, donde más pesan las inversiones: edificios especializados a los que asisten personas que, por razones familiares, o carencias en su vivienda, se someten a unas relaciones no deseadas, separados de todo aquello que era su vida cotidiana. Edificios que muchas veces tampoco reúnen condiciones suficientes para que sus habitantes se mantengan activos física y mentalmente.

En el transporte, si no reúnen condiciones de accesibilidad, muchas personas se niegan a utilizarlos para no arriesgarse a tener accidentes

En el caso de las discapacidades, de la diversidad del ser humano que es tan amplia como diverso es el ser, viene de la mano de las dificultades para estudiar, después trabajar y siempre de desplazarse de manera autónoma. El coste económico de limitar el acceso a los medios e instrumentos de aprendizaje, estudio y trabajo es también para la sociedad, una reducción de los derechos sociales y económicos por los que tanto se ha luchado para conseguirlos. 

Incrementados por los costes del mantenimiento de aquellas personas que no pueden acceder a un puesto de trabajo: las barreras en accesibilidad cognitiva les han costado muchas veces la pérdida de oportunidades de empleo que, de partida, no son nunca fáciles para ellas.

Estudios llevados a cabo por organizaciones europeas que llevan muchos años trabajando para adaptar metodologías web en relación con la accesibilidad cognitiva1 han señalado las consecuencias adversas para la sociedad, como "la reducción de beneficios para las empresas privadas y aumento de los costes de los servicios adicionales para las empresas públicas". 

La investigación disponible es limitada, como si la accesibilidad cognitiva no formara parte del conjunto de derechos en materia de accesibilidad universal

Como señala el estudio citado anteriormente (FUNKA), "la investigación disponible es limitada", como si la accesibilidad cognitiva no formara parte del conjunto de derechos y normas, en materia de accesibilidad universal. Algo parecido se podría afirmar de la accesibilidad cognitiva en entornos y edificios, a pesar de que ya somos muchas las profesiones inmersas en metodologías y procesos innovadores para reducir barreras cognitivas espaciales. Donde se reducen las facilidades es en la transmisión de estas innovaciones hacia los responsables del diseño: profesionales, docentes, gestores de la arquitectura, de las normas, políticos de las área de diseño urbano y de la arquitectura.

Para finalizar, añadiré, desde una mirada personal, que las dificultades significan incentivos para crear, pensar en entornos más accesibles, e inclusivos, abiertos a conocimientos e innovaciones que no vengan solo de las tecnologías, sino también de las opiniones de quienes viven diariamente con estas barreras y son recibidas, reproducidas y resueltas con la imaginación de quienes diseñan -diseñamos- nuestro mundo exterior, que tanta importancia tiene para nuestro mundo interior y nuestra calidad de vida.

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