La odisea del joven de 17 años que sobrevivió a la tragedia de Melilla: "Al cruzar la frontera, nos gasearon y devolvieron a Marruecos"

  • Malek huyó de la guerra de Sudán del Sur y viajó por Egipto, Libia, Argelia y Marruecos para intentar llegar a España.
  • Amnistía Internacional denuncia las "mentiras" de Marlaska sobre la tragedia de Melilla: "Hubo asesinatos en suelo español".
Inmigrantes subsaharianos amontonados tras los enfrentamientos con la Policía de Marruecos durante un intento de salto de la valla de Melilla AMDH-NADOR (Foto de ARCHIVO) 26/6/2022
Inmigrantes subsaharianos amontonados tras un intento de salto de la valla de Melilla
AMDH-NADOR
Inmigrantes subsaharianos amontonados tras los enfrentamientos con la Policía de Marruecos durante un intento de salto de la valla de Melilla AMDH-NADOR (Foto de ARCHIVO) 26/6/2022

Malek -nombre ficticio- tiene 17 años y ha pasado dos huyendo de la guerra en su país de origen, Sudán del Sur. El joven estudiante salió de allí en 2020 y no ha podido contactar con su familia desde entonces. Buscó un hogar en Egipto, Libia y Argelia, pero encontró "palizas, miseria y hambre". Luego llegó a Marruecos y, el 24 de junio, se unió a cientos de personas para tratar de acceder a Melilla. Tras formar parte de aquel acontecimiento, uno de los más dramáticos que se han vivido en materia migratoria durante los últimos años, Malek fue devuelto en caliente a Marruecos, según relata él mismo a 20minutos

"En Sudán, la gente se estaba muriendo. Se estaban matando unos a otros, así que no tuve más remedio que huir de mi país", explica Malek desde Casablanca, donde vive actualmente. La violencia de un país en el que el 80% de los habitantes vive bajo el umbral de la pobreza llevó a Malek (y a muchos otros) a salir del allí. En 2019, más de dos millones de sudaneses estaban emigrados y han protagonizado desde entonces multitud de entradas irregulares a España. Pero el camino a la frontera con Europa es arduo y largo. El de Malek comenzó hacia el norte, en dirección a Egipto.

"A veces a pata, a veces en coche" y acompañado de otros migrantes, el joven llegó a Egipto y consiguió sobrevivir un tiempo haciendo trabajos manuales. Pero el Gobierno egipcio lo quería deportar y se vio obligado a huir una vez más. "No podía volver y tenía esperanzas de una vida mejor, así que decidí marcharme a Libia con algunos compañeros", explica. Una vez más, las expectativas se rompieron. Una travesía complicada, con escasos víveres y condiciones extremas de frío y calor, llevó a Malek a un país que no le dio la bienvenida.

"En Libia nos llevaban continuamente al calabozo, nos apaleaban y nos robaban", asegura el joven migrante, que decidió emprender el camino hacia Argelia. Durante todo este tiempo, él y los exiliados que lo acompañaban pasaban la mayor parte del tiempo "escondidos de la policía, sin poder trabajar y sin apenas comida ni agua que beber".

En Argelia vivió camuflado en el bosque durante el día y buscando comida durante la noche, un preámbulo de lo que le ocurrió al entrar a Marruecos en marzo de 2022. Tras su llegada, pasaron tres meses "de miseria" antes de que Malek formase parte de una de las mayores tragedias migratorias de los últimos años. 

El sudanés no tardó en darse cuenta de que no iba a encontrar asilo alguno en el país que lo separaba de España. El último mes lo pasó en los montes cercanos a la frontera con Melilla, donde cientos de migrantes preparaban una incursión masiva al territorio español. Tratar de pasar la valla en solitario es poco eficiente, por eso los refugiados y los marroquíes que desean entrar en España se organizan en grupos grandes que luego se dispersan.

El intento de pasar a España y la devolución en caliente

Intento masivo de más de 2.000 subsaharianos de cruzar la valla de Melilla.

Unos días antes de los eventos del 24 de junio, la Policía marroquí entró en los montes, repletos de migrantes, la mayoría provenientes de Sudán. "Nos atacaron y se llevaron nuestra comida y nuestro agua", relata Malek. Según explica, las autoridades marroquíes advirtieron a los locales para que no ayudasen al grupo de migrantes: "Era imposible quedarse en Marruecos". 

Finalmente, "casi 2.000 personas" bajaron de los montes en dirección a la frontera del barrio chino de Nador. Esta cifra, la que aporta Malek, coincide con las estimaciones de la ONU y Amnistía Internacional. En el camino, asegura Malek, la Policía les atacó, pero no logró pararles y consiguieron acceder a la valla. El espacio cerrado que separaba el muro pegado a Marruecos del que daba paso a España fue el escenario de las terribles escenas que trascendieron a los medios, las mismas que Malek vivió en sus propias carnes. 

"La Policía marroquí nos disparó con balas de goma y nos bombardeó con granadas de gas lacrimógeno, no había oxígeno y algunos murieron asfixiados". "Otros se rompieron las piernas o las manos, otros perdieron sus dientes o sus ojos", y cuando lograron romper la puerta que los separaba de España, algunos consiguieron traspasarla, entre ellos el propio Malek. 

"Cuando cruzamos la frontera, nos gasearon y perdimos la consciencia", asegura el joven. "Fuimos apalizados y nos devolvieron a Marruecos. Acto seguido, la Policía nos trasladó a una prisión". El migrante sudanés llegó a la cárcel marroquí totalmente inconsciente, lo que explica, según dice, que no le dieran una paliza. El resto de sus compañeros no tuvieron la misma suerte, cuenta Malek: "En la prisión, los policías apalizaban a los migrantes, en ocasiones utilizando martillos hasta matarlos". 

El joven pasó un solo día en aquella prisión, luego lo llevaron a Beni Melal, en el centro del país, y finalmente acabó en Casablanca. Sigue sin poder contactar con sus familiares, viviendo en "condiciones miserables", con dificultades para encontrar algo que comer y con esperanzas de lograr acceder a España para convertirse en abogado. "Voy a intentar cruzar la frontera de nuevo", afirma Malek al final de la conversación. 

Pedro Buenaventura
Redactor '20minutos'

Redactor de Tribunales y actualidad política. Graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, en 20minutos desde 2022.

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