Los loros no solo son capaces de imitarnos, también recuerdan lo que hacen a corto plazo

Sara Torres, investigadora del Instituto Max Planck y autora principal del estudio.
Sara Torres, investigadora del Instituto Max Planck y autora principal del estudio.
LORO PARQUE
Sara Torres, investigadora del Instituto Max Planck y autora principal del estudio.

Sobre los loros, sabemos que son unas aves más inteligentes de lo que parecen, capaz de aprender decenas de palabras, de imitar nuestros movimientos y bailar al ritmo de la música, entre otras cosas, además de sus capacidades propias de su naturaleza, como su capacidad de vuelo o su aguda visión.

Una de las últimas investigaciones con loros ha descubierto que estos animales son capaces de recordar acciones que han realizado con anterioridad, ofreciendo la primera evidencia de la existencia de representación mental de uno mismo y memoria episódica en aves.

Así lo afirma la Dr. Auguste von Bayern, del grupo de cognición comparada del Instituto Max Planck de Inteligencia Biológica en su artículo La memoria de las acciones propias en los loros, publicado en la revista Scientific Reports de Nature, donde asegura que los guacamayos de barba azul podían recordar las acciones que han hecho en su memoria a corto plazo, con periodos de retención de hasta 12 a 15 segundos.

La investigación ha utilizado aves del parque zoológico de Loro Parque de Tenerife, donde los visitantes pueden ver este tipo de prácticas en vivo. "Las aves participaron voluntariamente en las sesiones de entrenamiento y experimentales", aseguran desde el centro.

Memoria a corto plazo

Los loros del estudio "también fueron capaces de generalizar la regla abstracta de repetir, al usarla con comportamientos nuevos sin necesidad de entrenamiento", informan desde Loro Parque.

"Para ello, se entrenó a tres guacamayos barba azul, una especie en peligro de crítico de extinción en Bolivia, para entender un comportamiento que significa: repite lo que acabas de hacer", detallan. Todos los ejemplares fueron capaces de ejecutar sin problema las cuatro acciones diferentes".

Y es que se comprobó la fiabilidad de sus respuestas en ensayos de repetición, doble repetición y sin repetición, mezclando las órdenes para evitar que el animal aprendiera simplemente por repetición. "Las aves actuaron más allá de la casualidad, los resultados muestran que se apoyaron en la memoria de su última acción más que en la última orden que recibieron", explica Sara Torres, miembro del grupo de cognición comparada y principal autora del estudio.

En un segundo experimento, se puso a prueba la memoria de los loros introduciendo un intervalo de tiempo entre la acción y el momento de repetir esa acción. "Los loros fueron capaces de recordar lo que habían hecho hasta después de 12 - 15 segundos, equiparando la memoria a corto plazo en otras especies de mamíferos", aseguran los investigadores.

Uno de los loros durante los experimentos.
Uno de los loros durante los experimentos.
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Para terminar, en el último experimento se puso a prueba si los loros eran capaces de entender y generalizar el concepto abstracto de repetir. "Se les pidió que repitiesen acciones nuevas con las que nunca se les había entrenado y, sorprendentemente, todos los loros fueron capaces de usar este concepto en una situación novedosa, probando que entendieron la regla abstracta de repetir", celebran.

"Esto corrobora que la repetición no es solo un artefacto de un entrenamiento intenso, sino que los guacamayos barba azul pueden transferir la regla de repetición a una acción no entrenada, lo que implica que un rasgo importante de la autorrepresentación ha evolucionado en este grupo de aves y podría ser adaptativo", remarca Torres.

Por su parte, Auguste von Bayern sostiene que "este hallazgo sugiere que la memoria de las acciones es un prerrequisito importante para la representación de uno mismo o autoconsciencia, y ha evolucionado en este grupo de aves, lo cual significa que ha de tener beneficios para la supervivencia de la especie".

El hecho de que los guacamayos hayan sido capaces de superar este experimento representa que tanto la memoria episódica como la consciencia del comportamiento ha evolucionado al menos en este grupo de aves, y es posible que sea adaptativo. Lo cual concuerda con la complejidad del ambiente socio-ecológico en el que estos loros se desenvuelven.

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