Sánchez acusa a la "derecha política y judicial" de un "complot" para "intentar atropellar la democracia"

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
EFE
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una rueda de prensa.
EP

Pedro Sánchez pone pie en pared. El presidente del Gobierno ha acusado a la derecha "política y judicial" de llevar a cabo un "burdo complot" con el fin de "atropellar la democracia" española. Con un fondo discursivo más duro -aún- que las palabras empleadas, el jefe del Ejecutivo ha querido pronunciarse así sobre el episodio vivido este jueves, en el que el Tribunal Constitucional ha estudiado la petición del PP de paralizar una votación del Congreso de los Diputados horas antes de producirse, "algo que no había pasado en los 40 años de democracia".

"Hoy la derecha y la ultraderecha han tratado de amordazar al parlamento español", ha denunciado el presidente, que también ha opinado que "estamos ante un intento de atropellar nuestra democracia por parte de la derecha", lo que ha calificado de "inaceptable". Sánchez no ha querido secundar las palabras del socialista Felipe Sicilia, que ha acusado al PP de actuar como lo hizo el golpista Antonio Tejero el 23 de febrero de 1981 -"entonces fue con tricornios y hoy con togas", ha lanzado en la tribuna del Congreso-, pero sí ha trasladado el importante enfado vivido dentro del partido, que calificaba lo sucedido este jueves como "un antes y un después".

En este sentido, Sánchez ha ido más allá al declarar que no sabe "qué es" lo que va a hacer la derecha, a la que ha abroncado. "No se puede llamar a un gobierno ilegítimo, tildar de criminal a un gobierno emanado de las urnas…", ha lanzado, para después personificar sus críticas en el Partido Popular, al que ha acusado de "secuestrar" la Constitución Española por la no renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que lleva cuatro años con su mandato caducado. "Hay que cumplir con la Constitución, respetar el parlamento, el resultado de las urnas y la separación de poderes", ha explicado después.

Con todo, el presidente también ha querido lanzar un mensaje a los españoles, mostrándose casi como garante de la legalidad. "La democracia", ha dicho, "prevalecerá". Así, ha recordado que España es "una de las grandes democracias de Europa" y ha celebrado que el Constitucional no haya paralizado la votación -los magistrados se volverán a reunir el lunes para decidir qué hacen con la reforma del Gobierno que modifica el modelo de elección para la renovación del Alto Tribunal- y ha declarado que "no todo vale".

Reitera el 'no' al referéndum y justifica la malversación

El jefe del Ejecutivo ha sido vehemente en la defensa de sus movimientos respecto a Cataluña, que se hicieron más evidentes que nunca con los indultos a los líderes del 'procés' y han continuado con la supresión de la sedición y la reforma de la malversación. Sobre todos ellos, ha aclarado que no los ha llevado a cabo "por los independentistas", sino por la "convivencia y la concordia" en Cataluña

Sobre la malversación, que ha levantado muchas críticas incluso dentro de su formación -Emiliano García-Page le puso voz, aunque Sánchez ha dicho que "no está de acuerdo"-, el presidente ha asegurado que la reforma, que se ha aprobado este jueves en el Congreso, "recupera la tradición" del Código Penal antes de la última reforma, que hizo el PP en 2015 "con su mayoría absoluta y sin el apoyo de ningún partido más". "[La reforma] aporta claridad y proporcionalidad en el Código Penal, no despenaliza ningún tipo de malversación y endurece la persecución a los corruptos", ha resumido.

Asimismo, Sánchez ha reiterado su 'no' al referéndum que pide ERC, su socio parlamentario, y del que volvieron a hacer bandera el pasado martes, cuando los republicanos pactaban con el PSOE la reforma de la malversación, en la que según los socialistas los independentistas admitían que los hechos acaecidos el 1-O "tienen reproche penal". "En Cataluña no va a haber ninguna consulta de autodeterminación", ha repetido el presidente, que ha justificado su rechazo porque ese referéndum "no entra dentro de la Constitución" y porque quiere contribuir con soluciones "que superen la fractura". A su juicio, esa consulta "nos retrotrae a un pasado que queremos dejar atrás". Para finalizar, ha defendido que su política, que ha tildado de "arriesgada", no va a ser la de "no hacer nada, como Mariano Rajoy", sino la de "apostar por la convivencia y la concordia entre catalanes y españoles". Todo ello, para acabar con un mensaje claro a sus socios: "El procés ha muerto".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento