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Una de cada siete personas no puede calentar su casa adecuadamente y el Gobierno calcula entre 3,5 y 6,4 millones de pobres energéticos

El coste de la calefacción.
GTRES ONLINE

El número de personas que no puede mantener una temperatura adecuada en invierno en sus viviendas aumentó cuatro puntos en 2021 con respecto al año anterior y alcanzó al 14,3% de la población, es decir, alrededor de una de cada siete personas. Así lo indica un informe sobre la del Ministerio de Transición Ecológica sobre la evolución de la pobreza energética, que con datos del año pasado calcula que afecta a entre 3,5 y 6,4 millones de personas en España.

La pobreza energética se define como la situación en la que se encuentra un hogar donde no se pueden satisfacer las necesidades básicas de suministros de energía por un nivel de ingresos insuficiente. El Gobierno la calcula en base a cuatro indicadores primarios, de los que tres mejoraron ligeramente entre 2020 y 2021 y un cuarto, el de quienes no pueden calentar su casa adecuadamente, que experimentó un empeoramiento mucho más acusado, que en los últimos años ha registrado variaciones más acusadas. 

En términos generales y dependiendo del indicador que se tenga en cuenta, el Gobierno calcula que hay entre 3,5 y 6,4 millones de personas que se encuentran en situación de pobreza energética en España. Esto representa entre el 7,3% y el 13,4% de sus 47,6 millones de habitantes.

Gasto desproporcionado o demora en el pago de facturas

En 2021, el 16,4% de los hogares incurrió en un gasto desproporcionado en energía, es decir, que el porcentaje de sus ingresos que representó fue más del doble de la mediana del gasto nacional. En 2020, el porcentaje fue de 16,8%; en 2018, de 16,7% y en 2018, de 16,9%.

Por lo que respecta a la llamada "pobreza energética escondida", que es como se conoce a lo que ocurre en hogares cuyo gasto energético absoluto es inferior a la mitad de mediana nacional, en 2021 siguió disminuyendo como en los años anteriores. Representó el 9,3% de los hogares frente a 10,3% en 2020, 10,6% en 2019 y 11% en 2018.

El tercer indicador de la pobreza energética es el retraso en el pago de las facturas de suministros de la vivienda, que en 2021 fue un décima menor que en 2020 -9,5% frente a 9,6%- pero superior al 6,6% de los habitantes en esta situación en 2019 y 7,2% en 2018.

Objetivos lejanos

En su informe, el Ministerio de Transición Ecológica recuerda cuáles son los objetivos en materia de reducción de la pobreza energética para los próximos años. Si sigue el ritmo actual en la evolución de los cuatro indicadores, será complicado cumplirlos porque lo que queda por cumplir en cuatro años se cuenta en puntos porcentuales y las reducciones de los últimos años son de décimas de punto.

El "objetivo mínimo" para 2025 es que el gasto desproporcionado en energía afecte al 12,9% de los hogares y el "objetivo buscado" para ese mismo año es que solo ocurra en el 8,6% de los hogares, lo que supondría reducirlo entre 3,5 y 7,8 puntos en cuatro años.

Lo mismo sucede con la pobreza energética escondida. El objetivo mínimo para 2025 es que afecte al 8,6% de los hogares y el objetivo buscado es del 5,7, que supone  1,3 y 3,6 puntos de diferencia con la situación de 2021.

También se cuenta por puntos enteros los objetivos mínimo y buscado en 2025 para reducir el número de personas que viven en hogares con una temperatura inadecuada, 6% y 4% respectivamente, cuando en 2021 era de 14,3%. Por lo que respecta al retraso en el pago de las facturas, será necesario que el 9,5% de las personas afectadas en 2021 caigan al 5,5 y al 2,7% en 2025, dependiendo de que se trate de un objetivo mínimo o el objetivo buscado.

Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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