La soledad de los mayores en Navidad: "Tengo a mis hijos, pero para mí no es una época feliz"

La cruda soledad de los mayores en Navidad
La cruda soledad de los mayores en Navidad
La cruda soledad de los mayores en Navidad
La cruda soledad de los mayores en Navidad

“Es que el abuelo es muy pesado… Siempre cuenta la misma historia”, es una frase que los nietos suelen decir sobre sus abuelos después de haber escuchado alguna anécdota más de dos o tres veces. No lo hacen con maldad, pero pueden afectar a la salud de las personas mayores. A veces, esas simples palabras se convierten en uno de los detonantes para que la soledad inunde la mente de los mayores. Comienzan a alejarse de su entorno y el sentimiento de soledad toma protagonismo en sus vidas. “Solemos ponerles el San Benito, cuando en realidad hay que darles un altavoz para que se sientan integrados”, explica Marina Arnés, la responsable de acción social en la delegación de Madrid de la fundación Amigos de los Mayores.

A nadie le gusta sentirse solo. Sin embargo, es un sentimiento que ha ido aumentando en los últimos años en las personas que superan los 65 años. Se ha detectado sobre todo en “mujeres, la gran mayoría viudas o divorciadas, a partir de los 70 o 75 años”, asegura Marina. Sin embargo, esta situación la viven también muchos hombres que se encuentran en esas mismas edades, pero la dificultad para detectarlas es mucho mayor. “Les da mucho apuro tener que pedir ayuda porque están educados en la sociedad de antes, donde el hombre tenía que ser fuerte y no mostrar ninguna debilidad”, indica.

Rosa, 87 años: "Para mí, la Navidad no es una época feliz"

La Fundación Amigos de los Mayores es de origen catalán, pero comenzó a funcionar en Madrid en 2020, el año de la pandemia. Una de sus usuarias es Rosa, una mujer de 87 años, a la que le encanta viajar, charlar con la gente, hacer deporte y tomar algo en alguna terraza. Sin embargo, no le gusta romper su rutina. Por eso, estas fechas de festividad no son una época feliz para ella, probablemente, porque se acentúa su sentimiento de soledad. Vive sola y sus hijos, tiene 4, dos viviendo en Madrid y los otros dos en el extranjero, hacen su propia vida, a veces, difícil de complementar con el ritmo de Rosa. "A mí no me gustan los días de fiesta, los fines de semana o los puentes. Prefiero la vida normal", asegura. Por eso, para ella, "la Navidad no es una época feliz". 

Por eso, la Navidad tampoco es su momento favorito del año. Los dos hijos que viven en Madrid "se turnan" para ver con quién pasa la Navidad. Eso a Rosa le produce cierto rechazo. "Voy feliz a casa de mis hijos, pero cuando hablan de a quién le toca pasar la Navidad conmigo me hace daño a los oídos", explica. A pesar de ello, no tiene mal recuerdo de esta Nochebuena. "Mis nietos ya son más mayores, así que podemos jugar y hablar con ellos sin problema. No es como cuando eran pequeños y era todo un poco caótico", afirma. 

fotografo: Jose Gonzalez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Reportaje de gente sola mayor con ayudas de asociaciones
Prefería la Navidad junto a sus padres y hermanos, cuando todavía estaba soltera. Ahora, siente nostalgia por las personas que ya no pueden acompañarla en la mesa
José González

Nochevieja, por el contrario, decidió pasarla sola. "Mi hijo me ha invitado a ir a su casa, en El Escorial, pero yo no quiero", asegura. Y es que para ella, que tengan que ir a recogerla y dormir fuera es un obstáculo. Tampoco quiere sentirse como una carga para su familia. "Prefiero cenar en casa tranquilamente lo que suelo tomar cada noche, ver un rato la tele e irme a la cama", explica.

Sin embargo, algo que le sube mucho el ánimo son las actividades que Amigos de los Mayores organizan y de las voluntarias que acuden a su casa a pasar tiempo con ella. "Los voluntarios se convierten en amigos. Muchas veces vamos a desayunar juntas, charlamos, me cuentan sus problemas y yo les doy consejo como persona con mucha experiencia", indica. Te hace sentirte importante", añade. Un hecho tan simple como pedirle que dé un discurso durante la comida de Navidad que celebró la fundación en el hotel NH hace que su autoestima se mantenga fuerte. 

Navidades rodeados pero solos

“La soledad no deseada no es algo que se elija por temporadas. Está presente todo el año, pero en Navidad se acentúa”, indica Marina. Por ello, sentimientos como nostalgia o soledad se convierten en una tónica muy común. Puede deberse “bien a que les faltan seres queridos o a que no pueden compartirlo con nadie”. Por ello, para muchos mayores en lugar de ser fechas de festividad se convierten en un mal trago. 

En Madrid se han organizado diferentes actividades con el objetivo de conseguir que sigan siendo días de mucha alegría y celebración también para las personas mayores. La Fundación Amigos de los Mayores ha realizado 26 comidas en las que han participado personas mayores, voluntarios y autoridades políticas. “Se lo pasan genial. Es un momento muy especial para ellos", asegura Marina. “Se lo toman muy en serio. Hubo mujeres que fueron a la peluquería, se maquillaron y se vistieron muy elegantes”, añade. Durante una de estas comidas, Rosa, que se hizo escritora a los 80 años, dedicó unas palabras a los asistentes de agradecimiento a la labor que hacen desde la Fundación. Quiso terminar con una cita del filósofo indio Rabindranath Tagore, a modo de comparación: "Agradecer a la llama su luz, Amigos de los Mayores, sin olvidar el candil que constante y paciente la sostiene, los voluntarios". 

Por su parte, la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha la campaña ‘Navidad en compañía’. Ofrecen estancia en diferentes residencias del territorio para que pasen las fiestas acompañados aquellos días que elijan en el periodo comprendido entre el 23 de diciembre y el 7 de enero. Han habilitado un total de 200 plazas. Las personas que han optado por ocuparlas pueden disfrutar de alojamiento con pensión completa en el centro, mientras están acompañados por los residentes y entablan relación con ellos.

Hablar, pasear y romper la brecha generacional

Los profesionales de Qida, una empresa de atención domiciliaria para personas mayores o con dependencia en Madrid, concuerdan que una de las soluciones más importantes para que las personas mayores no se sientan marginadas en las comidas y cenas de esta Navidad pasa por romper la brecha generacional. “La tecnología es algo que a los jóvenes les facilita mucho la vida, pero para las personas mayores se convierte en un gran obstáculo”, asegura Ana Barrio, terapeuta ocupacional. Aboga por hacer actividades en familia en la que se combinan los estilos tradicionales y los más evolucionados. “Mandar un audio de felicitación puede resultarles algo muy divertido, pero también pueden mandarlas escritas”, propone. De esta manera, ambos mundos convergerían y habría un punto de entendimiento entre personas de edades muy distintas.

Virginia Martín, psicóloga en Qida, defiende que hay que tratar a las personas mayores como sujetos activos. “Tenemos que evitar pensar que no son capaces de hacer ciertas cosas e introducirles en el entorno comunitario”, asegura. “Hay que generar un espacio donde no se sientan juzgados”, añade Barrio. “Debemos dejar en sus manos la toma de decisión porque ayuda a que vayan abiertos a ver qué pasa, a conocer a gente, pasarlo bien, tener un espacio compartido… Si se sienten obligados, esa apatía o sentimiento de soledad se puede ver más acentuado”, defiende Virginia.

El punto en el que todos los profesionales que se dedican a las personas mayores coinciden es en que hace falta hablar más con ellos. “Pasan mucho tiempo solos y hay algunos temas que no se atreven a tratar con sus allegados”, asegura Marina. Es importante hacer preguntas como "¿Qué tal estás?" o similares para que puedan sentir que están siendo escuchados y que su vida interesa a otros. A esto ayuda mucho la labor que hacen los voluntarios de fundaciones como Amigos de los Mayores. “De repente hablan con ellos de temas que nunca han tratado con sus familiares, salen a pasear… Hacen otro tipo de convivencia que les sube mucho el ánimo”, asegura Marina.

El problema del síndrome de la silla vacía

Muchas personas mayores sufren lo que se conoce como síndrome de la silla vacía, algo que se vive con mayor intensidad durante la Navidad. Aparece justo después de perder a una persona especial, como un familiar o una pareja. La causa puede ser fallecimiento o, por ejemplo, haber tenido que ingresar en una residencia.

El entorno familiar va cambiando significativamente a medida que pasan los años. “Lo normal es que los hijos se vayan del nido y se quede la pareja. Tienen que volver a aprender a convivir”, asegura Marina. Y es que han estado tanto tiempo centrados en trabajar o cuidar de su familia, que se han olvidado de vivir como una pareja. “Cuando ya se dedican tiempo el uno al otro y una de las personas se queda completamente solas, no solo por viudedad, sino porque a lo mejor uno de ellos tiene que ir a una residencia, la tristeza es mucho mayor”, asegura. Esto puede llevar a que la persona entre en depresión, experimentando un “bajón tanto psicológico como físico importante”. “En cuestión de meses, dan un bajón inmenso y también tienen que ingresar en residencias”.

Entorno rural y urbano

“En las zonas más rurales hay casos de personas mayores que sufren esa soledad no deseada, pero entra mucho en juego la parte comunitaria, los vecinos”, asegura Marina. Sin embargo, en las grandes ciudades, como Madrid, el tipo de vida es completamente diferente, por lo que los enlaces con la red comunitaria son más distantes. “En el entorno urbano es donde más sufren porque la parte de los vecinos se ha ido abandonando”, afirma Marina.

Sin embargo, la soledad no deseada en las personas mayores es un tema que cada vez está más en boca de la sociedad. “Empieza a haber estudios de la situación que viven los mayores y de la importancia que tiene que los mayores sigan activos en el día a día”, defiende la responsable de acción social en la delegación de Madrid de la fundación Amigos de los Mayores. Esto es una de las consecuencias directas de la pandemia, puesto que provocó que todo el mundo se diese cuenta de los efectos de la soledad y ayudó a tomar conciencia sobre lo que viven día a día las personas mayores. “A raíz del covid-19 parece que empieza a haber más movimiento y a dar importancia a la situación de las personas mayores, que hasta ahora estaban silenciados”, indica Marina. 

Rosa no lo ve así. Para ella, la pandemia "no ha ayudado nada, solo a distanciar a las personas y a las familias". "Nos ha hecho sentirnos cada vez más solos por obligación", añade. Sin embargo, también fue lo que impulsó que entrase en la Fundación que tantas alegrías le ha dado y a través de la cual ha hecho grandes amistades con los voluntarios y otros usuarios. 

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