Moreno culmina el año de la mayoría absoluta, las revoluciones verde y fiscal y la sanidad como uno de los principales retos de futuro

El año que acaba de terminar quedará seguramente grabado a fuego en la mente del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, como grabados con tinta dejó él en su piel los 58 escaños obtenidos en las elecciones autonómicas del pasado 19 de junio. La cita con las urnas reportó al PP su primera mayoría absoluta en una comunidad tradicionalmente socialista, lo que ha situado al andaluz como uno de los barones más fuertes del PP y un espejo en el que mirarse el líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, en este año electoral.

En 2018, Moreno hizo historia al expulsar de San Telmo al PSOE, aunque entonces lo hizo con uno de los peores resultados del PP en Andalucía y gracias solo a la coalición con Cs y al apoyo parlamentario de Vox. Pero hace seis meses, la victoria fue rotunda y se extendió hasta territorios donde nunca antes había ganado el PP, como Sevilla, una tendencia que los populares esperan mantener hasta los comicios municipales del próximo mes de mayo.

El adelanto electoral autonómico marcó la primera mitad del pasado año, toda vez que los rumores al respecto se venían fraguando desde finales de 2021, por lo que Andalucía vivió la primera parte de 2022 inmersa en una permanente campaña electoral, que se oficializó cuando el líder del Ejecutivo anunció el adelanto el 26 de abril.

Los primeros meses de la segunda legislatura, la del "diálogo y el consenso", defiende con ahínco el PP-A, han sido intensos. Comenzaron con la que es una de las principales banderas de Moreno desde que llegó al Gobierno, la bajada de impuestos. No en vano, en septiembre anunció la sexta rebaja fiscal de su Ejecutivo, con la supresión del impuesto de patrimonio y la deflactación autonómica del IRPF, medidas que el presidente tildó de "revolución" y que situaron a Andalucía en el centro del debate político nacional.

Moreno aprueba en solitario el primer Presupuesto de la mayoría absoluta sin el apoyo de ningún grupo

La verde ha sido también otra de las "revoluciones" que ha querido impulsar el presidente de la Junta, presente durante varios días en la Cumbre del Clima de Egipto del pasado noviembre, donde mantuvo reuniones con representantes de diversos países y defendió la intención de Andalucía de convertirse en "líder" de la transición ecológica en España y Europa. 

En esta materia, además, Moreno ha dado luz verde a un ambicioso plan contra la sequía dotado con más de 4.000 millones de euros, al que se sumará este año un tercer decreto para afrontar las consecuencias de la falta de precipitaciones en la comunidad, uno de los retos más importantes a los que se enfrentará el Ejecutivo andaluz a lo largo de este año, con el parque de Doñana como una de las principales joyas naturales a proteger, para lo que la Junta y el Gobierno central acaban de crear una comisión bilateral técnica de trabajo.

La sanidad es otro de los aspectos claves del año que acaba de terminar, con sus luces y sus sombras. Superada la presión asistencial que provocó la pandemia del coronavirus, los esfuerzos del Gobierno se centran ahora en mejorar, sobre todo, una Atención Primaria que no termina de levantar cabeza. La situación de la sanidad pública ha provocado ya en 2022 la primera protesta masiva en Andalucía de la Marea Blanca. En respuesta, la Junta ha renovado a los 12.000 sanitarios de refuerzo covid cuyos contratos vencieron a finales del pasado año, aunque por periodos de un año en el caso de los médicos y de seis meses en el resto de categorías. Salud admite que sigue habiendo margen de mejora, pero reclama un gran pacto nacional para hacer frente al déficit de facultativos que hay en todo el país.

Además de todo esto, la Junta ha sacado adelante en los últimos meses de 2022 hasta nueve proyectos de ley, entre ellos, el de Economía Circular, el de Función Pública o el de Flamenco, normas que quedaron en el tintero en la pasada legislatura por el adelanto electoral. Y ha culminado el ejercicio con la aprobación de la ley más importante en un Gobierno autonómico, el Presupuesto de 2023.

Un año de malos resultados para Espadas

Si 2022 ha sido un año memorable en lo político para el PP andaluz, todo lo contrario ha sucedido en la bancada de enfrente. El renovado PSOE de Juan Espadas no salió bien parado de la cita electoral del 19 de junio, en la que los socialistas solo perdieron tres escaños, pero se dejaron por el camino unos 130.000 apoyos, cayendo por primera vez por debajo del millón de votos. Tampoco las encuestas del año pasado le auguran una mejoría a corto plazo. El último sondeo del Centro de Estudios Andaluces (Centra), organismo dependiente de la Junta –publicado el 19 de diciembre– le otorgaba al PSOE-A, la federación socialista con más músculo de España, un 19,4% de votos y 22-23 escaños, por los 30 que tiene ahora en la Cámara.

Tampoco ha dejado una buena imagen el cierre de año en lo que a actividad parlamentaria se refiere, después de que el grupo socialista llegara fuera de plazo al registro de las enmiendas parciales al Presupuesto andaluz. El propio Espadas ha intentado quitarle hierro a lo que considera una "interpretación errónea", al tiempo que ha defendido su trabajo diario y de coordinación en el partido, retando a cualquier militante crítico a que le haga llegar sus quejas para debatirlas.

Espadas, que se ha convertido en uno de los principales valedores de las políticas de Pedro Sánchez, a diferencia de otros barones socialistas que han criticado abiertamente algunas de las últimas decisiones del presidente del Gobierno, volverá a medir sus fuerzas indirectamente en unas elecciones municipales que pueden ser determinantes para su liderazgo.