Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Despropósitos de año nuevo

Cena de fin de año
Los propósitos de año nuevo son tan importantes como los despropósitos.
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Cena de fin de año

Uno. No vamos a pedir que pare la guerra. Es un mal necesario. Dejaremos que lo hagan algunas organizaciones como Save the Children y el Papa. Eso ya queda bien. La guerra de Ucrania tiene su función. Además, el malo y el bueno están muy claros. No tiene sentido esforzarse en parar las matanzas, los bombardeos y las injusticias. Ni siquiera en Navidad. Además, la guerra es una excusa magnífica para cualquier cosa.

Dos. No preguntaremos de dónde salió la pandemia. Ni siquiera al recordar estos días a los que murieron. Tampoco insistiremos en los datos, ni en el exceso de mortalidad que se viene registrando en los últimos meses. No reflexionaremos sobre el silencio de los poderosos, ni sobre los que se han hecho todavía más ricos. Nos centraremos en sobrevivir, nos haremos bola y nos enfocaremos en nuestro mínimo vital de supervivencia. El miedo es un collar muy pesado. 

Nosotros debemos vigilar que no suban más los precios del Mercadona. Es nuestra misión.

Tres. Levantar la cabeza, mirar el panorama mundial, preguntarse quién manda aquí y todo ese tipo de inquietudes no nos interesarán este año. ¿Para qué? La clarividencia es una ambición peligrosa, molesta y arrogante. Seguiremos sin saber cuáles son, por ejemplo, los fondos de inversión que dominan el mundo, cómo se llaman y qué números manejan. Tampoco nos interesaremos por comparar su volumen de activos con, por ejemplo, el PIB de nuestro país.

Cuatro. Reflexionar sobre nuestra civilización es inútil. En el año que empieza no vamos a pensar en Europa y en occidente como un pueblo unido, con una historia, unos lazos comunes y un proyecto de futuro. Dejaremos que la decadencia siga su proceso natural de podredumbre. No buscaremos soluciones en la natalidad, en la identidad y en lo común. No valoraremos las amenazas reales y sus estrategias porque preferimos pelearnos con el vecino y con el hermano. Es más cómodo.

Cinco. Seguiremos tragando. Todo es relativo. Permitiremos que los políticos tengan manga ancha para incumplir, mentir y engañar. La casta seguirá siendo la misma y trabajará al servicio de los que están en la punta de la pirámide. Votaremos cuando nos toque y callaremos el resto del tiempo. Ellos se encargan de todo. Nosotros debemos vigilar que no suban más los precios del Mercadona. Es nuestra misión. Feliz año nuevo. 

Juan Luis Saldaña
Periodista y escritor

Colecciono coca colas falsas en lata y hago fotos a las bolsas de plástico en los árboles. He publicado libros de poemas y relatos. Mi última novela es "Hilo musical para una piscifactoría". Se llevó al cine bajo el título de "Miau". He sido redactor en prensa, presentador en tele y radio y ahora me piden que opine. Licenciado en derecho, MBA, máster en periodismo y doctor en comunicación e información. He tenido una agencia de marketing, alguna experiencia de éxito en comercio electrónico y doy clases en algún máster sobre esto.

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