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Entrevista

Beatriz Gómez, maestra: "La educación especial tiene prestigio por sí misma, por más que se la intente desprestigiar"

Beatriz Gómez Gil, maestra de educación especial.
Guillermo Mestre / Heraldo de Aragón

Beatriz Gómez Gil cumple, con convicción, con las cualidades que se le exigen a un buen maestro y, en particular, a uno de educación especial: formación, vocación y motivación por sacar lo mejor de los alumnos. Con más de dos décadas de trayectoria profesional en la educación especial, tanto en centros ordinarios como de especial, esta docente, en continua formación, ha elaborado varios proyectos de educación asistida con perros para niños con autismo y tiene especial interés en el lenguaje en personas con daño cerebral adquirido, por lo que cursa ahora el grado de Logopedia. 

Desde hace más de una década, trabaja como maestra y tutora en el colegio Jean Piaget de Zaragoza, centro de educación especial público más grande de Aragón, con casi un centenar de alumnos con patologías distintas: Trastorno del Espectro Autista (TEA), discapacidades motoras, sensoriales, intelectuales… Además, el centro cuenta con una residencia para alumnos, de este colegio o de otros, que residen en poblaciones alejadas de la ciudad y deciden, por ello, alojarse allí entre semana.

En el colegio Jean Piaget confluyen distintos tipos de discapacidad, al igual que sucede en muchos centros de educación especial de España. ¿Dificulta esto la labor de los maestros?En nuestro colegio, incluso en cada aula hay diferentes perfiles. Se dice que esto hace nuestra labor más enriquecedora, pero yo creo que la hace más compleja porque especializarte en una determinada área exige tiempo de estudio y dedicación. Entonces, es muy complicado cuando tienes muchos temas que abordar a la vez, pero sobre todo es difícil en cuanto a las posibilidades que tienes de hacer un trabajo más especializado, técnico o con un perfil más científico. 

Yo he conocido cómo se trabaja en países como Cuba o Estados Unidos, donde los colegios están organizados por discapacidades o síndromes. Eso trae una serie de ventajas en cuanto que te permite especializarte y desarrollar metodologías adaptadas a ese tipo de alumnos. Para mí, los colegios de educación especial deberían ser centros en los que se generase conocimiento sustentado en una evidencia científica porque se debería trabajar en coordinación con médicos, farmacéuticas o industrias que desarrollen materiales que puedan ser probados y validados con los alumnos y que esto te pueda dar unos frutos exportables a otros colegios.  Esa coordinación y, sobre todo, ese conocimiento, es importante para todos.

Los colegios de educación especial deberían ser centros en los que se generase conocimiento sustentado en una evidencia

Hablas de especialización... ¿Están los maestros de educación especial peor formados ahora?Yo tuve la gran suerte de poder estudiar la carrera de educación especial cuando era una diplomatura de tres años en la que estudiabas específicamente la discapacidad visual, auditiva, intelectual… además de diferentes didácticas o técnicas de trabajo. Después de esa base, tenías cursos especializados de postgrado. En cambio, ahora tienes el grado de Infantil o de Primaria, y en el último curso, cuarto, la mención de cinco o seis asignaturas, más prácticas, de Audición y Lenguaje (AL) o Pedagogía Terapéutica (PT), que también se llama Atención a la Diversidad. Yo todos los años tengo alumnas de prácticas y sí que noto que vienen con unas carencias de conocimientos muy grandes para trabajar con niños que necesitan una alta especialización técnica. 

En otros países, los maestros de educación especial son los mejor considerados, mejor pagados y los que están mejor formados porque tienen un perfil más técnico, y eso es lo que yo veo que se ha devaluado también aquí desde que se empezó a imponer todo el tema de la integración en su versión más radical, la inclusión. Esto no es de ahora, lleva muchos años ya creando una imaginería negativa de la educación especial y sus profesionales hasta tal punto que la especialidad de educación especial se ha eliminado. No vale solo con una base generalista de formación, porque es injusto para estos niños.

En otros países, los maestros de educación especial son los mejor considerados, mejor pagados y los que están mejor formados

¿Qué tipo de profesionales trabajan en el Jean Piaget de Zaragoza teniendo en cuenta la diversidad de perfiles que hay?En nuestro centro, cada aula cuenta con un tutor, pero intervienen también otros especialistas, como el AL, personal de atención, enfermeros, auxiliares de enfermería, monitores de comedor que realizan con ellos trabajo a la hora de comer y también de aseo… Y contamos con auxiliares, que están con nosotros en clase continuamente. La ratio suele ser de un maestro por cada 6 alumnos, pero depende de la casuística y de la organización porque cada año es diferente. No obstante, siempre dentro de clase suele haber un auxiliar, y puede haber también un AL, un fisio… depende del caso. Además, somos un centro que acoge siempre mucho alumnado de prácticas de todo tipo, con lo cual hay muchos periodos al año en los que tenemos un apoyo extra en el aula. La cantidad de profesionales que trabajan alrededor de estos alumnos es mucho mayor y más especializada que lo que puede ser en un centro ordinario.

Teniendo en cuenta la falta de formación de la que hablabas antes, ¿formáis a los nuevos profesionales que entran a trabajar con vosotros?Sí, el colegio tiene su propia formación interna en la que cada maestro se especializa más en unas cosas u otras. También tenemos un proceso de acogida para los profesionales que vienen nuevos para darles a conocer la filosofía y la forma de trabajo que se tiene en el colegio. Los propios profesores formamos tanto a los nuevos como a los compañeros, en diferentes temas, por ejemplo, Sistemas Aumentativos y Alternativos de Comunicación (SAAC) o dispositivos tecnológicos que ayuden a niños con discapacidad motora a realizar tareas como encender una batidora.

Además, nuestro colegio tiene un proyecto con el Instituto Pablo Serrano en el que, desde sus departamentos de informática y electrónica, reparan y adaptan dispositivos electrónicos para que los niños los puedan utilizar en el centro y en casa con las familias. Somos un colegio muy abierto a las familias, se hacen muchas actividades con ellas, se las invita a asistir al aula para que vean cómo se trabajan determinadas metodologías e incluso se las forma si, por ejemplo, estamos implantando un SAAC con los alumnos.

Los alumnos que residen allí durante la semana, ¿continúan con el trabajo fuera del horario escolar?Sí, en la residencia hay dos responsables, educadores sociales, y también auxiliares y monitores. La residencia es como una casa, entonces tienen trabajo de autonomía, de organización de sus habitaciones, de sus propios hábitos de estudio, pero también se organizan actividades de ocio y tiempo libre con salidas al parque, al cine, a los centros comerciales...

Beatriz Gómez Gil durante una clase en el colegio Jean Piaget (Zaragoza)
CEDIDA

Eres una firme defensora de la educación especial, ¿por qué consideras imprescindible que sigan existiendo estos colegios y no se conviertan en "centros de referencia y apoyo", como defiende la Ley Celaá?La educación especial realmente tiene prestigio por sí misma, por más que se intente desprestigiar ahora mismo. Hay una tendencia, por un lado, a crear una imaginería negativa de ella y, por otro, a evitar la comparación entre los centros ordinarios y los de educación especial. Los centros de educación especial tienen una trayectoria consolidada en nuestro país que hace que sean posiblemente el mejor recurso educativo que tienen los alumnos con discapacidad y, dentro de ellos, los alumnos con discapacidad intelectual que, a mi juicio, son los más vulnerables a las políticas de integración e inclusión. Son centros de calidad reconocida por la formación de sus profesionales, las sinergias que se crean entre ellos, el conocimiento que se genera, las instalaciones… Si bien debería trabajarse de otra manera, como comenté antes, solamente con la experiencia y con la práctica se genera un conocimiento, una manera de trabajar, unos hábitos y se ofrecen unas posibilidades que no se pueden ofrecer en un centro ordinario porque muchos de nuestros alumnos simplemente necesitan espacios y tiempos diferentes para poder trabajar, además de metodologías, conocimientos o mayores recursos. Los colegios de educación especial son centros de alto rendimiento, de mucha calidad para estos alumnos.

¿Cómo influye en la vida futura de estos niños haber estado escolarizados en un centro de educación especial y no en uno ordinario?El tema de la discapacidad es muy amplio, por lo que generalizar es injusto, ya que siempre se van a quedar fuera, por lo general, los que tienen un nivel más bajito y los que tienen más nivel a lo mejor pueden estar en un centro ordinario con apoyos. Pero hay alumnos que no van a tener esas posibilidades y los centros de educación especial les dan, sobre todo, relaciones sociales simétricas entre iguales, cosa que no se consigue con niños que no tengan discapacidad, porque evidentemente hay una brecha entre ellos enorme de lenguaje, pensamiento, inteligencia, intereses… etc. Eso genera en ellos un bienestar emocional en autoestima.

Y luego está la formación, va a haber alumnos que a lo mejor no puedan tener una formación tan sólida que les permita ser independientes el día de mañana, pero a lo mejor sí la mayor independencia posible dentro de la vida en el hogar o dentro de entornos más protegidos. Los espacios, tiempos y ritmos que necesitan estos niños para trabajar, para centrar la atención, comer, ir a los aseos son diferentes. Al final, es ver lo que necesita cada alumno y dárselo.

¿Es viable, entonces, que los centros ordinarios puedan dar cabida a estos niños, tal y como pretende la nueva ley educativa?No creo que se pueda llegar a producir eso nunca, francamente. Los países que más han apostado por esto, como Italia, tienen proliferación de centros privados porque es una necesidad y una realidad. Yo creo que puede ser un compendio de buenas intenciones, pero que, puestas en práctica, en realidad, hacen más daño que beneficio, porque no todas las casuísticas son iguales. Luego, si pensamos simplemente en el costo, lo que hay que invertir en un alumno con discapacidad es desde dos hasta siete veces más de media que para un alumno de un centro ordinario. Ya solo teniendo en cuenta ese dato ves que no es viable.

Beatriz Gómez Gil, maestra de educación especial.
Guillermo Mestre / Heraldo de Aragón

Joan Canimas, doctor en Filosofía, defendía en una entrevista para 20minutos que el debate sobre la educación entendida ahora como "inclusiva" se debe tener "sin la pasión de la ideología y debería ser fundamentalmente pedagógico". ¿Falta que se dé más voz a los profesionales que trabajan directamente con niños con dificultades?El problema con esto, que viene ya desde hace años, es que no solamente hace falta que se nos dé más voz, sino que se dejen escuchar voces diferentes, porque a nosotros las formaciones que se nos dan van todas en la línea de promover el modelo de la diversidad funcional y los planteamientos que se hacen son: "Ya sabéis que los colegios de educación especial tienen que cerrar porque van en contra de los derechos de las personas con discapacidad". Primero, la Convención de los Derechos de las personas con discapacidad que se firmó en Nueva York en el año 2006, España la ratificó en el año 2008 tal cual estaba escrita, pero hay muchos países que no lo han hecho así y han modificado o no han aceptado todos sus artículos. Y hay países, como es el caso de EE.UU., que no tienen ratificada esa Convención. En este caso, además, se da la paradoja de que es el país en el que se firmó.

Entonces, se nos está vendiendo una idea que no es universal y que, por tanto, no es algo que no pueda ser debatible o discutible. Han intentado de todas las formas imponer un discurso en favor de lo que sería la inclusión, de manera que las voces discordantes no se escuchan, se intentan acallar, decir que van en contra de los derechos de estos niños o que incluso puedes tener intereses ocultos. Se ha creado en las universidades y en diferentes grupos que supuestamente están en defensa de los derechos de las personas con discapacidad un activismo, incluso hasta las investigaciones que se hacen van siempre en la misma línea. Para defender este discurso. se desdibuja y se narra de una forma alterada lo que ha sido verdaderamente la historia de la educación especial, algo que retrata con una profundidad increíble el libro de Pilar Irinia Superando la soledad: la educación de la persona con discapacidad intelectual.

Se desdibuja y narra de una forma alterada lo que ha sido verdaderamente la historia de la educación especial

Precisamente para dar voz también a profesionales como tú, te pregunto: ¿Cómo debería ser, bajo tu punto de vista, el modelo ideal de educación para alumnos con discapacidad?No me atrevería a decir un modelo como tal, pero sí que creo que la forma más fácil de poder atender todas estas situaciones tan diferentes en el mundo de la discapacidad puede ser un proceso de atención en cascada, en el que que se contemplen varios tipos de atención. E, independientemente de todo eso, que se desmitifique toda esta imaginería negativa que se está asociando a la educación especial, que se la dote realmente de recursos y que se cuide mucho a los profesionales que trabajan en ella, que se les exija una muy buena formación técnica. Es importante que estén en coordinación con otro tipo de profesionales y que sean centros generadores de conocimiento, recursos e investigación, porque tenemos en ellos a una población que está en un mismo espacio con la que se puede trabajar, investigar y sacar conocimientos que no son buenos solamente para ellos, sino también para el resto de la sociedad porque, de una manera u otra, nos afectan a todos también. Yo apostaría por centros altamente especializados, independientemente de que haya una atención correcta para determinados alumnos en centros ordinarios. Y, a la hora de hacer presupuestos, que sean realmente serios, con lo que esto supone, porque no es una educación barata, pero es necesaria: estos críos tienen el mismo derecho que los niños sin discapacidad a tener la mejor educación posible.

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