La explosión de contagios covid en China se desplaza de la ciudad al campo: se prevén casi 4 millones de casos diarios en todo el país

Una ambulancia traslada pacientes en un hospital de Bazhou, en la provincia china de Hebei.
Una ambulancia traslada pacientes en un hospital de Bazhou, en la provincia china de Hebei.
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Una ambulancia traslada pacientes en un hospital de Bazhou, en la provincia china de Hebei.

A partir de este domingo, el coronavirus dejará de ser una enfermedad de categoría A en China para pasar a ser de categoría B. Eso supondrá que dejará de ser considerada de máximo peligro y que las medidas de control serán más laxas. Esto ocurrirá en un momento en el que el país sufre un auténtico tsunami de contagios. Las grandes ciudades están alcanzando su pico, pero en el resto del país, y principalmente en las zonas rurales, se espera un incremento, impulsado por las fiestas de Año Nuevo. 

Con la relajación de las medidas se pondrá fin en la práctica a la política de 'cero covid'. Las autoridades fueron desmantelándola después de que el hartazgo ante las restricciones cristalizase en manifestaciones multitudinarias tras la muerte de diez personas en un edificio confinado de Urumqi. Los ciudadanos protestaron bajo consignas como "no quiero PCR, quiero comer" o "devolvedme mi libertad".

Entre otras novedades, la nueva clasificación de la covid implicará la retirada de la exigencia de cuarentenas al entrar en el país que llevaba vigente desde que estalló la pandemia en marzo de 2020. Quienes quieran entrar sí tendrán que presentar, no obstante, un test negativo realizado en las 48 horas previas al comienzo de su viaje. Asimismo, las autoridades no realizarán un seguimiento de los contagiados ni de sus contactos cercanos ni fijarán zonas de alto o bajo riesgo según el número de infecciones.

A la espera de que las restricciones decaigan, la oleada de contagios ha llegado a su pico en grandes urbes como Pekín, Shanghái, Cantón o Chongqing, pero todavía está por golpear a las zonas rurales. Así lo concluye un estudio dirigido por expertos del Centro de Sanidad Pública de Shanghái y publicado en la revista científica Frontiers of Medicine, dependiente del Ministerio de Educación. Los técnicos se basaron en datos sobre la evolución de la pandemia en la ciudad de Chongqing y sus alrededores para vaticinar la propagación del virus por la geografía del gigante asiático.

Los investigadores concluyeron que las zonas rurales y las afueras de las ciudades experimentarán la ola de contagios más tarde y advierten de "un pico significativo" en esas áreas durante el Año Nuevo Lunar, la mayor migración anual del mundo y que en 2023 caerá entre el 21 y el 27 de enero. Habitualmente, muchos trabajadores inmigrantes en las ciudades vuelven a sus lugares de origen para pasar las fiestas con sus familiares, lo que causará que "la propagación de la epidemia se acelere", según los científicos. El estudio avisa de que provincias del interior como Shaanxi, Gansu o Qinghai sufrirán el pico de infecciones entre mediados y finales de este mes.

"Proteger a la población"

De cara a ese nuevo brote en el medio rural, el Gobierno chino se ha comprometido a mejorar los servicios médicos y el suministro de material sanitario en esos territorios. También tiene previsto acelerar la producción de fármacos contra el coronavirus. Pekín ha pedido así a las autoridades sociales almacenar medicamentos y reforzar los servicios sanitarios para los residentes a medida que aumenta la vacunación de grupos vulnerables.

El Ejecutivo ha hecho hincapié además en la importancia de que los hospitales de estas regiones aumenten la cooperación con los de las zonas urbanas. Algunos de esos centros ya han anunciado que cancelan las vacaciones de sus equipos o que trabajarán horas extras para "garantizar el tratamiento de los enfermos".   

A mediados de diciembre, el Consejo de Estado ya pidió a los gobiernos locales que diesen prioridad a los servicios de salud en las zonas rurales "para proteger a la población", señalando "su relativa escasez de recursos de atención médica" y la alta movilidad durante las vacaciones.

Dudas sobre las cifras oficiales

La rápida propagación del virus ha sembrado dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales, que recogen apenas una decena de fallecidos en esta última ola y 5.700 desde el inicio de la crisis sanitaria. De hecho, el domingo se informó de únicamente una muerte por covid en todo el país. 

Esos datos contrastan con las fotografías de hospitales saturados y con dificultades para atender a los pacientes, imágenes que corroboran testimonios difundidos a través de las redes sociales. Las propias autoridades reconocen que hay encuestas que señalan que hasta el 60% de la población de algunas localidades se ha contagiado, en un país de 1.400 millones de habitantes. 

Así lo recoge Health Times, medio subsidiario del Diario del Pueblo, rotativo oficial del Partido Comunista. "Por muy reducida que sea la tasa de casos graves, el número de pacientes con cuadros severos crece exponencialmente por la enorme base de población", afirma el doctor Zhang Wenhong, uno de los expertos más reconocidos. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha mostrado recientemente "muy preocupada" por la evolución del coronavirus en China y ha reclamado "más información", a lo que Pekín ha respondido que ha compartido sus datos "de forma abierta, puntual y transparente" desde el inicio de la pandemia. 

¿Más de 5.000 muertes diarias?

Airfinity estima sin embargo que China está sufriendo actualmente miles de muertes diarias por covid. La compañía británica de análisis del sector sanitario apuntaba a finales de noviembre que "entre 1,3 y 2,1 millones de vidas podrían estar en peligro" si se levantaba la política de 'cero covid' debido a las bajas tasas de vacunación y refuerzo, así como a la falta de inmunidad híbrida. "China continental tiene niveles muy bajos de inmunidad en su población. Sus ciudadanos fueron vacunados con Sinovac y Sinopharm, que han demostrado tener una eficacia significativamente menor y brindan menos protección contra infecciones y muerte", alertaba.

China tiene niveles muy bajos de inmunidad. Sus ciudadanos fueron vacunados con Sinovac y Sinopharm, que han demostrado menor eficacia

Más recientemente, a finales de diciembre, Airfinity auguró que se prevé que el país vea dos picos en los casos a medida que el coronavirus se propaga. El primero tendría lugar a mediados de enero y el segundo, a principios de marzo. Su equipo de epidemiólogos pronostica que las tasas podrían alcanzar los 3,7 millones por día ahora y los 4,2 millones dentro de dos meses

"Hoy, nuestro modelo sugiere que es probable que haya más de 5.000 muertes diarias. Esto contrasta profundamente con los datos oficiales, que informan de 1.800 casos y solo siete muertes durante la semana pasada [del 12 al 18 de diciembre]", avisó.

La covid se resiste a irse

La "preocupación internacional" -en palabras de la ministra de Sanidad española, Carolina Darias- por la explosión de contagios en China y que esto derive en una nueva variante, las secuelas a largo plazo que deja en aproximadamente el 15% de los casos y las aún elevadas cifras de mortalidad están en el punto de mira. 2023 arranca en una situación "muy diferente a la que de hace un año", cuando sacudió la primera oleada de ómicron, pero los especialistas se resisten a considerar que esto ha terminado: "Sería un error decir que ya no estamos en pandemia".

La transmisión en China, en cambio, no supone, de entrada, un "reto" para los países de la Unión Europea debido a que las variantes que circulan son las mismas que ya lo hacen en el viejo continente, y a la alta inmunidad y los índices de vacunación europeos, según ha tranquilizado el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC). Coincide con esta tesis el presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública (Sempsph), Rafael Ortiz: "Las noticias de China podrían hacernos pensar en una nueva ola, pero salvo que haya un cambio importante de variante, su efecto en Europa debería ser limitado".

La situación ha llevado a varios países, España entre ellos, a anunciar que exigirán un test de covid negativo a los viajeros que lleguen a sus territorios procedentes de China, una medida que ha sido cuestionada por algunos especialistas, que dudan de su efectividad a la hora de frenar la transmisión. Hasta el momento, los controles efectuados el sábado a todos los pasajeros procedentes del primer vuelo procedente del país asiático tras implantarse los controles sanitarios han dado negativo, según Sanidad.

La Comisión Europea ha dicho de manera reiterada que hace falta "coordinación" entre los Estados miembros sobre las medidas nacionales ante la nueva emergencia. En esa línea, Suecia, país que preside el Consejo de la UE, ha convocado una reunión este miércoles para debatir la coordinación de posibles restricciones. 

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