Cinco propósitos del Ayuntamiento para 2023: propulsar a Almeida, rematar grandes obras o 'domar' a Vox antes de las elecciones de mayo

El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.
El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.
Europa Press
El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida.

Año nuevo, vida nueva... para el Ayuntamiento de Madrid, que en tan solo cinco meses se enfrenta al examen más importante del mandato de José Luis Martínez-Almeida: las elecciones municipales. Lograr una mayoría suficiente para revalidar el bastón de mando es el objetivo número uno del alcalde. Pero, antes, el Gobierno de coalición con Cs, y Begoña Villacís de vicealcaldesa, debe enfrentarse a no pocos retos. La cuesta de enero ya ha empezado y la sensación que recorre el Palacio de la Cibeles es que se alargará hasta el último domingo de mayo. Ahora que las autoridades apuran sus últimos días de vacaciones, y toman resuello para la traca final que se avecina, es momento de escribir sus propósitos para este 2023.

2022 fue un año agridulce para azules y naranjas, aunque el alcalde se afane en presentar un balance "muy satisfactorio". En los primeros compases del año, el escándalo del espionaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz-Ayuso, le estalló en la cara y, poco después, salió a la luz el caso de las mascarillas, con la estafa millonaria de dos comisionistas a las arcas municipales en el peor momento de la pandemia. Madrid recuperó las cifras del PIB prepandemia, desenredó el Nudo Norte y cumplió por primera vez en doce años los requisitos de calidad del aire de la Unión Europea. Pero, justo al final del curso, se hicieron realidad sus peores presagios presupuestarios, cuando Vox cumplió su amenaza de tumbar los Presupuestos de 2023 si no se eliminaban las multas y restricciones de Madrid 360, la versión ampliada del Madrid Central de Manuela Carmena. 

Propulsar la candidatura de Almeida

La imagen de alcalde de 'todos los madrileños' que Almeida se granjeó en 2020, cuando -todavía como portavoz nacional del PP- logró aunar a los cinco grupos en Cibeles para firmar los Acuerdos de la Villa, se ha desdibujado mucho en los últimos meses. Las encuestas municipales más recientes son concluyentes: si mañana fueran las elecciones, el PP ganaría, pero necesitaría a Vox para gobernar. Ciudadanos es una incógnita, a la espera de resolver su futuro a nivel nacional. Y Más Madrid, líder de la oposición tras ganas los anteriores comicios, no superaría a los populares ni aliándose en una mayoría progresista con el PSOE. Aunque por una diferencia pírrica. Entre una coalición de derechas y una de izquierdas tan solo habría uno o dos escaños de diferencia. Muy poca para asegurar la reelección a tantos meses del 28M. Poquísima para hablar de gobernar en solitario, como tanto desea el primer edil.

El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, saluda a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso.
El alcalde de Madrid, José Luís Martínez-Almeida, saluda a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso.
Ayuntamiento de Madrid

Almeida terminó el curso pasando por el confesionario de Federico Jiménez los Santos para reconocer sus errores en la guerra fratricida entre el exlíder del PP Pablo Casado y Ayuso. Una forma de hacer borrón y cuenta nueva con el electorado que le echaba en cara su papel en la pugna por la presidencia de Madrid y renovar los votos con su 'partner' en el superdomingo de mayo- que también albergara las elecciones autonómicas. Pronto tendrá que elaborar su lista para las urnas y definir el proyecto que va a presentar a los madrileños. Y para ello le conviene subirse a la ola de popularidad que surfea la regidora madrileña. 

Gestionar la prórroga presupuestaria

El Gobierno municipal se adentra en terreno desconocido. Por primera vez en la 'era Almeida'-la tercera que registra la política de Cibeles, las dos anteriores durante el mandato de Carmena- el Consistorio se enfrenta a una prórroga presupuestaria. Esto significa que el equipo de Hacienda, que capitanea la delegada Engracia Hidalgo, tendrá 430 millones de euros menos de los previstos para prestar servicios públicos en la capital.

Además, tendrán que decir adiós a iniciativas con las que iban a apuntalar su campaña electoral en primavera, como la rebaja del IBI al mínimo legal, la mejora de la Tarjeta Familias, el aumento del monto en seguridad o las 3.077 viviendas que iba a empezar a construir la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo EMVS. Por otro lado, proyectos como la creación del primer carril de autobús ultrarrápido que une los barrios de Valdebebas, Sanchinarro y Las Tablas con el hospital Ramón y Cajal, la incorporación de efectivos en Policía Municipal y Samur o la puesta en marcha de obras como la del paseo de Santa María de la Cabeza o la plaza de Jacinto Benavente podrían quedarse solo en el anuncio. Como dijo Villacís el día que certificaron la prórroga: "No saldrán una de cada diez inversiones".

En materia de gestión, los de Hidalgo tendrán que hacer puro encaje de bolillos para salvar subvenciones tan sensibles como las que recaen en Cruz Roja, Cáritas y Mensajeros de la Paz. Y presupuestar otras partidas ya iniciadas como la ampliación histórica de BiciMad o los contratos de limpieza interbloques

Rematar obras

fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Reportaje obras en Madrid. Puerta del Sol
Estado de las obras de la Puerta del Sol, abierta temporalmente al público por Navidad
Jorge París

Madrid encara en los próximos meses la recta final de obras tan emblemáticas como la remodelación -otra más- de la Puerta del Sol o el cubrimiento de la M-30 en su paso por el antiguo estadio del Calderón. Pero también se pondrán de largo operaciones más discretas como la reforma de las plazas de Ágata y Mayor en Villaverde o la Vaguada y Emperatriz en Carabanchel y Fuencarral-El Pardo, respectivamente. Antes de las elecciones, se alumbrarán proyectos como la avenida de General Perón o el eje Doctor Esquerdo-Pedro Bosch. Y también se espera que esté listo el carril de bici de la Castellana, como núcleo de la movilidad ciclista en la ciudad. Todas estas operaciones completarán el legado urbanístico que deje Almeida a los madrileños tras cuatro años de mandato.

Domar a Vox

Socio de investidura hasta hace no tanto, Vox se ha convertido en la gran piedra en el zapato de Almeida a la hora de sacar adelante sus iniciativas. El último ejemplo se vivió el pasado 27 de diciembre cuando la quinta fuerza de Cibeles declinó su imprescindible apoyó para aprobar la modificación del Plan Urbanístico de 1997, que incluían la regulación, entre otros asuntos, de la presencia de las llamadas cocinas fantasmas en zonas residenciales, las viviendas de uso turístico y las casas de apuestas.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (d), conversa con el diputado de Vox, Javier Ortega Smith, durante la presentación de la iluminación callejera de la ciudad para la Navidad 2020-2021, en el Palacio de Cibeles, Madrid, (España), a 26 de noviembre de 2020. A pesar de la crisis sanitaria del Covid-19, este año la capital lucirá sus decorados navideños, en concreto el coste de la iluminación este 2020 está en torno a los 3 millones de euros, y a diferencia de años anteriores, se incorporan nuevos diseños y se amplía la ornamentación a una treintena de emplazamientos más hasta alcanzar las 213 vías. Jesús Hellín / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 26/11/2020
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, conversa con el diputado de Vox, Javier Ortega Smith, durante la presentación de la iluminación callejera de la ciudad para la Navidad 2020-2021
Jes ̇s HellÌn, Jesús Hellín

Para el primer edil la culpa de esta falta de entendimiento es de Ortega Smith. No de Vox, sino de su portavoz. Personalmente. Con él ha emprendido una cruzada en los últimos meses, acusándole de ser el responsable de que los madrileños no se beneficien de una rebaja en sus impuestos al no haber ofrecido sus cuatro votos a favor del proyecto presupuestario. "El coste para los madrileños de que Ortega Smith pueda circular por la Gran Vía son 121 millones [de minimizar el IBI]", ha repetido en innumerables ocasiones. El coste político de esta pugna todavía está por ver. Quizás tengan que entenderse en una futura coalición después del 28M. Pero, hasta entonces, el gran zurrón de votos conservadores que comparten el candidato del PP y el de Vox alejan la posibilidad de limar asperezas.

Limpieza, seguridad y calidad del aire 

Es una de las grandes asignaturas pendientes del Gobierno municipal. A la que dedica cantidades cada vez más ingentes de dinero público, pero que, paradójicamente, no sirven para asear de una vez por todas la ciudad. Si Almeida no consigue resolver el problema de la limpieza a tiempo, la suciedad podría convertirse en su gran quebradero de cabeza electoral. Más Madrid ya ha enseñado sus cartas: su estrategia en campaña pasará por llevar el debate de Cibeles a los problemas reales de los madrileños. Y en ese terreno, la ideología quedaría en un segundo plano.

Desde este enero ha entrado en vigor la nueva Ordenanza de Limpieza en la capital que trece años después incluye iniciativas tan controvertidas como multar con hasta 2.000 euros a quien arroje cartón a los pies de los contenedores o establece un horario específico para tirar el vidrio, de 08:00 a 22:30 horas. 

Otro talón de Aquiles para el Gobierno municipal podría ser la seguridad, que en el pasado mes de diciembre sufrió dos episodios negros, ante el videomapping proyectado sobre el Palacio de Cibeles, y en los accesos a Árticus, por el exceso de aforo en el parque navideño de Casa de Campo. Pero Vox podría ir más allá, haciendo de la espiral de violencia asociada a las bandas juveniles su gran caballo de batalla en las elecciones.  Aunque esa competencia corresponde a la Delegación de Gobierno, con la socialista Mercedes González a la cabeza, cualquier repunte de los delitos de estas pandillas podría jugar en contra de los populares.

El Medio Ambiente también ocupa (y ocupará) el centro del debate en la política madrileña. Izquierda y derecha buscarán ondear la bandera medioambiental, cada uno a su manera, mientras Vox desecha las políticas de sostenibilidad. Esta semana, el alcalde sacó pecho de los datos de calidad del aire de la capital, que por primera vez en doce años han cumplido con los requisitos de la Unión Europea. De aquí en adelante tendrá que preocuparse por no bajar el pistón e incluso mejorar los datos del aire que respiran más de 3 millones de habitantes. 

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