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Las rebajas de productos especiales son casi inexistentes: "No hay apoyo al sobrecoste que supone tener una discapacidad"

Varias personas pasan delante del escaparate en Madrid
EUROPA PRESS

Casi un 70% de los españoles comprará en las rebajas de invierno, que comenzaron la semana pasada, gastándose una media de 135 euros, según una encuesta realizada por la Asociación Española de Consumidores (Asescon). Unos descuentos generalizados que miles de familias aprovechan para adquirir artículos como ropa, calzado o tecnología a un precio más barato y fomentar, de esta forma, el ahorro.

Sin embargo, cuando se trata de artículos especiales o adaptados para personas con discapacidad, la oportunidad no es tal. "Esos productos, como son muy de nicho, no suelen encontrarse rebajados. Es más, estos descuentos suelen ir vinculados más a producto de gran consumo", asegura Daniel-Aníbal García, secretario de Finanzas de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE).

Descuentos en líneas específicas de grandes marcas

Tal y como explica el secretario de Finanzas de COCEMFE, "algunas marcas hacen campañas puntuales", pero la realidad es que esto no es algo habitual y tan solo existen rebajas, en ocasiones, en líneas de prendas de vestir o calzado adaptado que lanzan grandes marcas de moda: "Sucede con marcas muy puntuales, que entran en el circuito de rebajas porque son grandes distribuidores de moda que tienen sus rebajas".

Así sucede con marcas como Tommy Hilfiger que, a través de su línea de ropa 'Tommy Adaptive' vende prendas de vestir adaptadas a personas con movilidad reducida, bajo el lema de que "vestirse debería ser más fácil para todo el mundo". También la compañía Nike desarrolla una línea de calzado y ropa, Nike FlyEase, para personas con discapacidad motora. En ambos casos, estos productos, de un precio ligeramente superior al resto que ofrece la marca, se rebajan en este periodo del año. 

Por otro lado, en cuanto a productos específicos como sillas de ruedas o prótesis, aclara, "es impensable que tengan rebajas, teniendo en cuenta que muchos de esos productos se encuentran financiados, en parte, por la Seguridad Social, por lo tanto, tienen un régimen de precios diferentes, aunque hay venta libre también". Además, asegura, "muchos de esos productos tienen un precio de catálogo y de venta diferente, por tanto, nunca sabes realmente cuál es el precio del mercado, entonces no hay rebajas".

Juguetes y tecnología adaptada

Si nos fijamos en los juguetes adaptados, hay que tener en cuenta que se trata de productos con precios muy elevados. Su coste oscila entre los 120 y 5.000 euros, según refleja un estudio del Instituto Tecnológico de Producto Infantil y Ocio (AIJU) que, además, destaca que al 36% de las familias con hijos con discapacidad les resulta difícil encontrar este tipo de productos para niños. "Hay muy pocos y estos juguetes no suelen encontrarse rebajados porque muchas veces se venden en tiendas especializadas o son de pequeña tirada y hay pocos descuentos", comenta García.

"Incluso si hablamos de juguetes terapéuticos, para centros de atención temprana, son muy caros, al estar adaptados a las distintas discapacidades. Si un juego para un niño sin discapacidad puede costar 50 o 100 euros, si se trata de un niño con discapacidad, su precio puede ascender a 600 euros. Es un sobrecoste que multiplica por seis lo que vale el producto que no está pensado para la discapacidad", añade.

En cuanto a dispositivos tecnológicos, encontramos descuentos, explica el secretario de Finanzas de COCEMFE, en productos de gran consumo, con pequeñas adaptaciones que permiten que las personas con discapacidad puedan usarlos. "Hay muchas personas con discapacidad para las que la tecnología es un elemento muy fuerte de accesibilidad y esperan a las rebajas para comprarse, por ejemplo, el último móvil porque tienen alguna ventaja", explica. "Es un producto de gran consumo que simplemente es accesible y entonces ahí sí tenemos las ventajas de las rebajas", añade.

Sin embargo, aclara, "cuando se trata de un producto específico para discapacidad, para un colectivo, es un mercado más pequeño y, por tanto, no hay esas ventajas porque tienen un coste más alto y un circuito de distribución que no es el de la gran distribución".

Exclusión social y económica

La escasez de productos especiales rebajados plantea una discriminación social para estas personas que, además, deben enfrentarse a importantes gastos económicos derivados de su discapacidad: "Te encuentras que es muy complicado ahorrar o encontrar 'chollos', teniendo en cuenta el sobrecoste tan fuerte de tener una discapacidad".

Por otro lado, las personas con discapacidad, especialmente si se trata de discapacidades motoras, deben hacer frente a distintas barreras físicas si eligen acudir a una tienda física en busca de un producto ordinario en este periodo del año: "Es complicado porque, a veces, los probadores no son del todo cómodos y accesibles, las prendas no se encuentran a la altura adecuada, quizás no hay la posibilidad de que te atienda una persona y hay grandes aglomeraciones que te dificultan moverte. Se hace prácticamente imposible".

Por este motivo, muchas de estas personas escogen aprovechar las rebajas de forma online, pero "eso es una discriminación, porque todos sabemos que hay algunos productos que no se encuentran en la tienda online". Además, subraya, "a todos nos gusta ver la prenda de ropa o el teléfono móvil que queremos comprar". "Hay que facilitar la accesibilidad a establecimientos físicos en estas fechas. Al fin y al cabo, todo esto nos aleja un poco más de la inclusión plena, que es hacer las cosas de la manera más natural posible y que, a quien le apetezca ir a la tienda, dar un paseo y ver, pueda hacerlo", añade.

Adaptar productos y facilitar descuentos en compras

Tal y como hemos explicado, hay que tener en cuenta que los productos especiales para personas con discapacidad tienen un alto coste que dificulta que se rebajen, en la mayoría de ocasiones, y salvo excepciones. Por este motivo, García propone apostar por "productos universalmente accesibles, adaptados para que los pueda usar cualquier persona y se puede abaratar el coste, ya que su sobrecoste mayor se distribuye entre toda la sociedad y, sobre todo, va a entrar en el circuito de la gran distribución y habrá rebajas como las hay en todos los productos".

El secretario de Finanzas de COCEMFE pone el ejemplo de los teléfonos móviles: "Hay que hacerlos accesibles, no hacer un modelo especial de móvil que sea accesible porque sería carísimo, sino un modelo que, para personas con sordera, por ejemplo, lo puedas configurar en modo lectura de pantalla. De esta forma, será más barato porque ese modelo lo podrá usar cualquiera". Además, apunta, "a todos nos gusta poder tener las mismas cosas que otras personas". No obstante, subraya, es importante "incentivar y facilitar que se hagan productos accesibles y subvencionarlos".

Por otro lado, García propone "que existan ayudas generalizadas en las compras para familias con discapacidad, orientadas no tanto a las rebajas grandes como a descuentos durante todo el año, y que ahora son inexistentes". En este sentido, sugiere que haya "reducciones del IVA en supermercados, descuentos cada cierto tiempo o cheques, al igual que existen para otros colectivos a los que se les reconoce que tienen un sobrecoste y se les apoya, como las familias numerosas. En el caso de las personas con discapacidad, no hay ese apoyo a nuestro sobrecoste".

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