El programa de Antena 3 El Hormiguero emitió este miércoles uno de sus experimentos sociales, en el que la premisa era comprobar qué tipo de humor tienen las personas de diferentes países, qué les hace reír o cuales son sus límites.
Así, un argentino, una japonesa, un israelí, una marroquí, unos indios, dos personas de África o una mujer china explicaban de qué se ríen en sus países o cuales son los límites en función de su cultura.
Además, el programa pedía a los participantes que tradujeran a su idioma chistes españoles (como del perro Mistetas) o que recrearan en su idioma escenas de películas cómicas españolas como Torrente, con el fin de ver si les resultaban graciosas.
También les mostraban clásicos del humor español como actuaciones de Chiquito de la Calzada, algo que descolocaba mucho a todos los participantes que, a pesar de hablar un buen español, se sentían descolocados con las expresiones del humorista malagueño.
Pero si algo llamó la atención es que en este experimento también había un hombre ucraniano y otro ruso, que acabaron conociéndose y sentándose juntos a hablar sobre el humor y sobre la guerra.
A ambos se les puso un monólogo de Miguel Gila sobre la guerra, un número en el que el fallecido humorista ponía de manifiesto las contradicciones y el absurdo de los conflictos bélicos.
"La guerra destruye todo, espero que pronto se acabe", acababa por decir el ciudadano ucraniano, que finalmente se fundía en un abrazo con el ruso, que aseguraba apoyar a su país, pero no a su presidente.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios