Joan Ferran Historiador y articulista
OPINIÓN

Daniel Sirera

Daniel Sirera, candidato del PPC a la alcaldía de Barcelona.
Daniel Sirera, candidato del PPC a la alcaldía de Barcelona.
PPC
Daniel Sirera, candidato del PPC a la alcaldía de Barcelona.

La lucha por la alcaldía de Barcelona se ha convertido en un banco de pruebas electoral que va más allá de las elecciones municipales del mes de mayo. Movimientos, iniciativas y sorpresas no faltan. 

Aquellas plataformas que desde sectores de centro-derecha se las prometían felices, ante la hipotética incomparecencia del PP o Ciudadanos, comienzan a inquietarse. Las candidaturas de Anna Grau y de Daniel Sirera están ahí. Compiten para recuperar un espacio electoral que otrora fue suyo. 

Algo parecido acontece en el ámbito nacionalista. Las encuestas, para espanto de republicanos, ya detectan el aterrizaje de Xavier Trias. Son tantas las variables que incluso dos de los principales contendientes -Colau y Trias- escenifican un almuerzo para transmitir la idea de que lo que se dirime en mayo es una pugna entre ambos. Juegan a polarizar intentando echar del tablero a Jaume Collboni, sin duda el más transversal de los candidatos. 

Y en este panorama tan dinámico irrumpe Daniel Sirera. Un veterano parlamentario que haría bien en recuperar el pactismo que caracterizó la etapa de Alberto Fernández Díaz. 

Los sondeos indican que el PP puede reconquistar terreno en Barcelona en detrimento de los advenedizos. Quizás si, pero intuyo que el votante conservador atemperado desea ver sus ideas defendidas con rigor y sin altercados.

Daniel Sirera puede demostrar a los suyos que otra forma de hacer oposición es posible. La experiencia nos dice que pactar la disidencia suele ser más útil que la barahúnda.

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