Un agresor con orden de alejamiento, un asesinato con un cúter... El caso de la mujer decapitada en Marbella
La mató. Luego, le cortó la cabeza y las manos, y las arrojó al mar. Al cuerpo le hizo un corte en el abdomen para evitar que los gases lo sacaran a flote. Pero el cuerpo mutilado apareció ese mismo día. Fue el pasado domingo 8 de enero en una playa de Marbella. Ella se llamaba Natalia y su asesino, su expareja, Leonel. Este jueves confesó.
"Ante las evidencias que le incriminaban directamente en la desaparición de la mujer, el principal sospechoso ha reconocido el crimen en sede policial antes de ser puesto a disposición judicial", contó la Policía. El juez ha enviado a prisión a Leonel bajo los cargos de asesinato y quebrantamiento de condena.
Porque sobre él pesaba una orden de alejamiento y una orden de ingreso en la cárcel por una condena por malos tratos sobre esta misma mujer. En su momento, fue condenado a seis meses de prisión y otros 16 meses de alejamiento de la víctima. Otro hombre, amigo del autor del crimen, también ha sido detenido, acusado de colaboración.
En la calle y sin trabajo, quería volver con ella
Un hermano de Natalia estaba en lo cierto. Había visto en redes sociales los vídeos del cadáver descuartizado en la playa de Marbella y le había parecido que ese cuerpo podía ser el de su hermana, de la que hacía días no sabían nada. Una verruga que se veía debajo del pecho del cuerpo le daba la seguridad, informa Málaga Hoy.
Se lo contó a los policías en la comisaría de Marbella y presentó denuncia por su desaparición. Como les contó también que Leonel había mantenido una relación con la víctima durante cinco meses y que tras ser condenado por malos tratos había seguido molestando a Natalia (la llamaba por teléfono pese a tenerlo prohibido por el juez).
Leonel había dejado Valencia por Marbella para trabajar en la reforma de una vivienda, pero ahora casi no tenía dónde dormir
El hombre -casado y con dos hijos- había dejado Valencia por Marbella la primavera pasada para trabajar en la reforma de una vivienda. Pero la obra acabó en desacuerdo y Leonel en mala situación, sin casi dónde dormir.
El domingo 8 de enero el oleaje empujó el cuerpo de Natalia cerca de la playa de Las Cañas, a la altura del restaurante Club 200, entre Cabopino y Elvira. Paseantes y clientes dieron la voz de alarma. Tras aparecer el cuerpo de Natalia, la Guardia Civil inició la investigación.
El lunes 9 la Policía detuvo a Leonel y le interrogó. El hombre -colombiano, 45 años- lo negó todo y a cambio fue inventando mentiras, cuenta el diario Sur. En esas, acompañó a los agentes hasta la playa donde se encontró el cadáver. Intentó escabullirse y culpar a otro, pero finalmente confesó el crimen.
La mató con un cúter
Había matado a Natalia M. -de 45 años y también de origen colombiano- con la que había mantenido una relación de sólo cinco meses de duración, que acabó en denuncia y condena por malos tratos. Al parecer, él quería que volvieran a estar juntos; ella, no.
La mujer de Leonel había venido desde Colombia; supo de la relación de su marido con Natalia; y al parecer no lo aceptó
Explicó que -con la ayuda de un amigo- fueron en una furgoneta hasta esa playa de Marbella. El amigo se fue. Leonel y Natalia se quedaron solos. Él sacó un cúter y la mató. Es lo que ha confesado. La furgoneta ha sido localizada en Madrid y su conductor está detenido.
Cuenta Juan Cano en Sur que la mujer de Leonel viajó de Colombia a España hace un par de meses y se instaló con él. Supo de la relación de su marido con Natalia y "según cuentan en el entorno de la pareja, no lo aceptó". Quienes lo conocían describen a este hombre como cariñoso, servicial y constante piropeando a las mujeres.
ADN y búsqueda de los restos
Su confesión llegó antes que las conclusiones de los laboratorios de Madrid a los que la Guardia Civil envió con urgencia muestras de la vivienda de Natalia para cotejar el ADN. El análisis ha confirmado que el cuerpo mutilado se corresponde con el de la mujer.
Este viernes, los submarinistas del Grupo especial de actividades subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, junto a una patrulla del Servicio Marítimo del Instituto Armado que les da apoyo, reanudaron la búsqueda de los restos de Natalia. Los trabajos se mantendrán mientras existan posibilidades de encontrar los restos.