Cristo y Rey: todo lo que no entendíamos de sus vidas de circo (y ahora ya comprendemos)

La historia de España se puede contar con las ficciones de Daniel Écija. Su fuerza narrativa está en que hasta cuando se lanza a la fantasía termina pringándose en la cotidianidad que nos distingue y nos define como sociedad. No iba a ser menos con 'Cristo y Rey', la nueva serie de Atresplayer Premium y que acaba haciendo entender todo lo que no entendíamos de Bárbara Rey y Ángel Cristo.

A priori, puede parecer otra biopic, "basada en hechos reales", con la que soñar con la fama. Pero esta ficción termina siendo una bofetada de realidad sobre la soledad de una mujer que todos ansiaban amar pero nadie pretendía querer.

Para empezar, la historia atrapa porque el espectador ha crecido con casi todos los personajes protagonistas. Aunque no quisiéramos, no había escapatoria: estaban ahí como un sonido constante y omnipresente en el ruido ambiente de la cotidianidad. Bárbara Rey, Ángel Cristo, Paquirri, Juan Carlos I, Chelo García Cortés, José María Íñigo, Encarna Sánchez, Manolo Escobar, Jesús Mariñas...

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Cada uno de ellos, representan el glamour con mucho gotelé. Solución rápida para tapar las grietas que delataban que nada era como parecía. Pero había que aparentar para no defraudar las expectativas de un país de mentalidad estrecha tras cuatro décadas de dictadura que se parapetaba con ayuda de la procreacción de miedos en blanco y negro.

Pero llegó la transición, e irrumpió Bárbara Rey como estampita de liberación. Ella lo creía. Pero su físico la atrapó. Y la serie muestra con astucia las motivaciones de cada uno de sus vínculos. Incluido Juan Carlos I. Y, también, como la persona no siempre importa. A veces, sólo su piel. Hasta que aparece Ángel Cristo.

Dos personas tan claroscuramente carismáticas como Bárbara Rey y Ángel Cristo demandaban dos actores con el ADN del entusiasmo. Belén Cuesta y Jaime Lorente no necesitan la exageración de la caracterización, pues son los rincones de su expresividad los que proyectan la energía de los personajes reales. Así transforman una historia de fama y bajos fondos en una experiencia poderosamente empática.

Porque, que nadie se engañe, los dos primeros capítulos de 'Cristo y Rey' apuntan a que esta serie habla sobre todo de una mujer utilizada que termina creyéndose que es ella la que utiliza. La sociedad, también. El mundo de las apariencias es así de perverso: asfixia haciéndote sentir que te están abrazando.

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