Así es el "modelo húngaro" para reducir los abortos que defiende Vox para Castilla y León

Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán
Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán
EP
Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo.
Europa Press

El vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), ha insistido este lunes en que los médicos de esta comunidad están obligados desde hoy a informar a las embarazadas del nuevo protocolo para evitar abortos, que incluye ofrecerles la posibilidad de escuchar el latido del feto o ver una ecografía 4D antes de continuar con la interrupción voluntaria del embarazo.

Gallardo ha querido dejar claro que no se va a obligar a ninguna a mujer a escuchar el latido si no lo desea, ya que la obligación es exclusivamente para los facultativos sanitarios, quienes sí deberán "ofrecer esa posibilidad" a las embarazadas. "El matiz está claro", ha dicho.

Pero a pesar de ese "matiz", el político ultraconservador no ha ocultado que le gusta el modelo aplicado en Hungría por el gobierno de Viktor Orbán para regular el aborto. "Hungría, efectivamente, me gusta mucho porque ofrece alternativas, información y medidas en positivo para adoptar una decisión como esta con toda la información posible", ha subrayado.

¿Qué dice el modelo húngaro?

El polémico modelo húngaro no habla de ofrecer la posibilidad de oír el latido del feto, sino que obliga directamente a la mujer a escucharlo para poder abortar. Es más, los médicos están obligados a presentar un informe que confirme que lo han escuchado.

Así figura en un decreto del Ministerio del Interior de Hungría, que entró en vigor el pasado 15 de septiembre, que insta a ginecólogos, obstetras y otros especialistas en atención médica prenatal a presentar a las mujeres embarazadas las funciones vitales del feto "de una manera claramente identificable". 

Las embarazadas, por su parte, también deben firmar un documento que certifique que han recibido esa prueba de los signos vitales del feto.

"Durante al menos unos segundos, la madre puede escuchar al feto antes de que se realice el aborto", defendió el Movimiento Nuestra Patria (Mi Hazank), el partido de extrema derecha que impulsó la medida en la ultraconservadora Hungría de Orbán. De hecho, la nueva Constitución húngara, en vigor desde 2012, defiende que "la vida del feto deberá ser protegida desde el momento de la concepción".

Y además de obligar a las mujeres a escuchar las constantes vitales del feto, el nuevo decreto también les obliga a recibir asesoramiento sobre las posibilidades de dar en adopción al futuro bebé, así como información sobre todas las ayudas a la maternidad disponibles. 

El nuevo decreto sobre el aborto provocó en Hungría numerosas críticas de asociaciones feministas y de defensa de los derechos humanos, como Amnistía Internacional, que dijo haría "más difícil el acceso al aborto legal y seguro" para las mujeres. "Es una medida dañina que solo sirve para humillar a mujeres que ya se encuentran en una situación muy difícil", criticó la ONG Tasz.

El modelo húngaro también incluye la obligación de esperar un plazo de 72 horas antes de realizar la interrupción del embarazo, una especie de 'jornada de reflexión' para que la embarazada tenga tiempo de echarse atrás.

La legislación se ha ido endureciendo

En Hungría, el aborto es legal desde 1953 con una de las legislaciones más liberales de Europa en esta materia, pero su regulación se ha ido restringiendo desde la caída del comunismo, especialmente a raíz de la llegada al poder de Viktor Orbán, en 2010.

Aun así, y a pesar de las trabas introducidas para reducir el número de abortos, la legislación húngara permite la interrupción voluntaria del embarazo en las primeras 12 semanas de gestación y, en determinados supuestos, se permite hasta la semana 24.

El protocolo antiabortista húngaro ha sido criticado por los especialistas como difícil de aplicar y no es usado por muchos médicos. La prensa independiente húngara se han publicado críticas de especialistas, que aseguran que su aplicación es complicada.

Críticas al protocolo

El texto legal "fue redactado de una manera poco clara y en la práctica dificulta el trabajo de los médicos", tal como lo ha asegurado Gábor Hartmann, del Centro Duna-Medical, según ha recogido el diario Népszava.

Otros médicos recuerdan que el latido del corazón es detectable desde la semana seis de gestación, por lo que el decreto solo pospone la fecha del aborto.

"La presentación de los signos vitales del feto aumenta el estrés y es una presión emocional que aumenta los factores de riesgo. Si la paciente está nerviosa es más difícil su anestesia o reacciona de una manera que aumenta el riesgo de complicaciones", ha explicado la especialista Wafa Dina al portal szeretlekmagyarorszag.hu. Este mismo portal ha consultado a varios médicos que no aplican el decreto. 

A la cabeza de abortos

El número de abortos en Hungría, de 9,7 millones de habitantes, comenzó a disminuir en 2009, cuando hubo poco más de 43.000, frente a los 44.000 del año anterior.

Según datos de la Oficina Central de Estadística, el número en 2020 ya fue de menos de 24.000 y en 2021 de 22.000, pero por el momento no se han publicado los datos del año pasado, cuando se introdujo la medida. 

Hungría fue en 2020 el quinto país de Europa con más abortos por cada 1.000 nacimientos (259), por detrás de Suecia (316), Francia (300), República Checa (274) y Estonia (265), según el informe abort-report.eu del laboratorio Exelgyn.

Jacobo Alcutén
Redactor '20minutos'

Licenciado en Periodismo por la Universidad Internacional de Catalunya. Diplomado en Ciencias Empresariales. Máster en Banca y Finanzas en la UPF Barcelona School of Management. Periodista en 20 Minutos desde el nacimiento de este periódico en el año 2000.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento