El topo de las Campos empeora la tensión familiar

Suenan las trompetas de la traición en el clan Campos. Tras la filtración de información altamente confidencial relacionada con la salud de María Teresa Campos, se cerca al topo que, una vez más, ha puesto precio a las intimidades de la familia. Aunque intentan dar bandazos en televisión, la tensión entre hermanas y sobrinos es más que evidente.

Unos y otros tiran balones fuera e intentan salvarse como pueden de los señalamientos públicos. La más perjudicada, como no podía ser de otra manera, es Carmen Borrego. No es la primera vez que la hija mayor de la presentadora tiene que enfrentarse a aquellos que la tachan de desleal e inmoral.

Uno de los que no parece tener dudas es Gustavo, chófer y mano derecha de María Teresa, que está cansado de que utilicen su nombre para salvar los muebles. Gustavo, que siempre ha intentado templar los ánimos con Terelu y Carmen, confiesa a su entorno más próximo que está "cansado y harto".

A punto de estallar, no está dispuesto a cargar con unas especulaciones que le pasan factura. Quiere que, una vez por todas, Carmen de un paso al frente y cuente, sin fisuras, las conversaciones que han mantenido y el tono, no siempre afable, en el que se han producido.

Él que siempre tiende puentes, perdona y olvida, empieza a aburrirle que dibujen un perfil que no corresponde con el real. Y mucho menos que adviertan que tiene grabaciones audiovisuales que comprometerían a quien considera una segunda madre. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.