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España invierte más en pensiones que la media europea: el bajo nivel de empleo y la 'generosidad' de la prestación elevan el gasto

Una pareja de ancianos camina por la calle cogida de la mano.
A. PÉREZ / EP

España es uno de los países de la Unión Europea que más gasta en su sistema de pensiones si se compara ese gasto con el tamaño de su economía. Según datos de Eurostat recopilados por el Banco de España en un informe publicado este miércoles, el Estado invirtió en esta partida presupuestaria un 12,7% del PIB de ese año. Una diferencia con los vecinos comunitarios que se explica, en buena parte, por los bajos índices de empleo en el país (que se traducen en menos ingresos por cotizaciones sociales) y un importe de la pensión más 'generoso' si se compara con el salario medio de la economía.

El gasto de España supera la media de la UE (10,4%) y que solo es mayor en otros seis países del Viejo Continente. Es el caso de Grecia (16,1% del PIB), Italia (15,9%), Francia (14,7%), Austria (14,1%), Portugal (13,7%) y Finlandia (13,3%). No obstante, el supervisor bancario señala que, si ponderamos la media europea por el tamaño de la economía de cada país -lo que da más peso en el cálculo a los países más ricos- España se encuentra en el promedio ponderado de la UE (12,7%).

En un nivel de gasto similar a España se encuentran países como Bélgica y Dinamarca (12,6% del PIB). Más adelante aparecen Estados como Países Bajos (12%) o Alemania, la principal economía del club europeo, que invirtió un 11,9% de su PIB en pensiones en esta partida en 2019. Siguen Polonia (11%), Suecia (10,7%), Croacia (9,9%), Eslovenia (9,6%), Luxemburgo (9,4%), Chipre (8,8%), Eslovaquia y República Checa (8,3%), Estonia y Rumanía (7,8%) y Bulgaria y Letonia (7,5%). En los últimos escalafones de la lista aparecen Hungría (7,3%), Lituania (7%), Malta (6,2%) y, finalmente, Irlanda, que apenas dedica una cantidad equivalente al 5% de su PIB a pagar las pensiones.

Más gasto por el escaso empleo y unas prestaciones más 'generosas'

En el documento presentado este miércoles, el Banco de España apunta que las variables que condicionan lo que gastan los países son muy diferentes en función del territorio. Por ejemplo, en España la escasa tasa de empleo -una de las más bajas de la UE- y la importante tasa de beneficio -el valor de la pensión media sobre el salario medio- tienden a elevar el gasto más que en el resto de países. 

España es uno de los países de la UE en los que menos porcentaje de población en edad de trabajar tiene un empleo. En 2021 eran solo el 67,7% de los españoles, frente a una media del 73,1% en la UE. Esto provoca que los ingresos en cotizaciones sociales (que son la fuente fundamental para financiar las pensiones) sean más bajos, lo que tiende a desequilibrar el sistema. 

En lo que respecta a la 'generosidad' del sistema, solo hay dos países donde los pensionistas reciban una prestación mayor en relación con el salario medio del país: Italia y Grecia, los dos Estados que más parte de su presupuesto dedican a esta partida. La tasa de beneficio en España es, por ejemplo, un 34% superior a la de Alemania o un 32% a la de Francia.

El envejecimiento, el reto más importante

En el lado de los factores en los que reducen el gasto de España en comparación con el de sus vecinos, aparecen el envejecimiento o la menor cobertura del sistema. Sin embargo, las previsiones apuntan a que el factor demográfico aumentará el gasto en pensiones en las próximas décadas más rápido que en otros países. En concreto, el supervisor bancario señala que, si el resto de factores no cambian, España se convertiría en el tercer país con más gasto en pensiones en 2050 por el envejecimiento de la población, por encima de Grecia e Italia.

Sin embargo, hay algunos factores que podrían amortiguar considerablemente ese efecto. El Banco de España señala que, si en los próximos años España logra una tasa de empleo similar a la de Alemania (lo que implicaría una subida de 18 puntos porcentuales), se lograría compensar el 43% del aumento del gasto que provocaría la inflación. Además, el retraso en la edad de jubilación provocará que la tasa de cobertura del sistema (es decir, el número de pensionistas en relación con la población mayor de 64 años) se reduzca progresivamente.

La reforma del sistema, un compromiso con Bruselas

Las pensiones son la partida presupuestaria más importante en las finanzas públicas españolas. No en vano, el 70% del gasto social previsto en las cuentas públicas para este año se irá para sufragar estas prestaciones que perciben cada mes nueve millones de españoles. 

El gran reto que supone la cercana jubilación de la generación del baby boom (a grandes rasgos, los nacidos entre 1957 y 1977) ha llevado a diferentes organismos a cuestionar la sostenibilidad del sistema a largo plazo. Con la idea de apuntalar las pensiones, el Gobierno se comprometió con la Comisión Europea en 2020 a reformar el sistema. Una reforma que se ha articulado en dos fases: una primera en la que se adoptaron medidas centradas en mantener el poder adquisitivo de las pensiones y para incentivar el retraso en la jubilación (ya aprobada) y una segunda enfocada en garantizar la sostenibilidad. 

Esta segunda parte se encuentra actualmente en fase avanzada de negociación entre los dos partidos en el Gobierno entre sí y con los sindicatos, con un escollo principal: el alargamiento del periodo de cómputo para calcular la pensión de jubilación. El ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, propuso a los sindicatos elevar los años con los que se calcula la prestación inicial de los 25 años actuales a 30. Eso sí, con la posibilidad de descartar los dos peores. Tanto los sindicatos como el ala morada del Ejecutivo rechazan esta posibilidad. Conviene recordar que España se comprometió con Bruselas a "ajustar" el periodo de cómputo, un hito del que depende, en parte, el cuarto desembolso de los fondos europeos de recuperación.

Redactor '20minutos'

Redactor de Economía y Datos desde 2021. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual. En 20minutos desde 2019. Antes pasé por la sección de Internacional del diario El Mundo. Adicto al Excel y a la web del INE. En lucha constante por acercar el obtuso lenguaje de la economía a la realidad de las personas.

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