Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El micrófono abierto de Toñi Moreno

Toñi Moreno, Rosa Villcastín y Nieves Herrero en Plan de Tarde
Toñi Moreno, junto a Rosa Villcastín (izquierda) y Nieves Herrero (derecha) en Plan de Tarde
RTVE
Toñi Moreno, Rosa Villcastín y Nieves Herrero en Plan de Tarde

"Nos volvemos a ver el domingo que viene, con más ganas de pasar la tarde y de entreteneros. Muchas gracias, de verdad.  ¡Mejoraremos!". Son las palabras con las que Toñi Moreno concluía el estreno de su nuevo programa de La 1, 'Plan de Tarde'.  Ese momento en el que irrumpen los aplausos del público, se sube el volumen de la música, se silencian los micrófonos y empiezan a correr por la parte baja de la pantalla los rótulos con los nombres del equipo del magacín. 

Entonces, para rellenar el vacío de los títulos de crédito, los protagonistas de la tele suelen sonreír, recorger con sobreactuación los papeles de la mesa o darse besos. Muchos besos. Aunque les de repelús besarse. A menudo, hasta se simula una conversación que no suele ir hacia ningún lugar. Conversación de ascensor, vamos. Y el espectador imagina de qué hablan, aunque pocas veces escucha la charla real.  En cambio, en este primer 'Plan de Tarde', en ese instante, el micrófono se quedó abierto. Y regaló un gran momento de espontaneidad televisiva, perfecto para generar un vínculo de cercanía entre programa y audiencia. 

Allí estaban Rosa Villacastín y Nieves Herrero relajadas, ya sin la intensidad de la tertulia. "Te estaban machacando", bromeaba Villacastín refiriéndose al pinganillo por donde recibe instrucciones Toñi, a lo que añadió Nieves Herrero con temor a haberse enrollado más de la cuenta: "no sabía ni qué hora era, perdonadme". 

"Me encanta que te pongas en blanco, te da una luz increíble", añadió también Herrero antes de que el programa se fuera a fundido en negro y empezara 'Aquí la tierra'. Esas palabras positivas de Nieves, en realidad, representan la experiencia de saber cómo es esa resaca de la tele en la que acabas de estrenar un nuevo proyecto y brotan las inseguridades. Ahí necesitas que alguien te diga que algo ha salido bien. Alguien que sigue apoyándote, aunque ya haya acabado el show.

Y ahí estaban las tablas televisivas de Rosa Villacastín y Nieves Herrero para intentar seguir aportando hasta en los segundos vacíos del cierre del programa. Incluso con capacidad para relativizar la tempestad técnica de un estreno con muchos fallos pero que, al final, animaron a que fluyera más la naturalidad que está por encima de la técnica. Es una de las cualidades de Toñi Moreno, que diferencia a un presentador de un comunicador: incorpora con naturalidad las vicisitudes del directo hasta transformar el error en complicidad con el espectador.  Hasta cuando ya se presupone que ha acabado el programa.

Borja Terán
Periodista

Licenciado en Periodismo. Máster en Realización y Diseño de Formatos y Programas de Televisión por el Instituto RTVE. Su trayectoria ha crecido en la divulgación y la reflexión sobre la cultura audiovisual como retrato de la sociedad en los diarios 20 minutos, La Información y Cinemanía y en programas de radio como ‘Julia en la Onda’ de Onda Cero y 'Gente Despierta' de RNE. También ha trabajado en ‘La hora de La 1' y 'Culturas 2' de TVE, entre otros. Colabora con diferentes universidades y es autor del libro 'Tele: los 99 ingredientes de la televisión que deja huella'.

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