Diputados del Parlamento Europeo critican los intentos de Marruecos de influenciar las votaciones: "No se puede ceder al chantaje"

Parlamento Europeo
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DPA vía Europa Press
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Varios eurodiputados han criticado este miércoles en el hemiciclo del Parlamento Europeo los intentos marroquíes de influir en los procesos legislativos de la institución y le instaron a liberar al periodista encarcelado Omar Radi, que cumple una condena de seis años de prisión por violación y espionaje.

Los diputados fueron unánimes en su reclamación de que Marruecos libere a Radi y respete la libertad de expresión y de prensa, un capítulo en el que todos los diputados españoles que hablaron mencionaron también al periodista español Ignacio Cembrero, demandado por Rabat por afirmar que podía haber sido espiado por este país a través del programa Pegasus.

El eurodiputado socialista neerlandés Thijs Reuten, que advirtió de que durante estos días "había representantes de Marruecos deambulando descaradamente por el Parlamento Europeo en pleno escándalo de corrupción", aseguró que "ceder al chantaje de Rabat no puede ser la forma de relacionarse con Marruecos".

Y también el liberal griego Giorgos Kyrtsos criticó como "inaceptable" la acción de Marruecos contra sus críticos, "usando Pegasus para escuchas ilícitas e iniciando procesos legales usando datos obtenidos ilegalmente". "El Gobierno tiene la costumbre de influir a eurodiputados y el proceso de toma de decisión con procesos parecidos a los del Catargate", aseguró.

Su colega español Jordi Cañas (Ciudadanos), por su parte, instó a Marruecos a "respetar sus compromisos" y "no usar la migración para chantajear a un Estado miembro, espiar a gobiernos amigos o sobornar a diputados de este Parlamento para condicionar sus debates".

"Hace veinte años que no se hablaba de Marruecos en el Parlamento Europeo y ahora sabemos por qué. Su gobierno tiene que saber que este Parlamento no va a volver a mirar hacia otro lado. Una relación de socios se debe basar en el respeto mutuo, por muchas presiones que el gobierno marroquí haga sobre esta cámara", incidió.

Desde los Verdes, Jordi Solé (ERC) advirtió de que "no se perciben" los compromisos de Marruecos de avanzar en derechos humanos y que acciones como la intimidación de periodistas y las campañas de difamación en su contra "son incompatibles con el derecho internacional".

Y Miguel Urbán (Anticapitalistas) pidió que se apliquen a Rabat las mismas medidas cautelares que se han aplicado a Catar a la luz de las revelaciones de supuesta corrupción, impidiendo por ejemplo el acceso de sus representantes a la Eurocámara, y que se condicionen los fondos europeos que se envían al país al respeto de los derechos humanos en vez de al control migratorio.

"Más de 20 años y un escándalo de corrupción han tenido que pasar para que podamos hablar de derechos humanos (en Marruecos) en esta cámara. Marruecos ha sido hasta ahora el niño mimado de la política exterior europea, sólo así se entiende que la UE mire hacia otro lado ante la represión de las protestas en el Rif", dijo Urbán.

Al final del debate intervino la comisaria europea de Transporte, Adina Valean, que afirmó que la UE da "mucha importancia" a la protección de los derechos fundamentales en su relación con Marruecos y trabaja "estrechamente" con Rabat sobre estos temas.

"El respeto de los derechos humanos es el fundamento de la relación estratégica (con Marruecos) y a cuyo desarrollo estamos comprometidos. No tememos expresar nuestras preocupaciones a nuestros socios marroquíes, en particular sobre libertad de expresión, de prensa y protección de los periodistas y activistas de derechos humanos", afirmó.

Este periodista es uno de los marroquíes cuyo nombre figura en la lista de los reporteros supuestamente espiados por su propio Gobierno, aunque el Ejecutivo de Rabat negó tales prácticas.

En paralelo, en una carta abierta publicada este miércoles en el diario marroquí Hespress, la periodista supuesta víctima de Radi reitera que el reportero condenado la agredió sexualmente y expresa la "profunda herida" que le causa que el Parlamento Europeo mencione su caso en una resolución sobre libertad de expresión en Marruecos.

"¿Por qué se recompensaría a un violador en detrimento de su víctima?", se pregunta, al tiempo que critica que su estatus de víctima "se niega", su voz de mujer agredida "se silencia" y su sufrimiento "se ignora".

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