Un periodista buen amigo recordaba que Fabián Estapé, en su libro de memorias De tots colors, relataba una cena con Camilo José Cela tras acabar de recibir el premio Nobel de Literatura. Señalaba la curiosidad que el catedrático de Economía Política logró despertar en el escritor laureado al dar cuenta de los asuntos a los que estaba dedicado y que, en resumen, se centraban en el uso que se hacía del gerundio en el Boletín Oficial del Estado. Cela quiso saber si había llegado a algunas conclusiones y Estapé señaló que durante el periodo de la Restauración el recurso al gerundio apenas se empleaba en los textos de la Gaceta de Madrid, predecesora del Boletín. También afirmaba tener averiguado que la primera floración exuberante de gerundios apareció a partir de 1923 durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera y que al proclamarse la II República en abril de 1931 decayó por completo el empleo del gerundio en la Gaceta y sólo reapareció con fuerza inusitada en el bando de los llamados nacionales que Franco acaudillaba. Lo hizo hasta alcanzar el punto culminante con el gerundio de repetición.

Cela, que seguía con gran interés la exposición de su interlocutor, le pidió aclaraciones cuando éste se refirió al gerundio de repetición. Quería saber en qué consistía. Entonces Estapé rebobinó hasta situarse en aquel episodio cinegético sucedido en el monte de El Pardo la Nochebuena de 1961. El generalísimo aprovechaba la mañana para ejercitarse tirando a unas palomas. Fue entonces cuando se produjo la explosión fortuita de la escopeta, marca Purley de fabricación británica, que afectó a su mano izquierda. Trasladado al Hospital General del Aire, también llamado del Buen Suceso, en la calle de la Princesa, los médicos examinaron la herida y determinaron la necesidad de hacerle una sencilla intervención que sin embargo requeriría anestesia general.

El riesgo de esa anestesia, explicaban los médicos, era de ínfima probabilidad, pero Franco hizo llamar al general Camilo Alonso Vega, ministro de la Gobernación; le puso al corriente y le instruyó para que regresara a su despacho y redactara un escueto comunicado con instrucciones de que fuera leído en el parte de Radio Nacional y en el Telediario. Don Camilo, como era popularmente conocido, tomó papel y pluma y obediente empezó a escribir: "Su Excelencia el jefe del Estado, estando cazando esta tarde en el monte de El Pardo, ha sufrido un leve accidente que interesa su mano izquierda...". Ese estando cazando era precisamente el ejemplo de gerundio de repetición aducido por Fabián Estapé ante su interlocutor el Nobel Cela, quien procedió a anotarlo cuidadosamente en la libreta que siempre llevaba consigo.

De este gerundio de repetición podríamos estar convocados a presenciar otro ejemplo con ocasión de la cumbre bilateral hispano-francesa, porque estando desinflamando a todo trapo la cuestión del independentismo catalán indultando a los condenados del procés, reformando el código penal conforme a la conveniencia de los penados, suprimiendo el delito de sedición, aliviando las sanciones para el de malversación, si se hubiere incurrido en ella por una buena causa como la independencia de Cataluña, garantizando la pasividad del Gobierno frente al incumplimiento de las sentencias del Tribunal Supremo sobre el castellano en la enseñanza secundaria y premiando al presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, con la cita del presidente francés Emmanuel Macron en Barcelona, llegó el comandante (Oriol Junqueras) y mandó parar en una manifestación ardiente. O sea, que estando desinflamando cunden los desaires de quienes proclaman que lo volverán a hacer en mejores condiciones y a precios muy rebajados. Veremos.