Díaz y Sánchez encaran la recta final de la negociación para subir el salario mínimo antes de que termine enero

Las negociaciones para subir el salario mínimo interprofesional caminan con paso firme hacia su conclusión. Al Gobierno le quedan dos Consejos de Ministros ordinarios que celebrar en enero, el mes en el que prometió que cerraría el último incremento de la legislatura de este indicador, y fuentes conocedoras del contenido de la negociación confirman que las conversaciones entre PSOE y Unidas Podemos se encuentran ya en su recta final para que el Ejecutivo fije una propuesta de aumento que proponer a los sindicatos y la patronal y la lleve al BOE.

En las últimas semanas, las posiciones de ambos partidos no se han movido. El Ministerio de Trabajo que lidera Yolanda Díaz apuesta por elevar el salario mínimo en torno a un 8% para acercar la subida lo más posible a la inflación, lo que supone que el indicador crezca hasta unos 1.080 euros mensuales brutos en 14 pagas, desde los actuales 1.000 euros. Ese incremento iría en la línea de la recomendación más generosa del comité de expertos reclutado por el Gobierno, que hace unas semanas propuso una subida del salario mínimo de entre 46 y 82 euros para el año que viene.

Como ya es tradicional, Díaz ha encontrado una fuerte oposición en este asunto de la ministra de Economía y también vicepresidenta, Nadia Calviño. En el mismo informe de los expertos, Economía incluyó un anexo en el que proponía un aumento menor, de tan solo 30 euros, si bien posteriormente se ha posicionado a favor de una subida del entorno del 4%, la mínima sugerida en dicho documento. Se trata de una postura similar a la de la patronal, que ha abogado por este incremento de 40 euros mensuales, mientras los sindicatos llevan meses proponiendo dejar el salario mínimo en 1.100 euros, si bien algunas fuentes señalan que aceptarían un aumento de 82 euros, el máximo que plantea el comité de expertos.

CC OO propone vincular una parte de las subidas salariales a la situación de cada sector empresarial

Al tratarse de una negociación sencilla en la que no hay que dirimir cada detalle de un farragoso texto legal, sino únicamente definir una cifra de subida, Gobierno, patronal y sindicatos no han vuelto a reunirse desde que lo hicieran por única vez a finales de diciembre. Las posiciones están claras y solo falta que el Ejecutivo se decida por una cifra para presentársela a los agentes sociales, un trámite al que obliga la ley pese a que la decisión final sobre cuánto subir el salario mínimo la tomará exclusivamente el presidente Pedro Sánchez.

Sánchez tomará la decisión

Porque, tal y como confirmaban hace unas semanas varias fuentes a este diario, como ha ocurrido en años anteriores la última palabra será de Sánchez, habida cuenta de las diferencias profundas que existen entre sus vicepresidentas primera y segunda a la hora de definir una cifra de subida del salario mínimo. Por ahora, el presidente del Gobierno no ha ofrecido ninguna concreción y se ha limitado a mostrar su compromiso con una nueva subida del salario mínimo, aunque en los últimos años ha tendido a apoyar incrementos más cercanos a los propuestos por Díaz que a los deseados por Calviño, con la excepción de 2021, cuando congeló durante nueve meses el indicador.

La idea del Gobierno, en cualquier caso, es que el incremento tenga carácter retroactivo y los trabajadores que cobran el sueldo mínimo puedan empezar a disfrutar de la subida ya en la nómina de enero, por lo que la decisión deberá cerrarse en las próximas semanas, a más tardar. Los días 24 y 31 de enero se celebrarán dos Consejos de Ministros ordinarios en los que el acuerdo, cuando se produzca, podría plasmarse, aunque si surgieran dificultades de última hora algunas fuentes explican que el salario mínimo podría incluso aprobarse a principios de febrero. 

En tal caso, los trabajadores que perciban el sueldo mínimo legal podrían recibir la subida a través de un ingreso complementario a su nómina. Y no son pocos: según los últimos datos de la Encuesta de Estructura Salarial del INE, que datan de 2020, nada menos que el 19,4% de los trabajadores en España percibieron durante ese año el salario mínimo, que por entonces era de 950 euros brutos al mes en 14 pagas. Eso supone que aproximadamente 3,7 millones de empleados tenían nóminas mínimas, y esta precariedad afectaba especialmente a las mujeres: mientras solo el 11,9% de los trabajadores cobraba el salario mínimo, ese porcentaje se elevaba al 27,5% en el caso de las mujeres.