Las 25 residencias de mayores que gestiona directamente la Comunidad de Madrid a través de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS) estrenaron hace ahora cinco años un servicio de atención para los residentes. El objetivo que se buscó con la puesta en marcha de esta iniciativa fue que los usuarios de estos servicios públicos tuvieran acceso a un psicólogo igual que lo tienen a un médico, un gerocultor o un trabajador social.
El balance que se hace de esta iniciativa desde la Comunidad es más que positivo. Según los datos que maneja la Consejería de Familia, Juventud y Política Social, desde 2018 se han realizado alrededor de 14.000 valoraciones psicológicas que se han traducido en la prestación de terapias individuales y colectivas a más de 9.000 mayores. De ellos, unos 3.500 están bajo seguimiento psicológico continuado y se han hecho derivaciones a recursos de salud mental si se ha considerado óptimo.
"Este programa es una de las bases del modelo asistencial centrado en la persona", señala la consejera Concepción Dancausa en declaraciones a 20minutos. "Pretende que los mayores que viven en estos centros tengan la mejor calidad de vida también en el plano de la salud mental, luchando contra amenazas como la soledad no deseada", detalla.
El programa de atención psicológica se pone en marcha cuando un mayor llega a una residencia gestionada por la AMAS. "Cuando ingresa, cada usuario recibe la visita del psicólogo del centro, que realiza una valoración integral de su estado y necesidades, al igual que hacen los médicos y trabajadores sociales", explican desde el departamento de Familia, Juventud y Política Social.
Estos encuentros se repiten cada seis meses y anualmente se realiza una nueva valoración integral, agregan, mientras indican que aparte de las visitas programadas, el seguimiento se intensifica si los profesionales detectan algún factor de riesgo neuropsicológico o algún problema que requiere una atención más continuada.
"Si la situación persiste o se agrava y requiere cuidados más especializados, el programa está perfectamente coordinado con el Servicio Madrileño de Salud y se puede solicitar la derivación del usuario al recurso que más se adapte a sus necesidades", aseveran desde el Ejecutivo regional.
Para la Consejería de Familia, Juventud y Política Social la labor que realizan los equipos psicológicos es muy importante. La media de edad de los mayores que viven en las residencias madrileñas supera los 84 años y en muchas ocasiones presentan un deterioro cognitivo y trastornos como depresión o ansiedad, lo que empeora su bienestar emocional.
Por ello, entre los principales objetivos de esta intervención psicológica figura mantener la capacidad mental de los mayores, favorecer sus relaciones o mejorar su autonomía personal, entre otros. Todo ello discurre en paralelo a un programa de acogimiento orientado a reducir el estrés que supone el ingreso en la residencia, un entorno desconocido para ellos, así como ofrecer apoyo a sus familiares o cuidadores.
Considerados "aliados terapéuticos fundamentales" de los mayores residentes, el programa de atención psicológica que cumple cinco años en funcionamiento también ha atendido hasta 1.600 familiares de usuarios. "Los psicólogos trabajan para ofrecerles información y formación sobre los procesos de deterioro cognitivo, amortiguar el sufrimiento, los sentimientos negativos y la frustración ante el ingreso de sus seres queridos", señalan fuentes del Ejecutivo regional, que también apuntan que otra línea de trabajo con el entorno de los mayores es darles herramientas para que aprendan a convivir con el duelo anticipado que se produce en las enfermedades neurodegenerativas como la demencia.
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