Costosa patada hacia adelante. Durante años, los gobiernos han ido demorando la reforma de las pensiones, pero ahora es una exigencia con plazo (ya incumplido) para la entrega de 17.000 millones de euros de los fondos Next Generation. No hay fórmula fácil, como está viendo Macron, que tiene a Francia en pie de guerra con su proyecto. Pero ahora dar una patada hacia adelante significa también alejar un dinero imprescindible para una economía cogida con alfileres.