Greta Thunberg: ¡más sonrisas, es la guerra!

Agentes de Policía desalojan a Greta Thunberg durante la protesta en Lützerath.
Agentes de Policía desalojan a Greta Thunberg durante la protesta en Lützerath.
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Agentes de Policía desalojan a Greta Thunberg durante la protesta en Lützerath.

Llega Greta Thunberg y se anima el barro: un pueblo medieval ya sin habitantes, indemnizados hace años, un pueblo vacío para reavivar una enorme mina de carbón a cielo abierto en Alemania¡Más lignito, es la guerra!

De ese pueblo que ya no existe llamado Lützerath vuelan las escenas entre dantescas y pop (una rave dantesca: así es casi todo ahora): ecologistas colgados en postes, encaramados en antenas, tejados... colgados como arañas humanas, autocrucificados por el clima, grupos de activistas pululando por campos empastados, antidisturbios como robocops, algunos a caballo… Los Verdes están en el gobierno alemán, que ha aprobado ampliar esta mina en Renania Wetsfalia. ¡Más carbón, es la guerra! En pleno cambio climático el mundo quema más carbón que nunca. Putin condensa la culpa de todo: la inflación, la vuelta al carbón, el gasoil.

Al lado, en el límite de Europa, que no se sabe bien dónde acaba, la invasión de Ucrania por Rusia, los gasoductos cortados, los pensamientos intermitentes, el caos íntimo, la epopeya diaria del fin de mes se abisma en los telediarios. Todo esto confluye por unos minutos en el activismo ecológico contra la inmensa mina de lignito. Las grandes empresas aprovechan la inflación como lluvia de mayo. Europa se reúne en foros dispersos. Todos piden armas, es un clamor: ¡más misiles! ¡esos tanques!

El ecobarrizal del valle del carbón alemán solo daba para medio minuto de relleno y luego se iba a perder en la vorágine bélica, las cumbres diversas, la decrepitud de Davos y las canciones de Shakira & Bizarrap que, como todo, es negocio. Todo lo que existe es negocio. Si no, desaparece enseguida. Lo que no vende no existe y para acceder a los fondos de la Unión Europea hace falta tener muchos fondos propios. 2Al que tiene se le dará y al que no tiene hasta lo que no tiene se le quitará". Todos los viejos lemas se 'remixean' sobre la marcha: El medio es el mensaje de McLuhan es El negocio es el mensaje. Piqué airea el Casio y El hormiguero del miércoles regala un Twingo. Las trifulcas amorosas se cotizan más que las criptomonedas, que están en horas bajas. Lope de Vega, abrumado por la popularidad de sus amoríos, declaró en este romance tuiterísimo:

Ya pues que todo el mundo mis pasiones
​de mis versos presume,
​culpa de mis hipérboles cansada,
​quiero mudar de estilo y de razones.

En este ámbito corazonil el funeral de Constantino de Grecia había congregado a representantes de las casas reales y la pena por el difunto se mezclaba en los semblantes con la melancolía corporativa y ya histórica por la pérdida de aquel reino. Los jóvenes vástagos, herederos de sangre, parentelas de cutis inmaculado y/o remasterizado, producían discreto contenido para sus respectivos followers.

El biólogo experto en ADN antiguo Carles Lalueza Fox, que participó en el descubrimiento de que los humanos actuales llevamos incorporado ADN de nuestros primos neandertales (algo, por otra parte, obvio) ha publicado el libro Desigualdad, una historia genética, y afirma que descendemos de jefes y reyes, ya que eran los únicos que podían procrear, así que las casas reales tenían otro motivo, esta vez avalado por la ciencia, para sentirse apenadas.

Entonces, cuando las imágenes del sepelio griego y de la mina de carbón a cielo abierto en Alemania ya no daban para más y cuando las canciones del género venganza & business empezaban a decaer llegó Greta Thundberg y saltó a las portadas. Un soplo de juventud climática, divino tesoro al cuadrado, devolvió el ímpetu a la mina y al pueblo medieval. Ella es la estrella pop de Europa y del mundo en cambio climático.

Las imágenes de los antidisturbios llevando delicadamente a la ecoactivista mundial y depositándola con dulzura unos metros más allá se incrustaron en los corazones y en la memoria de los móviles, que son indistinguibles de los de sus usuarios y usuarias.

Sin duda Greta era una princesa en la Era del Cambio Climático. La reina del pop y la conciencia del planeta en agonía. La aparición en brazos de los guardias, como si Remedios la Bella hubiera descendido de su levitación, dio un respiro al mundo CO2 que colapsa depuradoras embutiendo toallitas húmedas.

La revelación de la ciencia de que los científicos de las petroleras, con ExxonMobil a la cabeza, habían determinado ya en los años setenta "con asombrosa precisión" el calentamiento climático, y lo habían ocultado, ha reforzado la figura ya mitológica de Greta.

Hasta el secretario general de la ONU, Antònio Guterres, ha cargado contra las petroleras. Estas revelaciones han reventado de nuevo el negacionismo climático residual y Greta estaba ahí, en la mina de carbón, para ponerle cara al caos que nos lleva. Si descendemos de jefes y reyes Greta es la reina del pop climático y la princesa de la Casa Real europea. Además, tiene la misma sonrisa indescriptible de la Mona Lisa: la Gioconda de Leonardo era ella. Esa sonrisa con el pulgar levantado indica algo de esperanza en medio del horror.

Greta Thunberg en Davos.
Greta Thunberg en Davos.
EFE/EPA/GIAN EHRENZELLER
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