Ciencia

Viaje al centro de la Tierra: de cuando la Guerra Fría llevó a rusos y americanos a competir hacia el núcleo del planeta

El núcleo interno es una esfera compuesta eminentemente por hierro fundido a miles de kilómetros de profundidad y a una temperatura superior a la del Sol.
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Llevamos horas hablando del núcleo interno y esta vez no es metáfora. No se trata del núcleo interno del Gobierno, ni de la Ejecutiva del PP, del Kremlin de Putin o del gabinete de Joe Biden en el despacho oval. Estamos hablando del núcleo interno de la Tierra porque se ha frenado. Un estudio científico es la noticia de la semana porque nos cuenta que el núcleo de nuestro planeta podría haber comenzado a girar en sentido contrario al de la superficie.

Ese núcleo, el centro de la Tierra, es una esfera compuesta eminentemente por hierro fundido a miles de kilómetros de profundidad y a una temperatura superior a la del Sol. Como para bajar hasta allí a ver si los científicos chinos del estudio que publica la revista Nature Geoscience tienen razón.

Julio Verne ya lo hizo por nosotros en 1864. En Viaje al centro de la Tierra, el profesor Lidenbrock se lanza junto a su sobrino Axel y el cazador Hans Bjelke hasta el mismísmo centro del planeta. Rodeados de animales antediluvianos, viven enormes aventuras. Pero a nadie se le ocurriría intentarlo fuera de la ficción, ¿verdad?

Viaje al manto de la Tierra... o casi

Pues sí, los seres humanos hemos intentado llegar al centro de la Tierra. Fue otra de las carreras entre americanos y rusos durante la Guerra Fría; en este caso, una demostración de ingeniería y tecnología de vanguardia. Los soviéticos empezaron más tarde pero llegaron mucho más lejos. Estuvieron 20 años intentando hacer un agujero para llegar a las profundidades de la Tierra. Y allí sigue.

En la península de Kola, en las profundidades del Círculo Polar Ártico, está el agujero más profundo que los seres humanos hemos excavado: 12.262 metros

Es el Pozo Superprofundo de Kola (KSDB, iniciales en inglés de Kola Superdeep Borehole), un proyecto de prospección científica para profundizar en la corteza terrestre que se desarrolló en la península de Kola (actual Rusia), en las profundidades del Círculo Polar Ártico y cerca de Finlandia. No se trataba tanto de llegar al centro del planeta (¡a 4.000º de temperatura!) como al manto.

Instalaciones abandonadas del Pozo superprofundo de Kola, en 2020.
WIKIPEDIA/shel1983

Conocido también como SG-3, es el agujero más profundo que los seres humanos hemos excavado: 12.262 metros. Esos más de 12 kilómetros, la distancia que hay del centro de Madrid al barrio de Villa de Vallecas, comenzaron a perforarse el 24 de mayo de 1970. Los trabajos cesaron en 1994.

En 1992 la temperatura en torno a la perforadora alcanzó los 180º, el doble de lo que se había calculado

No se trataba de encontrar petróleo o minerales. La finalidad del Pozo Superprofundo de Kola fue la investigación de la litosfera en el lugar donde la discontinuidad de Mohorovičić se acerca a la superficie de la Tierra. Esa discontinuidad, conocida como Moho, es el límite entre la corteza y el manto (y Andrija Mohorovičić fue el sismólogo croata que lo descubrió).

En realidad se abrieron varios pozos partiendo de la rama central y SG-3 resultó el más profundo. Este pozo está entre la corteza (basalto) y el manto superior o sial (silicato de aluminio). Las perforadoras (Uralmash-4E y luego la Uralmash-15000) atravesaron la corteza continental báltica, cuyo grosor se calcula en 35 kilómetros. Cuando en 1994 cesó la aventura científica, la broca sólo había cruzado un tercio del camino entre la corteza y el manto.

Para entender las dificultades del proyecto hay que tener en cuenta que la corteza terrestre tiene un espesor que varía entre los 5 kilómetros del fondo oceánico y los 70 de las zonas montañosas activas. El manto, la capa que se encuentra entre la corteza y el núcleo supone el 84% del volumen del planeta. Se extiende desde cerca de 33 km de profundidad (o alrededor de 8 kilómetros en las zonas oceánicas) hasta los 2.900 kilómetros (transición al núcleo).

En 1989 se alcanzó su máximo en SG-3. En junio de 1990 se produjo una avería cuando se habían alcanzado esos 12.262 metros de profundidad. La perforación del cuarto pozo se inició en enero de 1991 a partir de los 9.653 metros del tercer pozo y se detuvo en abril de 1992 a 11.882 metros de profundidad. La perforación del quinto pozo comenzó en abril de 1994 a partir de los 8.278 metros de profundidad del tercer pozo. Se interrumpió en agosto de 1994 a 8.578 metros de profundidad y el pozo quedó inactivo.

Gracias al proyecto Kola quedaron expuestas a la luz rocas de 2.700 millones de años de antigüedad

El equipo de científicos e ingenieros se encontró con más calor del esperado. Cuenta la BBC que en 1992 la temperatura en torno a la perforadora alcanzó los 180º, el doble de lo que se había calculado.

Además, el proyecto de Kola se quedó sin fondos. Pero eso ocurrió después de haber sido lugar de muchos e importantes estudios geofísicos. Normal, porque gracias a este agujero quedaron expuestas a la luz rocas de 2.700 millones de años de antigüedad.

El núcleo se ha frenado y el sentido de la rotación puede estar invirtiéndose.
Carlos Gámez

El agujero norteamericano

En realidad, EE UU empezó a excavar antes que la URSS. Fue el proyecto Mohole, ideado por la American Miscellaneous Society y secundado por la Casa Blanca. Su finalidad era penetrar bajo la corteza del Océano Pacífico en la costa mexicana.

El proyecto norteamericano inició sus trabajos en 1957 y fue abandonado en 1966

Descartaron hacer un hoyo muy profundo. Su alternativa era perforar el fondo del océano porque allí la corteza de la Tierra es más delgada. Por eso se decidieron por el Pacífico en Guadalupe (México). La desventaja es que las áreas más finas de la corteza suelen estar donde el océano alcanza su punto más profundo.

El proyecto norteamericano inició sus trabajos en 1957. Pero el Gobierno se cansó pronto de una carrera demasiado larga y poco productiva. Cerraron el grifo del dinero y el proyecto fue abandonado en 1966.

También lo intentó Alemania. Fue en 1990. El programa de Perforación Profunda Continental (KTB) comenzó en Baviera y llegó a perforar 9 kilómetros. Ellos, como antes los americanos y los rusos, se encontraron, además de con problemas de tecnología y costos, con las altas temperaturas que afectaban al comportamiento de la maquinaria.

Era una expedición porque realmente entramos en tierra de nadie, donde nadie ha estado antes y eso es muy inusual hoy día"

"Pensamos que era una expedición porque realmente tomó algún tiempo en términos de preparación y ejecución. Y porque realmente entramos en tierra de nadie, donde nadie ha estado antes, y eso es muy inusual hoy día", comentaba a la BBC en 1999 Uli Harms, del Programa Internacional de Perforación Científica Continental (IODP), y que trabajó en el KTB.

Un barco japonés recoge el testigo

Chikyu, barco perforador del Programa Integrado de Perforación Oceánica.
WIKIPEDIA/Gleam

Pero el reto no se ha olvidado. El proyecto M2M-Mohole al manto perfora el lecho marino en zonas del Pacífico donde la corteza mide apenas seis kilómetros de grosor. El objetivo es recoger rocas directamente del manto por primera vez en la historia.

El objetivo es recoger rocas directamente del manto por primera vez en la historia

Japón es el principal impulsor de un consorcio con otros 23 países. De perforar se encarga el Chikyu, un barco japonés utilizado en el estudio de las placas tectónicas. El buque utiliza su torre de perforación de 121 metros con un taladro que puede llegar a más de 7 kilómetros de profundidad.

Aunque resultó dañado durante el tsunami de 2011 y estuvo fuera de servicio durante varios meses, el barco volvió a perforar en abril de 2012. El Chikyu opera dentro del marco del Programa Integrado de Perforación Oceánica.

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