Diego Valencia, el "fiel sacristán" asesinado en Algeciras que llenaba de flores la iglesia

Tras dejar herido al cura de 74 años Antonio Rodríguez, de la parroquia San Isidro, el agresor Yassine Kanjaa se dirigió a la Iglesia de Nuestra Señora de La Palma, a escasos 400 metros de distancia, en la céntrica Plaza Alta de Algeciras. Allí se topó con Diego Valencia Pérez, el sacristán, que a pesar de su intento de huida fue asesinado en la calle a manos del atacante, que también hirió a otras tres personas.

Lo último que la víctima, de 65 años, realizó en la iglesia fue recoger los utensilios de la mesa del altar mientras algunos feligreses rezaban tras la misa. Según el párroco, Juan José Marina, en ese momento, "este hombre entró por la puerta dando gritos, se dirigió al sacristán y él le dijo que iba a llamar a la Policía, y ahí le dio el primer machetazo", ha contado Marina, al tiempo que ha lamentado que "en vez de morir yo, ha muerto él". Según el religioso, el agresor mató a su compañero creyendo que este era el cura.

En declaraciones a TVE, Marina ha contado este jueves por la mañana que el sacristán asesinado, que regentaba una floristería en la localidad gaditana, "arreglaba la iglesia" y la decoraba con flores en fechas señaladas como Navidad. Por el momento, el céntrico lugar de culto permanecerá cerrado "hasta que se lleve el cuerpo de Diego", que será velado allí en un acto abierto al público, según ha indicado el párroco.

"En vez de morir yo, ha muerto él": el atacante de Algeciras confundió al sacristán con el cura

Según el diario local Europa Sur, Diego Valencia llevaba casi 16 años en la iglesia de La Palma, donde "hacía de todo".

Marina ha descrito a Valencia como una persona "querida y muy respetada". "Cuando llegué a esta parroquia ya estaba de sacristán, ha sido como un hermano mayor a nivel personal, desde el principio me dio su amistad, no solo él, sino [también] su familia", ha declarado a RNE. Insiste en que si hubiera estado en la iglesia en ese momento, "yo hubiera sido quien habría muerto".

El sacristán estaba casado con una mujer que está hospitalizada por motivos de salud ajenos al ataque de este miércoles y tenía varios hijos. 

"Sinceramente no tengo palabras para despedirme de ti, mi fiel sacristán. Solo darte las gracias por tu entrega y servicio a nuestra comunidad parroquial que te puedo asegurar, mi querido Diego, que ya no será la misma. Gracias Diego", escribió el párroco Marina en su página de Facebook.