Los patinetes no pueden subir al transporte público barcelonés desde este miércoles: "Es un incordio, tardaré media hora más"
- El veto durará seis meses, para elaborar una propuesta de regulación que garantice la seguridad.
- Afectará a unas 8.300 personas al día, que se expondrán a multas de 200 euros si incumplen la norma.
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Atentos los despistados, porque este miércoles ha entrado en vigor la prohibición de subir patinetes eléctricos al transporte público del área metropolitana de Barcelona, y saltarse el veto puede comportar multas de 200 euros.
“El personal de los operadores está facultado para aplicar la sanción desde el primer momento”, apuntan fuentes de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), que sin embargo, afirman que “habrá un margen de tiempo en que se priorizará la información a la sanción”. En cualquier caso, continúan, los usuarios que entren al transporte público con patinetes serán invitados “a abandonarlo en la parada o estación siguiente”.
La ATM anunció a principios de enero la prohibición, que también afectará a otros vehículos eléctricos de movilidad personal similares, y que será temporal, con una duración de seis meses. Durante este periodo, una mesa de expertos elaborará una propuesta de regulación para que los patinetes puedan acceder a autobuses, metro, tranvía, ferrocarriles y trenes sin que ello comporte peligro. Y es que lo que ha motivado el veto fue la explosión de uno de estos vehículos eléctricos, mientras se estaba cargando su batería, en un vagón de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) el pasado 17 de noviembre. Resultaron heridos tres pasajeros, y el maquinista tuvo que detener el tren de golpe y apagar las llamas.
Desde la ATM detallan que en la mesa de expertos que dará forma a la regulación participan operadores, administraciones, bomberos, fabricantes, técnicos y entidades de usuarios de estos vehículos de movilidad personal, y que “las primeras reuniones ya se han efectuado”.
Las mismas fuentes informan de que el veto afecta a unas 8.300 personas que diariamente acceden al transporte público con patinete, y que generan aproximadamente 14.400 desplazamientos al día, un 0,6% del total (2,6 millones).
“Es un incordio, porque tardaré media hora en llegar a casa”, se queja enfadada una usuaria de Rodalies en la estación de Arc de Triomf de Barcelona. Cuenta que acostumbra a hacer el recorrido en tren desde allí hasta Sant Just Desvern, donde vive. “Ahora llevo el patinete doblado y cuando bajo, me subo y tardo solo 10 minutos hasta casa”, añade. Con la prohibición, explica, tendrá que hacer ese tramo final del recorrido en autobús.
“Creo que lo que deberían hacer es inspeccionar los patinetes, porque muchos están trucados para que corran más. El mío lleva las piezas originales y lo cargo como indican las instrucciones. Como siempre, pagamos justos por pecadores”, afirma la pasajera.
También se queja la Associació d’Empreses de Mobilitat, Entorn Sostenible i Smart (AEMES Smart), que pide que solo se prohíba recargar los patinetes en el transporte público.
El 19 de diciembre, antes de anunciar el veto, la ATM ya instó a todos los operadores de transporte a poner en marcha la prohibición. "Nuestro objetivo es avanzar hacia una compatibilidad, pero como lo primero es garantizar la seguridad, no tenemos otra solución que afrontar un trabajo coordinado para ver cómo podemos asegurar que se pueden evitar incidentes", indicó entonces la presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Laia Bonet.
Desde que se hizo público que la prohibición entraría en vigor, explican desde la ATM, “los operadores de transporte público y las administraciones titulares de sus servicios han informado” de ella “por todos sus canales” y lo seguirán haciendo. Además, a partir de este miércoles, se advierte del veto con carteles. “El personal de las estaciones, los conductores, los interventores y los vigilantes de seguridad estarán especialmente atentos para orientar a los usuarios sobre la nueva situación”, aseguran.
Más aparcamientos
Como contrapartida a la prohibición, indican, se “garantizará la presencia de aparcamientos” para patinetes “en la gran mayoría” de estaciones e intercambiadores de bus “a corto plazo”. Estos podrán aparcar en las llamadas u invertidas y en los Bicitancats. También se les permitirá hacerlo en los módulos Bicibox de aparcamiento gratuito de bicicletas del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB).
Para ello, los conductores de los patinetes deberán estar dados de alta y tener sus vehículos registrados en el servicio, que actualmente cuenta con 19.488 usuarios y 2.453 plazas.