OPINIÓN

Libertad, ¿para quién?

Isabel Díaz Ayuso nombrada alumna ilustre de la Universidad Complutense de Madrid
Isabel Díaz Ayuso nombrada alumna ilustre de la Universidad Complutense de Madrid
@IdiazAyuso
Isabel Díaz Ayuso nombrada alumna ilustre de la Universidad Complutense de Madrid

A Zapatero, la Universidad de León le acaba de nombrar doctor honoris causa, una distinción que, por supuesto, no suscitó el aplauso unánime. Uno de cada tres profesores del claustro rechazó la concesión de este grado, algo que no le sucedió por ejemplo a Badiola, experto en ‘el mal de las vacas locas’, del que trascendió idéntico reconocimiento el mismo día, solo que por unanimidad. Hasta ahí normal. Las opiniones son dispares. Todo es discutible y todo es criticable.

Lo que en ningún caso se despertó fue el enfurecimiento que provocó la nominación de Ayuso como alumna ilustre en la Complutense de Madrid, un reconocimiento más o menos merecido que el de Zapatero, pero otorgado por un rectorado con plena potestad para ello. En este caso, llama la atención la condescendencia del ministro de Universidades por unas protestas de este calibre, que, sin duda, degradaron más la imagen pública de la institución que la de Ayuso.

Algunos se amparan en la libertad de expresión para justificar lo injustificable. Pero, yo añadiría: libertad de expresión, ¿para quién? ¿Para los que llamaron asesina a la presidenta, para el rectorado o para la propia Ayuso? «No estoy acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo», que diría Voltaire, y es verdad. La libertad de uno para expresar opiniones sin temor a represalias es un derecho fundamental e inalienable. Sin embargo, como todo en la vida, esta libertad conlleva ciertos límites como el del respeto de los derechos y reputación de otros. Lo acontecido en la Complutense se califica por sí solo y es una muestra más de que tener un título no es sinónimo de tener educación y respeto. Sin duda. 

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