"Acércate a la barra y pregunta por Ángela", es la consigna, la frase convenida para alertar de una situación de peligro o aviso de acoso. Algunas discotecas y lugares de ocio nocturno ya tienen activado este protocolo internacional destinado a mujeres que se sientan agredidas sexualmente, que estén siendo molestadas o que piensen que han podido ser drogadas.

El caso del exjugador del Fútbol Club Barcelona, Dani Alves, en prisión provisional acusado de violar a una joven en una discoteca, ocupa la atención de los medios y ha contribuido a dar visibilidad a un tema que no es la primera vez que aparece en páginas de sucesos. Coincide también estos días con la denuncia de agresiones sexuales a varios hombres y una mujer por parte de un productor de cine en el transcurso de una fiesta posterior a una entrega de premios.

Finalmente, parece que la sensatez acabará imponiéndose

Estas noticias comparten protagonismo con la fuerte polémica desatada por las repercusiones de la aplicación de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, conocida por todos como la ley del ‘solo sí es sí’. A punto de cumplirse cuatro meses de su entrada en vigor, el resultado no puede ser más lamentable: las rebajas de penas por estos delitos a los condenados se cuentan por centenares y las excarcelaciones por decenas. 

Finalmente, parece que la sensatez acabará imponiéndose y si bien no es posible reparar el daño causado, la intención es poner los medios para impedirlo en el futuro. Estamos en año de elecciones y no hay que jugar con el voto.