El SMI ya supera el 80% del salario medio de la agricultura y la hostelería

Tras la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) anunciada por Pedro Sánchez el pasado martes, el Gobierno ha dado por cumplida una de sus promesas del pacto de coalición: elevar el SMI hasta el 60% del sueldo medio que perciben un trabajador español. Y aunque el último incremento acerca ya el salario mínimo a ese objetivo, lo cierto es que en algunos sectores y territorios esa cifra ya se cumple con creces. Los casos más llamativos son la agricultura y la hostelería, donde el SMI (1.080 euros en 14 meses tras la última subida) ya supera el 80% de la retribución media en esos sectores.

Según el apartado salarial de la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2021 -la última publicada-, el salario mínimo alcanza ya el 90% de los 16.880 euros anuales que cobran los trabajadores del sector agrario con jornada completa. Mientras que en la hostelería, los 15.120 euros de SMI anual ascienden al 83% de la retribución media en el sector. Es decir, que en estas dos actividades -en las que más trabajadores se verán beneficiados por las alzas del SMI- es ya la retribución más común en el sector.

En otros sectores como las actividades administrativas, el SMI supone el 71% del salario medio, una proporción que se reduce al 68% en las actividades comerciales y al 60% en el inmobiliario, la construcción o las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento. En el resto de sectores en los que se divide la economía española, el peso del SMI es inferior al 60%.

Otras de las derivadas del alza del salario mínimo es que su impacto es desigual según el territorio. Según un informe elaborado por el gabinete económico de CC OO, el efecto del alza se notará mucho más en las autonomías del sur, especialmente en Extremadura, Murcia y Canarias, donde uno de cada cinco asalariados se verá beneficiado por la subida.

Para calcular cuánto tenía que crecer el SMI para alcanzar ese umbral del 60%, los expertos consultados por el Ministerio de Trabajo tuvieron que estimar el salario medio de 2022. Una cifra que todavía no se conoce, pues los últimos datos salariales disponibles corresponden al ejercicio 2021. Si se recurre a la metodología empleada por los 'sabios' de Yolanda Díaz, se puede observar cómo ya son 10 las comunidades autónomas en las que el salario medio supera el 60% de la retribución media en 2022.

Se trata de Extremadura, donde el SMI representa el 70% del salario medio estimado en 2022, Canarias (67%), Andalucía (65%), Castilla-La Mancha (64%), Castilla y León, Murcia, Comunidad Valenciana y Galicia (63%), Cantabria y Aragón (61%) y Baleares (60%). En el otro lado del espectro, Asturias (59%), Cataluña (53%), Navarra (51%), Madrid (50%) y País Vasco (48%) son las autonomías más alejadas del umbral pretendido por el Gobierno para España.

Una subida del 47% en la legislatura

Desde que Pedro Sánchez accedió el Gobierno a finales de 2018 hasta este año, el salario mínimo ha ascendido un 47%, pasando de 736 a 1.080 euros mensuales en 14 pagas. Este ritmo de subidas convierte a esta renta en la única que ha crecido más que los precios en este último lustro. Si se cumplen las previsiones del Banco de España para este año, entre 2018 y 2023 los precios se habrán disparado un 18%. 

En ese mismo periodo, las pensiones habrán crecido un 15%, está previsto que el salario de los funcionarios aumente un 12% igual que el IPREM, mientras que los sueldos negociados por convenio crecieron solo un 8,8% hasta diciembre de 2022. Sin embargo, pese al importante avance registrado en la última legislatura, el SMI apenas ha aumentado en términos reales (descontando el efecto de la inflación) desde 2020.

Consecuencias de las subidas

España es el tercer país de la UE que más ha subido el SMI en los últimos cinco años, solo por detrás de Alemania y Lituania. Sin embargo, el sueldo mínimo en el país sigue claramente por debajo del de Estados vecinos como Alemania (1.703 euros al mes en 14 pagas) o Francia (1.465) en el que los salarios medios son también claramente superiores al español.

Las consecuencias que ha tenido las fuertes subidas de los últimos años son conocidas, pero difíciles de cuantificar. Por un lado, los incrementos del SMI han mejorado la vida de millones de trabajadores precarios, que han visto aumentado su poder de compra. También han contribuido a reducir las desigualdades salariales y la brecha de género. En consecuencia, las subidas del SMI han impulsado el consumo y, por tanto, indirectamente el empleo.

Sin embargo, el aumento del salario mínimo también ha tenido efectos negativos. Al menos tres estudios diferentes que analizaron la subida de 2018 señalan que en mayor o menor medida esta destruyó puestos de trabajo. El más reciente, elaborado por la fundación Iseak a petición del Ministerio de Trabajo, apuntaba a que esa subida provocó la destrucción de 28.000 puestos de trabajo. Un efecto "limitado" sobre el empleo, pero que crece "ligera y gradualmente en el tiempo". 

Desde los sindicatos y el Ministerio de Trabajo descartan que el efecto en el empleo haya sido significativo, algo con lo que las organizaciones empresariales discrepan de plano. Especialmente la patronal de las pequeñas y medianas empresas, Cepyme, que representa a las firmas que más han notado la subida del SMI. "Subir el SMI más de un 50% en los últimos años solo responde a una política intervencionista de la economía que perjudica sobre todo a las empresas de menor tamaño que lamentablemente suelen ser las menos productivas y las que, por tanto, pueden ofrecer menores salarios", señalaba el martes Gerardo Cuerda, presidente de Cepyme.

En una línea similar se expresa Víctor Fermosel, profesor de la escuela de negocios EAE. "La primera subida que hubo [la de 2018] era totalmente necesaria, necesitábamos armonizarnos con los países de la UE, pero teníamos otra situación económica. Las posteriores subidas traen más dudas, sobre todo esa última. Ni siquiera ha tenido el consenso del diálogo social, solo se ha pactado con sindicatos y eso normalmente trae problemas. Sobre todo con la deuda que arrastramos, la situación de nuestro PIB y además somos un país con un paro bastante elevado", señala a 20minutos.