Idlib, una de las zonas más castigadas por el terremoto en Siria... y el último gran bastión de los rebeldes contra el régimen de Al Asad

El terremoto registrado esta madrugada en el sureste de Turquía ha causado cerca de 5.000 muertos y miles de heridos. El fuerte seísmo, de magnitud 7,8 en la escala de Richter, ha tenido su epicentro en suelo turco pero ha alcanzado territorio de Siria e Irak; en concreto, la provincia siria de Idlib.

Qué distinto de la alegría que esta región vivía a mediados de diciembre. En Idlib, hace un mes, se disputó un "mundial" de fútbol. Participaron 25 equipos, formados por unos 300 niños de distintos campamentos dispersos en la franja fronteriza de Siria con Turquía.

Pero las risas, los cánticos y la emoción del fútbol duraron poco. Como si de un terrible prólogo al terremoto se tratara, en enero Idlib volvió a ser escenario de fuertes enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales sirias y los insurgentes islamistas. Con el comienzo de 2023, la zona registró un aumento de la violencia pese al alto el fuego en vigor desde 2020.

Conviene recordarlo: Siria vive desde 2011 una guerra civil. El conflicto se inició después de que el régimen de Bachar al Asad hiciera frente por la fuerza a una revolución popular en su contra, lo que llevó a millones de personas a huir y buscar refugio en los países vecinos.

El último bastión de los rebeldes contra Al Asad

Aunque el presidente sirio ha vuelto a controlar el país, aún quedan zonas de oposición. Precisamente, Idlib es considerado el último bastión de los rebeldes. Por eso, todavía el año pasado la provincia era considerada el avispero sirio en el que se refugiaban los líderes del Daesh, decía TVE.

Se calcula que la guerra en Siria ha causado la muerte de más de medio millón de personas y el desplazamiento de la mitad de la población

Esta provincia noroccidental estaba, al menos hasta este terremoto, dominada principalmente por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de la red terrorista Al Qaeda (antiguamente denominada Frente al Nusra) y en la que operan también una miríada de grupos yihadistas y rebeldes.

Pero el terremoto de esta madrugada ha golpeado a este último bastión opositor de Siria y también zonas más alejadas en manos del Gobierno de Damasco, dejando centenares de muertos. Aunque se trata de una zona densamente poblada, buena parte de su población vive en tiendas de campaña, lo que podría haber salvado a muchos de ser aplastados por los derrumbes.

Más de 4 millones de personas viven en esta región del noroeste a lo largo de la frontera con Turquía, que estos días registran bajas temperaturas y condiciones meteorológicas adversas. La mayor parte de ellos fueron expulsados allí por las sucesivas campañas dirigidas por Rusia que recuperaron el territorio tomado por los rebeldes.

La mayoría de los civiles viven en tiendas de campaña -muchas improvisadas- y este invierno están registrando temperaturas muy bajas. Pero es que en verano sufrieron el otro extremo: las temperaturas superaron los 40 grados. Y todo ello sin acceso a la electricidad y sufriendo escasez de agua.

"No hay electricidad, así que los ventiladores de refrigeración tampoco funcionan. Nos agotamos por el calor y estamos pasando momentos difíciles... En las tiendas de campaña cubiertas de plástico, no podemos protegernos del calor en verano ni del frío en invierno", decía este verano Abdurrahman Raad, desde el campo de refugiados de Azraq, cerca de la frontera con Turquía, en declaraciones a la Agencia Anadolu.

Una guerra civil casi acabada

En marzo se cumplirán doce años del levantamiento contra Al Asad. Al conmemorarlo en 2022, unos 5.000 manifestantes sirios rebeldes, apoyados por Turquía, se reunieron en Idlib y otras ciudades del noroeste de Siria. Hubo gritos contra el presidente sirio, contra el ruso Vladimir Putin y a favor de Ucrania.

Y es que con la ayuda rusa, Al Asad cambió el rumbo de una guerra y recuperó la mayor parte del territorio que había perdido a manos de los rebeldes. Un acuerdo negociado en 2020 entre Rusia y Turquía, que apoya a los grupos de la oposición, puso fin en pocos meses a los combates.

Sin embargo, todavía en 2022 la zona se vio afectada por bombardeos esporádicos desde puestos avanzados del Ejército sirio contra las líneas del frente. Se calcula que la guerra en Siria ha causado la muerte de más de medio millón de personas y el desplazamiento de la mitad de la población del país.

Tras el terremoto, y a la vista de su consecuencias, los Cascos Blancos (un grupo de rescatistas operativo en la zona) han instado a la comunidad internacional a garantizar que los bandos enfrentados en la guerra eviten atacar las zonas de Idlib y Alepo.