Internacional

Los rescatistas españoles apuran las horas en Turquía: "Durante el rescate, al entrar notábamos cómo temblaba un poco el suelo"

Apenas han podido descansar tres horas desde que el pasado lunes salieron desde Valencia hacia Turquía para ayudar en las labores de rescate tras el terremoto. Cada minuto cuenta. Los miembros del equipo de la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE) desplazado a la ciudad de Adiyaman saben que libran una batalla contra el tiempo y, desde su llegada, se afanan en registrar los escombros de los edificios en busca de supervivientes. 

El panorama que encontraron al entrar a la localidad fue desolador. "El 30% de los edificios se encuentra totalmente destruido, y el 70% restante presenta tantos daños que tendrá que ser demolido. Son muy pocos los inmuebles que se podrán volver a habitar. La ciudad está como para ser reconstruida por completo", explica Moisés Belloch, presidente de la ONG IAE y líder de la expedición en Turquía. 

En este escenario de destrucción subsisten los habitantes de Adiyaman que no han abandonado el municipio. "Los que han podido han dejado la localidad, otros han sido trasladados a ciudades más seguras, pero hay quienes no desean marcharse porque tienen familiares entre los escombros. Pasan la noche junto a hogueras y buscando sitios a cubierto. Ahora han empezado a llegar tiendas de campaña para ellos y las están montando, con lo que podrán dormir allí", relata este jefe de un parque de bomberos.

Miembros de la ONG IAE en Turquía.
ONG IAE

Hasta el momento, con doce especialistas, dos perros, instrumental para las intervenciones y material de localización electrónica -como aparatos para detectar las vibraciones y microcámaras para introducir entre los cascotes-, la ONG ha rescatado a tres personas. En primer lugar, extrajeron con vida a un joven de 26 años y, poco después, a un hombre y a su hija tras seis horas de trabajos. No obstante, las probabilidades de hallar supervivientes son cada vez más remotas.

Tras haber participado en labores de rescate en 14 terremotos en países como El Salvador, Pakistán, Nepal o Haití, Belloch lo sabe. "En el 99, en Turquía, localizamos a un hombre después de siete días. La nevera había caído de tal manera que había creado un espacio en el que tenía acceso a agua y comida. Sin embargo, son casos muy especiales. A estas alturas, la situación es muy difícil. Las posibilidades de encontrar supervivientes se están reduciendo muchísimo. Si los atrapados están heridos, las lesiones se agravan. Además, por la noche estamos a muchos grados bajo cero y estas personas están en pijama o camisón", lamenta.

Ahora bien, rescatar supervivientes no es la única labor de este equipo. Aunque es la principal, también guían a la población con instrucciones para extraer los cuerpos de sus familiares de manera segura. "No podemos pararnos a recuperar cadáveres, porque eso significaría no seguir buscando gente viva", ahonda Belloch. Al hacerlo, habla de una sociedad todavía "en estado de shock", que pasará a "una segunda fase de desesperación ante la necesidad de seguir viviendo y una tercera de frustración".

El ERICAM, en Alejandreta

Un escenario similar recibió al ERICAM (Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid) a su llegada a la ciudad de Alejandreta, donde inmuebles intactos conviven con otros completamente colapsados. "Los edificios no han caído a plomo, se han ladeado y están apoyados unos sobre otros. Algunos, si se encontraban junto a una finca vacía, se han partido y han quedado en modo superposición de planos. Parecen sándwiches, con todos los forjados uno sobre otro", detalla Daniel de la Fuente, miembro de este cuerpo autonómico.

Miembros del ERICAM participa en labores de rescate en Turquía.
ERICAM

En una ciudad en la que todavía se sienten las réplicas, los integrantes del ERICAM no han dudado en adentrarse bajo los escombros incluso en medio de estos movimientos "de baja intensidad". "Algunos compañeros, como teníamos que entrar bajo forjado, notaban cómo temblaba un poco el suelo según iban a gatas o reptando", narra, antes de explicar la ansiedad de los supervivientes mientras esperan un hipotético rescate. "Ellos están en la oscuridad absoluta, ni oyen ni ven ahí dentro. Hasta que nosotros les hablamos, no saben nada", profundiza.

"Ellos están en la oscuridad absoluta, ni oyen ni ven ahí dentro. Hasta que nosotros les hablamos, no saben nada"

Para dar con ellos y sacarlos de entre los escombros, están llevando a cabo una "búsqueda técnica" con una coordinación "muy muy sencilla y muy muy agradable" con los equipos turcos: "Nos apoyamos mucho en perros y geófonos. Un perro es muy fiable y mucho más rápido. Con un geófono es muy difícil, porque una rotura de tubería o un vehículo que pase nos altera mucho la capacidad de escucha. Nos centramos sobre todo en la localización de supervivientes a cierta profundidad, no en los bordes de la construcción o en la parte superficial".

Bomberos Unidos sin Fronteras, en Elbistan

A unos 320 kilómetros de Alejandreta se sitúa Elbistan, en la provincia de Kahramanmaras, una de las más afectadas por los seísmos del lunes. Hasta esta ciudad de unos 150.000 habitantes, en la que se han desplomado más de 150 edificios, se ha desplazado una dotación de Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF), con diez bomberos rescatadores, un médico, tres enfermeros y cuatro perros. Al llegar, solo encontraron sobre el terreno "destacamentos del ejército turco y grupos civiles organizados", pero confían en que, "en las próximas horas, el número de equipos de rescate aumente". 

A pesar de que, como apuntaba Belloch y subrayan desde BUSF, la población "sigue en shock", este destacamento ha recibido "mucha colaboración" de las autoridades y los ciudadanos. "Todos trabajan en recuperar a sus seres queridos y sus enseres. Las personas se ayudan unas a otras independientemente de sus propias pérdidas. Además, al equipo nos transmiten muchas muestras de agradecimiento", señalan.

Por la experiencia previa, son conscientes de que, en los próximos días, encaran "una carga de trabajo grande". No obstante, lo afrontan con buena actitud: "Aunque van a superarse las 72h después del terremoto, no perdemos la esperanza de que sigan apareciendo personas vivas bajo los escombros".

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