El padre de Emma, fallecida por peritonitis tras tres visitas a urgencias: "Le pido a mi hija que me dé fuerzas para aclararlo"

Emma, la niña fallecida por peritonitis tras tres visitas a urgencias.
Emma, la niña fallecida por peritonitis tras tres visitas a urgencias.
CEDIDA POR LA FAMILIA
Emma, la niña fallecida por peritonitis tras tres visitas a urgencias.

Emma jugaba en el equipo de fútbol, acudía a excursiones y convivencias y participaba en los actos de su pueblo y los de alrededor. Con doce años, era una niña sociable a la que todo el mundo conocía, una preadolescente responsable que siempre estaba riendo, de broma, dispuesta a ayudar a quien la necesitaba y a echarle una mano a cualquiera. Así la recuerda su padre, Ramón, después de que una peritonitis no diagnosticada tras tres visitas a urgencias hayan robado a su hija los partidos por jugar, las escapadas por disfrutar y los chistes por contar.

La pequeña, detalla su padre, falleció la madrugada del lunes 6 de febrero después de varios días con vómitos, diarrea y dolor abdominal y tras tres visitas a urgencias en las que no la diagnosticaron ni le realizaron ninguna prueba médica. Por eso, Ramón Martínez y su esposa, Beatriz Gascó, han decidido querellarse contra los médicos que la atendieron.

Su calvario comenzó el domingo 29 de enero, con la visita al ambulatorio de Viver (Castellón), a unos seis kilómetros de la localidad de Jérica, donde residen, porque la pequeña presentaba dolor abdominal, vómitos y un poco de fiebre. Fue la primera parada del vía crucis de esta familia. Allí, el médico "le palpó un poco la tripa, le pinchó Primperan para que no vomitase y sugirió que pudiera ser algo ovárico o un virus" antes de enviarlos de vuelta a casa. 

"Nos fuimos, pero la niña no mejoró. De hecho, empeoró. No comía, tenía mucho dolor. El jueves, mi mujer volvió a urgencias de Viver, y el médico ni se levantó de la silla. Ni tocó a Emma. No le dio nada. Al ver el historial le preguntó a mi esposa qué hacía allí y le dijo que ya le habían explicado que era un virus y podía durar ocho días. Yo estaba de viaje y, cuando volví, la niña estaba estaba superdesmejorada. No había comido y no sé si habría dormido algo en casi una semana", relata.

Ante el agravamiento del estado de la pequeña, el sábado acudieron directamente a Urgencias del Hospital de Sagunto. Con 38,8 de fiebre y tras explicar el cuadro que sufría desde hacía días, le realizaron un análisis de orina y la exploraron. "Según la médico, parecía que todo estaba bien", se lamenta Ramón, que señala que le vieron la lengua muy blanca y, ante la posibilidad de que fuera un hongo, le dieron un jarabe y los mandaron a su domicilio.

"El jueves, mi mujer volvió a urgencias de Viver, y el médico ni se levantó de la silla. Ni tocó a Emma. No le dio nada"

"El día siguiente fue crítico", subraya. Al ver por la tarde que la pequeña no podía ni moverse, su padre la levantó para trasladarla al hospital, y Emma se desvaneció. En los cinco minutos que tardaron en llegar al ambulatorio de Viver, entró en parada cardiorrespiratoria. "A partir de ahí, maniobra RCP, adrenalina, electrodos... Llegó el SAMUR en doce minutos y la estabilizó en cinco más. Parecía que la niña se encontraba estable, pero en el Hospital Clínico de Valencia, donde la trasladaron, volvió a pararse", se desespera.

Emma, la niña fallecida por peritonitis tras tres visitas a urgencias.
Emma, la niña fallecida por peritonitis tras tres visitas a urgencias.
CEDIDA

Allí les preguntaron qué había ocurrido, si la niña había comido algo, y al hacerle una ecografía vieron la peritonitis. Intentaron operarla, pero Emma volvió a entrar en parada. Estuvieron reanimándola manualmente durante dos horas mientras la intervenían para aliviar la presión de la zona, apunta su padre, pero fue en vano. La pequeña falleció en el quirófano.

Posibilidad de recurrir a la Justicia

Presa de la indignación, estos padres reclaman que se aclare lo acontecido y se depuren responsabilidades. "Hay que saber quién es responsable y quién no, si hay que implementar más protocolos o cambiar el existente. Es necesario ver qué pasa para que no vuelva a sucederle a ningún niño, para que ninguna familia sufra lo mismo que estamos padeciendo nosotros", exige.

"En el centro médico de Viver no sé si hay ecógrafo. A lo mejor no. No obstante, en Segorbe hay un minihospital un poquito más grande, derívame ahí. Pero que en el Hospital de Sagunto no detecten lo que te pasa, cuando en la puerta de al lado tienes un ecógrafo y te pueden hacer un análisis de sangre... Todo esto sucede cuando te estoy diciendo que mi hija lleva casi seis días sin comer y con dolor continuo agudo en el estómago. ¿Eso va a ser de la regla o una gastroenteritis? No, por Dios. Descarta primero lo más peligroso", se desquicia.

Para evitar que esta tragedia se repita, Ramón y Beatriz han consultado a varios abogados: "Se ha cometido un fallo, dos. Hay una persona o dos o tres negligentes. Tendrá que ser la Justicia quien decida qué ha pasado. Nosotros estamos recopilando toda la información que podamos conseguir".

Los padres enfrentan la querella en uno de los momentos más complicados de sus vidas. "Ahora mismo tenemos fuerzas. Yo no sé si es por las veces que le he pedido a mi hija que me dé fuerzas para ir hacia adelante o porque estamos en una fase de lucha. Sin embargo, mi mujer, cada vez que habla del tema, está sollozando. Y por las noches y por las mañanas... Pero hay que luchar por aclarar esto", defiende.

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