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Diseñadora, empresaria y artista polifacética: así es Clara Darín, la hija de Ricardo Darín

Ricardo Darín y su hija, Clara Darín, en noviembre de 2016.
Carlos Alvarez/Getty

Sin hacer excesivo ruido, pero día a día, sin cesar, trabajando para llegar donde está. Es obvio que podría haber echado mano de sus apellidos. E incluso de más alfombras rojas, ahora que tan de moda se ha puesto hablar en Hollywood de los nepobabies, esos famosos intérpretes, músicos y un largo etcétera que, entre otras cosas, no han tenido que conseguir su status quo, sino que les venía prácticamente dado por ser hijos de otras estrellas. Pero su carácter reservado, hermético en su vida privada, hace de la vida de Clara Darín cierta rara avis de la industria. Una, además, de la que se ha desligado para trabajar de lo que más le gusta.

Empecemos por el principio, porque hablamos de la segunda hija de uno de los matrimonios más queridos a ambos lados del Atlántico: el formado por el actor Ricardo Darín y la alfarera Florencia Bas. Su historia de amor comienza a la salida de un teatro a finales del año 1987, cuando él tiene 30 años y ella acaba de cumplir la mayoría de edad y estudiaba Traducción, y que en apenas unos meses acaba en boda, el 18 de abril de 1988. No pasa ni un año cuando en enero de 1989 nace su primer hijo, el también actor Chino Darín. Transcurrirían alrededor de cinco años hasta la llegada de Clara.

Clara, desde pequeña, herederará la vena artística de la familia, incluso habiendo dedicado todo un año sabático a estudiar maquillaje profesionalmente con Mabby Autino, una conocida estilista argentina, si bien ha dejado bastante claro que no la verán delante de la pantalla. "No soy de sentarme a estudiar textos. Me daría mucha fiaca. No puedo estar arriba de un escenario. Sufro de miedo escénico".

A pesar de ello, llegó a tomar clases de canto con Susana Rossi y con Dolores Santa Coloma y, de tanto declararse admiradora de Macy Gray y Lenny Kravitz, incluso pudo debutar como cantante en 2018, en un evento en Buenos Aires, junto a una pequeña banda entonando tres temas: Route 66, de los Rolling Stones, Valery, de Amy Winehouse y Underneath it all, de No Doubt.

Llegó a recibir buenas críticas por parte de los asistentes al show, entre ellos su padre, que escribió: "Si estás superando miedos es que estás en el camino. De eso se trata amor mío. Te adoro. Sos tan valiente y auténtica que aprendemos de vos todos los días". Por ello uno de los sueños de la cuñada de Úrsula Corberó es poder organizar festivales de música en su país natal.

Aunque ella ha dejado claro que prefiere otro mundo. Aunque se planteó estudiar Diseño de Indumentaria, finalmente se decantó por Bellas Artes, la cual cursó en Nueva Escuela, un centro de enseñanza privado de Buenos Aires. Allí aparte de descubrir lo bien que se le daba pintar cuadros y, sobre todo, la fotografía -una de sus cuentas de Instagram está dedicada exclusivamente a "fotos analógicas de amigues"- acabó optando finalmente por el mundo del diseño.

Este mundo ya le había llamado desde que en 2015 fundase junto a su amiga de la infancia, Sofía Koening, con quien comenzó a customizar camisetas y sudaderas en el salón de su casa, la firma de ropa de Sarasa, con la que vendía online y a través de un showroom. Muy pronto lo que comenzó como un hobby se fue haciendo más grande hasta que la propia Clara alcanzó cierto estatus de it-girl, como Úrsula Corberó, que comenzó con su hermano justo el año en que la hija de Ricardo Darín se convierte en empresaria.

Para empezar, aquel año inaugura una tienda de su nueva línea CxClara en una de las zonas más comerciales, jóvenes y artísticas de la capital argentina, Palermo Soho. "Voy probando lo que me divierte. No digo que por tener un título soy artista. No me gusta rotularme ni encasillarme en un lugar. Me divierte que si alguien cree que soy una u otra cosa me lo diga, pero yo no me lo creo", dijo en la presentación de la colección.

Y es cierto que no se ha encasillado, porque aún encontrando tiempo para algunas de sus pasiones como esquiar o montar a caballo, desde entonces fundó junto a otras dos amigas Yey House, una compañía que engloba a alrededor de treintena de marcas creadas por jóvenes diseñadores y diseñadoras de Argentina. Y Teta.

"En nuestra familia somos bastante críticos en nuestras profesiones. Desde que tengo memoria, a papá le doy mi opinión sobre sus películas o sus proyectos, y no me guardo nada. Conservaron notitas de cuando yo era chiquita, en las que le decía qué caras no tenía que poner o qué cosas no decir en el escenario. Creemos en las buenas críticas entre nosotros, porque construyen", dijo Clara en una ocasión. Y Teta es un gran ejemplo: se trata de una empresa de creación y venta de cerámicas, joyas y velas que comparte con su madre.

"Tuve la idea en mayo del año pasado, y le propuse a mi madre alfarera que sea ella quien produzca las piezas. Así es como, desde hace 8 meses, codo a codo, hacemos este hermoso desarrollo de cada modelo y color, horneada tras horneada, con miles de pruebas, errores, sorpresas y satisfacciones", confesó a principios de 2021.

Ya por entonces llevaba casi una década con su novio, Rodrigo, de quien no se sabe mucho más porque ella misma ha dejado claro que odia la exposición pública (y tampoco existen demasiadas fotografías de ambos). Se conocen, además, "de toda la vida", dado que era uno de los amigos íntimos de su hermano, si bien con su anterior pareja, Marcos, estuvo cinco años -desde que ella tenía 12-.

Eso sí, a pesar de que esté muy bien con Rodrigo, por ahora no piensa en el altar: "Nunca soñé con casarme con nadie, mis padres me educaron de otra manera, disfrutando de lo que me pasa y de lo que tengo sin necesidad de rotular. Definitivamente llevo el gen Darín en la sangre. Mi padre es un enamorado total de mamá, ¡es un perrito faldero! Están enamoradísimos. En todo caso, lo que yo sí sueño es algún día armar una familia como la que ellos formaron. ".

Una, eso sí, en la que pueden caber incluso las pequeñas polémicas. Y además fue por unas palabras suyas a la revista El Planeta Urbano que hicieron que todos los medios hablasen de los Darín. Lo que ocurrió es que Clara afirmó: "De vez en cuando nos fumamos un porro en familia".

Y luego, claro, hubo de explicarlo: "Mis viejos saben que fumo. De hecho, cuando era joven, mi hermano me dijo: 'Estás creciendo. Si en algún momento te invitan a un porro y te apetece, di que no, vienes y lo pruebas conmigo'. Y yo le dije: 'Bueno, está bien'. Todos mis amigos fumaban y yo: 'No, no quiero, no quiero, quiero probar con mi hermano'. Y fui y le dije: 'Chino, tengo ganas de probar'. Se abrió debate en mi casa".

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