Madrid

Los chabolistas se dispersan por Madrid en pequeños poblados tras los desalojos

Uno de los micropoblados de chabolas en el barrio de Arroyo del Fresno, cerca de la estación de Pitis, entre las vías del tren y la M-40
Jorge París

"Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada". Así comienza el artículo 47 de la Constitución Española. Sin embargo, haciendo una radiografía de cómo viven muchas personas, puede comprobarse que todavía queda mucho trabajo por hacer. Y en ello están trabajando desde el Ayuntamiento de Madrid, que solo en la última legislatura han conseguido desmantelar cerca de 650 asentamientos ilegales, según apuntan fuentes del Área de Desarrollo Urbano. 

Desmantelar todos estos poblados chabolistas no ha conseguido subsanar el problema. Algunos de los habitantes son desalojados sin una vivienda alternativa a la que trasladarse. Otros deciden dejar el nuevo hogar que les ofrecen desde las administraciones y volver a las calles por falta de una red de apoyo. El resultado es el mismo. Esto ha desembocado en una proliferación de pequeños núcleos de infraviviendas. Ya no son tan grandes como antes, pero se han dispersado por toda la ciudad.

La Cañada Real es probablemente el primer núcleo de infraviviendas que viene a la mente al pensar en poblados chabolistas en Madrid. Han sido muchos los intentos para tratar de realojar a las familias que allí residen, pero la complejidad de la situación provoca que se alargue en el tiempo más de lo calculado. No es el único lugar en el que existen este tipo de construcción en la ciudad. Están también presentes en los distritos de Fuencarral-El Pardo, Villaverde, Chamartín, en Nuevo Legazpi o el entorno de la M-30.

Las actuaciones del Ayuntamiento

A lo largo de los últimos cuatro años, desde que Almeida tomó el bastón de mando de Madrid, se han llevado a cabo un total de 650 desmantelamientos de asentamientos ilegales en distintos distritos con el objetivo de erradicar los problemas que causaban en materia de inseguridad e insalubridad. Según apuntan fuentes del Consistorio del Área de Desarrollo Urbano, "todas las actuaciones se realizan en coordinación con los distritos afectados, la policía local y los servicios sociales", puesto que son estos los encargados de ofrecer ayudas y alternativas.

Sin embargo, a pesar de estos arduos trabajos, las chabolas siguen proliferando en la ciudad. El número ha disminuido respecto a hace una década, cuando todavía existían los grandes poblados como Pitis, El Ventorro o El Cañaveral, pero se han dispersado, sobre todo en el extrarradio.

Chabolas ocultas entre la vegetación cerca de la M-30 junto al Parque del Manzanares.
J. París

Por qué vuelven a las chabolas

"Los microasentamientos están proliferando al margen de las vías del tren entre Leganés y Villaverde, la M-30... pero es imposible tener una foto real de cómo están ahora mismo", comenta Rocío García, directora de la Fundación Secretariado Gitano en Madrid. Las demoliciones que se produjeron a lo largo del año pasado, sobre todo durante el último trimestre, ha provocado que pierdan la radiografía de dónde están situadas las chabolas en la ciudad.

"En 2015 teníamos identificadas cerca de 600 chabolas, pero algunas ya se han desmantelado, como El Gallinero, y han aparecido otras nuevas", indica. Los datos que manejan desde la Fundación muestran que desde el año 2020 han aparecido numerosos micropoblados en Madrid, algo motivado porque "los últimos desalojos se han producido sin alternativa habitacional". Esto provoca que los chabolistas vuelvan a las calles. "Los núcleos que no tienen convenios de realojo es porque suelen ser temporales. Las autoridades los desmantelan, pero no ofrecen una política de viviendas", explica Rocío.

"Es necesario que el desalojo vaya acompañado de unos servicios públicos coordinados y un acompañamiento. Es la única manera de que haya garantía de éxito", comenta la directora de la Fundación. Esto debería traducirse en políticas de viviendas, medidas educativas y de empleo. Es una población que lleva toda la vida en chabolas, por lo que la red de apoyo que tienen siempre ha estado ahí. Por ello, sino se establece un plan que sustituya esa telaraña de protección que ya tienen asegurada en la calle, el resultado es que vuelven a las chabolas.

Villaverde Alto: en el polígono y la 'Gran Vía'

"En la zona de Villaverde Alto tenemos dos asentamientos", explican los vecinos de la zona. El primero está justo debajo de lo que han denominado su 'Gran Vía'. Está cerca de la estación de Cercanías, en unos terrenos abandonados. Allí viven varias familias procedentes del este de Europa. "Hace seis años pusimos en conocimiento del Ayuntamiento la situación para evitar que siguiese creciendo", explican desde la Asociación de Vecinos de Villaverde Alto. "Nos dijeron que no teníamos que preocuparnos, que eran grupos nómadas y que se iban a marchar al poco tiempo", añaden. Sin embargo, después de más de un lustro, allí siguen. 

El segundo asentamiento, el que más quebraderos de cabeza da a los vecinos, se encuentra en el polígono industrial. Apareció casi en el mismo momento en el que comenzó el desmantelamiento de algunas zonas de la Cañada Real. Algunos de los narcotraficantes que solían vivir en el poblado chabolista más grande de Madrid decidieron trasladarse a pisos en Villaverde Alto. Convirtieron esas moradas en puntos de venta de droga. Las consecuencias directas en el barrio fueron dos: el aumento de los narcopisos y un nuevo asentamiento de toxicómanos.

"Siempre nos hemos quejado de que somos la esquina de la alfombra en Madrid. Barren a aquí todo lo que no quieren en el centro", se quejan los vecinos. "El problema del asentamiento es que son toxicómanos que quieren tener su dosis diaria de droga", explican. Para poder tener dinero para comprarla pueden adoptar dos actitudes, ya que son personas que no tienen más recursos. Por un lado, la mendicidad. Por otro lado, los pequeños hurtos. Respecto a esto último, los vecinos han notado un importante incremento, aunque "no consta en las estadísticas debido a que muchas personas deciden no denunciarlo". "Roban en tiendas o rompen las ventanillas de los coches para llevarse gafas de sol, mecheros, linternas... Luego todo eso lo venden en el paseo de Alberto Palacios para ganar dinero y poder comprar la droga", relatan.

Calle de Embajadores: un asentamiento casi en el centro

Al final de la calle de Embajadores coges la salida norte hacia la M-30, cruzas hacia la depuradora, giras en la rotonda para volver al barrio por la autopista y llegas al poblado de chabolas que se instaló a finales del verano pasado. "Se les ve poco desde la calle, pero llevan instalados debajo de los puentes desde hace unos meses", explican desde la Asociación de Vecinos Nuevo Legazpi. Además, ha medida que pasan las semanas, la población que allí reside ha aumentado. Llegaron al barrio hace unos años, pero ante los desahucios que ha hecho el Ayuntamiento han ido cambiando de ubicación. "La Policía les ha desalojado varias veces, pero siempre acaban volviendo". Sin embargo, ahora es diferente. "Es la vez que más tiempo han estado en el mismo sitio", indican.

Poblado chabolista al final de la calle Embajadores, en Nuevo Legazpi.
Jorge París

El lado bueno es que su estancia no ha provocado inseguridad en el barrio. El lado malo es que producen mucha cantidad de basura. "Hace un tiempo tuvimos el mismo problema en unos terrenos en Delicias y acabó habiendo ratas", aseguran. "No nos hicieron caso hasta que les demostramos que nuestras quejas eran ciertas", continúan.

La resistencia del histórico poblado de Pitis

Hace menos de 20 años, el poblado de Pitis era uno de los núcleos de chabolas de referencia en Madrid. Sin embargo, tras las actuaciones del equipo del ex-alcalde Alberto Ruiz-Gallardón, desapareció la mayor parte de las infraviviendas. Los trabajos no se terminaron por completo, por lo que todavía quedan algunas familias, divididas en dos micropoblados, que se resisten a dejar el que ha sido su hogar durante tantos años. 

El más pequeño se sitúa a la izquierda de la estación de Cercanías, atravesando un pequeño túnel. Estos chabolistas son los que más problemas causa entre los vecinos debido a que se dedican al "menudeo de droga". 

El núcleo más cerca de las vías del tren es el que da más problemas a los vecinos, ya que es un punto de venta de drogas, lo que implica un ir y venir casi constante de toxicómanos
Jorge París

Al problema de la presencia de toxicómanos en el barrio hay que sumar el de la basura que generan. El entorno está completamente lleno de residuos, incluso hay un coche volcado frente al más grande. Los vecinos de Arroyo del Fresno aseguran que se ha convertido en un "problema de salud pública". Por ello, han solicitado en numerosas ocasiones a la Administración que los desalojen de allí y los lleven a unos pisos en buenas condiciones. Todavía no han conseguido su propósito y, aunque el Ayuntamiento asegura que está trabajando en ello, parece que permanecerán allí todavía un tiempo largo.

La Cañada Real: el 'supermercado de la droga'

La Cañada Real es uno de los dolores de cabeza sociales en Madrid. Tras más de veinte años de personas viviendo en chabolas, la situación se complica cada vez más. Viven cerca de 7.000 personas, de las que 1.800 son menores. 

Se calcula que en la Cañada Real ahora pueden vivir más de 8.000 personas
Jorge París

Está compuesto por 6 sectores. El primero comienza en el centro de Coslada y avanza por Madrid dando espacio al segundo, que separa los PAUs de El Cañaveral y el de Los Cerros. Los sectores 3,4 y 5 están localizados en Rivas-Vaciamadrid. El último, el más largo de todos y donde se encuentran las infraviviendas más precarias, atraviesa el distrito de Vallecas y llega hasta el vertedero de Valdemingomez.

Los problemas en la Cañada Real son varios. Una parte del poblado no tiene suministro de luz desde octubre de 2020. Una dificultad que complica la situación sobre todo en invierno. Muchos de los habitantes han sufrido serias enfermedades desde entonces. Todavía no existe una solución para realojar a los habitantes, a pesar de que el 15 de diciembre venció el plazo dado por el Comité Europeo de Derechos Sociales a España para dar con ella.

Este asentamiento es considerado como el mayor supermercado de droga en España. Por este motivo, las autoridades competentes decidieron cortar el suministro de electricidad en los sectores 5 y 6, donde están localizados los puntos de venta. Allí se pueden encontrar sustancias como cocaína, heroína o marihuana. José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, aseguró el pasado mes de noviembre que la luz no volvería al asentamiento hasta que desapareciesen "las plantaciones ilegales de marihuana".

Hay muchos otros ejemplos de núcleos chabolistas, de similar tamaño al que se sitúa ahora el de Pitis o el de la calle de Embajadores. Es lo que ocurre entre el puente de Costa Rica de la M-30 y el punto limpio de Chamartín. Ahí hay ahora mismo un micropoblado chabolista formado por cinco construcciones aproximadamente. Otros ejemplos de asentamientos se pueden encontrar en el distrito de Fuencarral-El Pardo en la calle Antonio Cabezón, Puerto de Somport y Federica Montseny.

En Aravaca, cerca de la estación de tren, también hay uno. Sin embargo, no es un núcleo residencial. Se trata de una zona en la que un hombre, que va todas las mañanas hasta allí, ha instalado en un descampado una chatarrería. Se dedica a la venta de estos materiales. 

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