Los vecinos de Comillas exigen una comisión de seguimiento de las obras de la L11 de metro

Los vecinos del barrio de Comillas llevan semanas viendo un lento pero constante despliegue de obreros, vallas y maquinaria en torno a su parque, enclavado entre las calles de Baleares, Antonio Leyva y Miguel Soriano, y prácticamente equidistante entre las paradas de metro de Plaza Elíptica (L6 y L11) y Marqués de Vadillo (L5). Este punto del distrito de Carabanchel fue el elegido por la Consejería de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, allá por 2019, para instalar la tuneladora que llevará la L11 hasta Conde de Casal, una intención que comenzó a materializarse el pasado noviembre. 

Cuando finalicen las obras, hacia finales de 2026 según las estimaciones iniciales, el barrio contará con una nueva estación de metro, una infraestructuras que se viene reclamando desde hace años. Pero como toda intervención de gran envergadura, mientras se materialice se dejará notar en el día a día de los vecinos: maquinaria, tráfico de camiones, cortes de tráfico, ruido, polvo, posibles incidencias... por no hablar de que alrededor de 25.000 m2 de los 37.000 que tiene el parque de Comillas quedarán ocupados por los trabajos y no podrán ser utilizados. Además, los trabajos se llevarán por delante gran parte de la masa forestal —un extremo que ha levantado mucha polémica— de esta zona verde, que tendrá que ser totalmente remodelada con la inversión de 5 millones de euros. 

La asociación vecinal del barrio ya ha atendido numerosas consultas de los vecinos sobre los trabajos y prevé que estas vayan en aumento a medida que vayan avanzando. De ahí que hayan pedido insistentemente a la Comunidad que se reúnan con ellos para explicarles los pormenores. 

Casi 300 plataneros, 218 pinos, 20 cedros... los árboles que sucumbirán a la obra de la L11

Desde que se supo que Comillas tendría una estación del nuevo trazado, representantes de la entidad Barrio Comillas y de la Consejería de Transportes e Infraestructuras se han sentado juntos en tres ocasiones. La última, a finales del pasado enero, un encuentro en el que también estuvieron presentes representantes del colegio público Perú, centro que linda con el parque, que estará a tan solo unos pocos metros de las obras y bajo el cual pasará la tuneladora y, más tarde, el trazado del metro.

Esta última reunión sirvió para resolver muchas dudas de los asistentes, pero es inevitable que vayan surgiendo nuevas inquietudes en las próximas semanas. De ahí que la asociación de vecinos de Comillas vaya a reclamar a la Comunidad que constituya una comisión permanente de seguimiento mientras duren las obras en la que estén sentada la Consejería de Transportes, la UTE a la que se adjudicó la ampliación (formada por las empresas Dragados, Acciona y Rover Alcisa) y representantes de las asociaciones de vecinos del ámbito afectado.

Elena Sigüenza y José Jiménez, dos representantes de la entidad Barrio Comillas, explican a 20minutos que no sería la primera que se toma una decisión así. De hecho, esta asociación ya participó en un ente de este tipo: el que se constituyó en octubre de 2005 por la construcción del intercambiador de Plaza Elíptica.

Entonces, la petición surgió en una asamblea vecinal que se celebró en Comillas para abordar la inquietud que provocó el hecho de que las obras del intercambiador llevaban aparejadas la tala de 397 árboles. La entonces consejera madrileña de Transportes, María Dolores de Cospedal, recogió el guante y apenas un mes de la petición se constituyó una comisión para mantener reuniones periódicas con el objeto de recoger las sugerencias de los ciudadanos e informar puntualmente del curso de las obras.

Los miembros de la junta directiva de la asociación consideran que sería muy positivo para el barrio contar con esta mesa permanente, porque son muchos los temas relacionados con las obras del metro que preocupan a los vecinos. Mencionan a los árboles que está previsto talar en el parque de Comillas —más de 200—, pero también la seguridad jurídica que se va a dar a las viviendas de alrededor y a los vecinos, posibles problemas de ruidos y suciedad, posibles afecciones a los profesores y los cientos de alumnos del colegio Perú... 

De momento, la asociación ya ha conseguido cerrar, tras varias semanas de solicitudes, una nueva reunión con la Comunidad de Madrid: será el 2 de marzo con técnicos de la Consejería de Transportes en el local vecinal de la calle Inmaculada Concepción. Antes, la entidad tiene previsto celebrar una junta directiva ampliada para recoger las inquietudes que hay en el barrio ante las obras y también participará en la concentración que hay convocada para el sábado 18 de febrero a las 12.30 horas en Madrid Río, junto al columpio del Barco Pirata, contra la destrucción de parques que implica la ampliación de la línea 11 de metro de Madrid. 

La convocatoria la organizan junto a Ecologistas en Acción, varias asociaciones de representación de padres y madres de alumnos, y otras vecinales, como las de Moratalaz y Pasillo Verde. Esta última, presentó este miércoles una denuncia ante el juzgado de guardia y la Fiscalía exigiendo la adopción de medidas cautelarísimas para evitar las talas "irreparables" asociadas a la ampliación de la L11 de Metro de Madrid.