Nacional

Sánchez trata de cerrar las heridas internas del PSOE a tres meses de las elecciones

Guillermo Fernández Vara, Javier Lambán, Pedro Sánchez, María Chivite y Emiliano García Page.
José Miguel Marco / Heraldo

En los mentideros de la política siempre se dice que el poder es lo que más une a un partido. Como en todo, hay excepciones. Si bien es cierto que desde que recuperó la Secretaría General -y sobre todo, cuando alcanzó la Moncloa-, Pedro Sánchez ha logrado hacerse con un gran poder dentro del PSOE, algunos de sus barones más críticos han aguantado en sus respectivas autonomías. Se barajaba, incluso, la idea de que se irían distanciando más y más del presidente conforme se fueran acercando las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Pero parece ser que esto choca con los planes de Sánchez, que está dispuesto a coser las heridas para que la formación aguante lo mejor posible la contienda electoral. Al menos, de puertas para fuera.

Bajo este contexto, este sábado se producirá una imagen que no suele ser habitual. Una en la que posarán juntos el presidente del Gobierno y el de Aragón, Javier Lambán, siempre crítico con el secretario general. La excusa es el lanzamiento de la candidata socialista al Ayuntamiento de Zaragoza, Lola Ranera. Este es el nombre de consenso que han encontrado el propio Lambán y Pilar Alegría, la última ganadora de los comicios muncipales en la ciudad maña y que ahora ocupa el Ministerio de Educación. Alegría, portavoz de la Ejecutiva Federal, también estará presente en el acto.

La foto, pues, será potente. Más que nada, porque también sirve para acallar los rumores, o al menos así lo creen en la dirección socialista, que decían que Lambán y otros barones se separarían lo máximo posible de Sánchez para que no les penalizara su desgaste en las autonómicas. Sobre todo, por los pactos con ERC, que escuecen especialmente en Aragón. "Para los que decían que el presidente no iba a ir a ciertos territorios", dice en tono jocoso uno de los colaboradores de Sánchez.

Cabe recordar que la última polémica -de las varias que se han producido en los años pretéritos- entre Lambán y el presidente fue sonada. El presidente de Aragón consideró que "mejor le habría ido a este país" si el expresidente asturiano Javier Fernández hubiera dado el paso de liderar el PSOE tras la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba. Esto es, en lugar de Pedro Sánchez, que ganó las primarias de 2014 tras enfrentarse a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.

 "Esas primarias las ganó, de manera abrumadora y legítima, Pedro Sánchez y, aceptando aquella votación, al menos en esa parte política del partido me siento en minoría, pero es algo que en la historia del PSOE ha pasado en muchas ocasiones y es algo que llevo con la mayor dignidad posible", añadió durante la clausura de un foro sobre 'El Estado de las autonomías: balance y mirada de futuro desde el ejercicio de la responsabilidad política'. Entonces, Ferraz llamó al orden al presidente aragonés, que salió a disculparse a posteriori: "Dije algunas palabras que fueron manifiestamente inoportunas".

Lambán también fue uno de los primeros barones en protestar por las rebajas de penas a condenados por agresión sexual producidas tras la entrada en vigor de la ley del 'solo sí es sí'. Pese a las reticencias iniciales, Sánchez vuelve ahora a Aragón decidido a modificarla y con una disputa con Unidas Podemos abierta por este motivo. Este 'plante' ante los 'morados' es otra de las aristas por las que se puede explicar que el PSOE pueda volver a unir hasta a los más críticos. Sin ir más lejos, quien felicitó al presidente por este paso fue el mandatario castellanomanchego Emiliano García-Page, otro de los barones críticos con el 'sanchismo'. Eso sí, Ferraz sigue dando autonomía a cada presidente autonómico para que diseñen sus campañas, aunque el presidente hará su propia gira.

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