La serie Mía es la venganza estaba pensada para ser la próxima gran serie diaria de Mediaset, pero la incertidumbre pesa sobre esa producción después de perder a su creadora, Aurora Guerra, a causa de los desencuentros con la productora de la ficción, Alea Media. 

Fórmula TV adelantaba la marcha de Guerra de la serie, que según ha podido saber 20minutos.es se ha producido por los constantes cambios a los que los directivos de Alea comenzaron a someter a la producción. 

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Los protagonistas de la serie, por ejemplo, dos personajes que fueron elegidos antes del comienzo del rodaje y que contaban con el visto bueno tanto de Mediaset como de Alea, tuvieron que ser sustituidos. 

Tan solo una semana después del comienzo de las grabaciones y con el visionado de los materiales en bruto, se decidió prescindir de esos protagonistas y buscar de urgencia otros nuevos. Días y multitud de horas de rodaje se iban a la basura, retrasando la producción de la serie y teniendo que grabar de nuevo todo lo hecho. 

Además, al poco de comenzar a grabar se contrató a un nuevo productor ejecutivo sin trabajos previos en ese papel clave en una serie, pues contaba con experiencia como director de series autonómicas fundamentalmente.

Poco a poco la creadora de la serie, según fuentes próximas al rodaje que vivieron los hechos, se vio arrinconada y en la tesitura de decidir entre no hacer la serie que quería, con añadidos y parches de diversas personas o marcharse. Escogió esta última. 

Aurora Guerra había creado y vendido para Alea Media tres series en tres años, en un mercado difícil. Fuerza de Paz, emitida (y no muy bien tratada con los horarios de emisión) en La 1, la aclamada Escándalo (Telecinco) y ahora, Mía es la venganza. 

Antes, Guerra había sido la creadora o guionista series de éxito y años de emisión como El secreto de Puente Viejo, Bandolera, Yo soy Bea o Cámera Café, entre otras muchas.