En la sesión del juicio que se ha seguido este miércoles contra la expresidenta del Parlament Laura Borràs (Junts) por un presunto amaño de contratos cuando estaba al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) los testigos que han declarado han coincidido en perjudicar con sus declaraciones a Borràs.
La que fuera administradora de la entidad, Maria Assumpta Pagespetit, aseveró que fue Borràs la que decidió seguir fraccionando contratos, a pesar de que ella le advirtió de que no era correcto.
Esta misma versión la ha corroborado un funcionario de la ILC, Roger Espar, que avisó en 2013 que los contratos menores «no eran lo más recomendable». Borràs rechazó su advertencia en el año 2014.
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