Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

Dimita, señora Belarra, dimita

Ione Belarra durante la III Conferencia Europea por la Paz.
Ione Belarra, durante la III Conferencia Europea por la Paz.
Marta Fernández / EP
Ione Belarra durante la III Conferencia Europea por la Paz.

Ione Belarra es ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, además de secretaria general de Podemos desde 2021, en sustitución de Pablo Iglesias. Siempre se ha mostrado contraria a la ayuda militar a Ucrania, pero con sus recientes declaraciones ha roto por completo con la política exterior del Gobierno de Pedro Sánchez y de la UE, que califica de "error". 

Belarra afirma que España está contribuyendo a la escalada bélica y acusa al PSOE de estar supeditado a los intereses de los EUA. Su argumento es que "el envío de apoyo militar no ha parado a Putin", lo cual es una enorme falsedad porque, sin la ayuda occidental, el gobierno de Zelenski no habría podido resistir y, menos aún, recuperar como ha hecho parte de los territorios ocupados por las tropas rusas, o incluso soñar con una posible victoria.

Otra cosa es que el autócrata del Kremlin esté decidido a seguir con la guerra al precio que sea, pero eso no avala la tesis de Belarra. Si se ha podido parar los pies a Putin es gracias al apoyo norteamericano y europeo, sin olvidar por supuesto el enorme sacrificio de las tropas ucranianas y de su población. No haber hecho nada, en nombre de la paz, hubiera sido el peor de los crímenes, pues el motor de la invasión es el imperialismo ruso.

Belarra es incoherente al calificar de "criminal" la agresión de Putin, y en cambio rechazar la ayuda militar a la víctima. En esta guerra no es posible la equidistancia. Además, también están en juego los valores democráticos de las sociedades europeas. No lo olvidemos. Para el régimen criminal del Kremlin fue intolerable que Ucrania quisiera hace una década iniciar el camino de la integración en la UE, alejándose de su influencia.

La agresión rusa se inicia cuando el movimiento proeuropeo ucraniano se hace con el poder en 2014. Como respuesta, Rusia invadió Crimea y empezó a apoyar a las milicias separatistas del Donbás. Hace un año, Putin vio la ocasión de convertir a Ucrania en país títere, como Bielorrusia, confiando en que sería un paseo militar, que nadie movería un dedo y que la UE miraría para otro lado a cambio del gas. Afortunadamente, se equivocó.

Si Belarra fuera consecuente con sus declaraciones, dimitiría. Es lamentable que se crea más de izquierdas por levantar la bandera de la paz e infundir el miedo a una guerra nuclear. No se pueden aceptar las conquistas territoriales rusas ni dejar sin castigo los crímenes de Putin mientras Ucrania quiera seguir luchando. Estamos ante una guerra de agresión, con la misma lógica demencial que guio a Hitler

Si Belarra y Unidas Podemos no lo comparten, tendrían que dejar el Gobierno. Pero no lo harán, y saben que Sánchez tampoco los expulsará. Por ahora, no puede. El circo, pues, continuará.

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