Francisco Gan Pampols Teniente general retirado
OPINIÓN

Saber ceder para poder ganar

Imágenes de Bajmut tomadas desde el aire con un dron a mediados de febrero que evidencian la escala de destrucción en la ciudad ucraniana.
Imágenes de Bajmut tomadas desde el aire con un dron.
AP / Lapresse
Imágenes de Bajmut tomadas desde el aire con un dron a mediados de febrero que evidencian la escala de destrucción en la ciudad ucraniana.
Imágenes de Bajmut tomadas desde el aire con un dron.
LAPRESSE - ATLAS

La ciudad de Bajmut, denominada así desde 2016 con las leyes de descomunización de Ucrania y que hasta entonces se llamaba Artémivsk, es una población que antes de la guerra del 2022 contaba con unos 73.000 habitantes y que vivía principalmente de la industria metalúrgica, de los espumosos y de la sal de roca. Hoy es un amasijo informe de ruinas, en el que se combate sin piedad por cada metro, cada cruce y cada casa.

Bajmut, al igual que en su momento Mariupol con Azovstal, vuelve a convertirse en el icono de la resistencia ucraniana al invasor, en la voluntad firme de resistir a toda costa, de aceptar dolorosas pérdidas a condición de producir muchas más, ganar tiempo y desgastar todo lo posible a un adversario que se frustra y empantana una y otra vez en combates en zonas urbanizadas, donde toda su ingente potencia de fuego carece de eficacia, su capacidad de maniobra desaparece y donde cualquier ganancia lo es a costa de enormes pérdidas; victorias pírricas que son antesala de sonadas derrotas.

Que Rusia considere vital la toma de la ciudad de Bajmut carece de lógica operacional, su ganancia no significa ninguna nueva oportunidad que permita desarrollar nuevas líneas de operaciones resolutivas, todo lo más, consolidar ganancias territoriales —limitadas— para que las líneas de frente coincidan con límites administrativos previos a la guerra. Que Ucrania defienda a toda costa Bajmut carece igualmente de una finalidad operacional clara, más allá del prestigio simbólico de la resistencia y el potencial desgaste que genera a su adversario, solo que el desgaste que está asumiendo puede no compensar al que está produciendo. Se ha recomendado al mando ucraniano una ruptura escalonada del contacto en Bajmut detrayendo al grueso de las fuerzas empeñadas en esa batalla de desgaste porque existe el riesgo cierto de que sean cercadas y embolsadas, quedando así a merced de una destrucción sistemática sin posibilidad de ser socorridas, reforzadas ni avitualladas.

Durante la pasada semana el mando operativo ucraniano se desplazó a Alemania para participar en unos ejercicios de simulación de alto nivel dirigidos por la OTAN y que tienen como finalidad ayudar a Ucrania a diseñar posibles maniobras para contener la esperada ofensiva rusa de esta próxima primavera, reaccionando en su caso; son los llamados juegos de guerra o wargames. Creo que es razonable pensar que en el transcurso de esos ejercicios se ha contemplado la posibilidad de romper el contacto y detraer todas las fuerzas posibles de ese combate en Bajmut que, más allá de lo simbólico, poco reporta al resultado final deseado de la guerra y poder empeñarlos en el futuro en acciones más resolutivas.

Hay una frase descarnada pero muy descriptiva que es de aplicación a este escenario: “El soldado que sobrevive a esta batalla puede pelear en la siguiente, los muertos, siendo héroes, no atacan ni defienden”

Mostrar comentarios

Códigos Descuento