A tan solo cuatro meses de su boda con Íñigo Onieva, Tamará Falcó está inmersa en los preparativos del que va a convertirse en uno de los días más especiales de su vida.
El estrés y el continuo trabajo podrían haberle pasado factura a la marquesa de Griñón. Y es que, en las últimas horas, las cámaras han captado a la hija de Isabel Preysler entrando a la Clínica Ruber de Madrid con una mascarilla quirúrgica cubriendo su boca.
Esto llevaría a pensar que la socialité está pasando por algún tipo de resfriado o gripe, enfermedades comunes en la estación invernal -sobre todo con los repentinos cambios de temperatura-, que le habrían llevado a estar algo baja de defensas.
También podría estar acudiendo al médico para un posible control de embarazo, ya que, como ella misma apuntó en una entrevista para Diez Minutos: "No me queda más remedio que quedarme embarazada pronto".
Cierto es que sobre esta segunda información no hay nada confirmado y es una mera especulación por parte de algunos medios y seguidores en las redes.
Así pues, la propia Tamara Falcó ha abandonado el hospital ella sola y por su propio pie, por lo que no habría nada de lo que preocuparse.
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